Encuentran posibles predictores de Alzheimer asintomática en proteínas oculares
La enfermedad de Alzheimer (EA) se caracteriza por la presencia de depósitos de proteínas amiloide y de ovillos neurofibrilares, además de pérdida de neuronas y sinapsis, que afecta inicialmente al hipocampo y una parte del córtex cerebral, para afectar posteriormente áreas asociativas más extensas.
Según la degeneración neurofibrilar va progresando y los depósitos de amiloide aumentan, llega un umbral en el que aparecen los primeros síntomas clínicos. Cuando el deterioro cognitivo ha progresado lo suficiente como para interferir en los aspectos de relación social y desempeño ocupacional, se llega la fase de demencia.
Biomarcadores en LCR
Se sabe que los cambios degenerativos en la EA se inician varios años antes de la aparición de los primeros síntomas. Estas modificaciones incluyen alteraciones en la cantidad anormalmente bajas de proteínas amiloides-β y tau, que son biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer, además de la presencia de estrés oxidativo e inflamación y cambios del metabolismo lipídico a nivel cerebral.
Para diagnosticar los cuadros de demencia, el líquido cefalorraquídeo (LCR) tiene un buen rendimiento, pues es un indicador de la composición del espacio cerebral, pero como limitante de índole práctica está el hecho de que no se obtiene LCR de forma rutinaria en la práctica clínica a partir de pacientes con trastornos neurológicos.
Existen ciertas limitaciones para que el estudio de biomarcadores en LCR sea aplicable, aparte de la invasividad de la punción lumbar en sí, los valores de referencia de los biomarcadores pueden variar de un laboratorio a otro; se pueden ver afectados por factores relacionados con la recolección, manejo y/o almacenamiento de la muestra, por lo que se hace necesario la implementación de un procedimiento que cuente con una estricta estandarización de metodología y análisis de la muestra, para poder interpretar lo resultados de forma tal que resulten útiles en el diagnóstico de EA.
Tanto el diagnóstico como el inicio precoz en cuanto al tratamiento para la enfermedad de Alzheimer antes de que comiencen los síntomas son etapas clave para controlar la enfermedad más efectivamente, para que los tratamientos actuales tengan algún efecto significativo.
Alzheimer y proteínas oculares
Para subsanar el gran problema de la obtención de una muestra biológica que tenga validez para ser empleada en determinaciones diagnósticas de EA, un grupo de investigadores utilizaron muestras de líquido ocular pertenecientes a 80 pacientes, que previamente habían sido programados para cirugía ocular, hecho que no significó manipulación adicional de los pacientes, puesto que el líquido extraído durante estas cirugías es habitualmente desechado.
Los investigadores, pertenecientes al Boston Medical Center (BMC), emplearon el líquido ocular para determinar los niveles de las proteínas amiloide-β y tau, y buscaron correlacionar esos niveles con los resultados de una prueba cognitiva estandarizada que se empleó como referencia.
De acuerdo con estos nuevos hallazgos, que fueron publicados en el Journal of Alzheimer’s Disease, los niveles bajos de proteínas amiloide-β y tau, utilizados como biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer (EA) en el líquido ocular mostraron una asociación estadísticamente significativa con los valores bajos de puntuaciones cognitivas.
Este estudio es el primero que asocia la obtención de valores bajos de las concentraciones de proteínas biomarcadoras de la EA conocidas, que están presentes en el líquido ocular, con puntuaciones más bajas del estado cognitivo.
Estos resultados muestran que las proteínas oculares pueden ser una fuente útil y confiable para realizar prueba de fácil acceso y económica para predecir la enfermedad de Alzheimer en un futuro cercano.
Como indica Lauren Wright, primera autora del estudio y becaria de oftalmología en BMC: «Estos hallazgos podrían ayudarnos a construir una prueba accesible y mínimamente invasiva para determinar el riesgo de enfermedad de Alzheimer, especialmente entre los pacientes con enfermedad ocular«, «Notamos que algunos de los participantes que tenían niveles bajos de biomarcadores de proteínas en el fluido ocular ya tenían signos de demencia leve a moderada, en función de sus puntuaciones cognitivas«.
Los resultados obtenidos vienen a reafirmar aportes de estudios previos, que sugieren que los pacientes con enfermedad ocular están en riesgo de desarrollar EA, por lo que una mayor investigación en pacientes con enfermedad ocular puede conducir a la generación de resultados susceptibles de generalizarse a grupos de poblaciones más grandes.
El autor principal Manju Subramanian y oftalmólogo en BMC agrega: «Este es un gran paso para descubrir el papel potencial del ojo en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer preclínica, y se necesitan estudios adicionales que comparen los biomarcadores de proteínas presentes en el ojo con pruebas neurológicas más profundas«.