Centro Mexicano Pro Donación Renal presenta iniciativa de donación pareada

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En México hay 13 mil 773 personas que esperan un trasplante de riñón y la mayoría de ellos tiene un amigo o familiar que está dispuesto a donar un órgano. Sin embargo, esto no ha sido posible porque el paciente y el donador no son compatibles, lo que hace imposible la cirugía.

Este problema ya tiene una solución. Desde hace casi una década, se desarrolló una cadena de donación de riñones entre pacientes vivos en la que el paciente comparte a su donador con una persona compatible y a cambio recibe el riñón de otro donador que sea compatible con él.

Esta cadena puede ser entre dos personas que necesiten un órgano, aunque las experiencias han demostrado que se pueden lograr 30 parejas con donadores y receptores que reciban un órgano casi de manera simultánea.

La mayoría de estas cadenas están basadas en el algoritmo desarrollado por el premio Nobel de Economía 2012, Alvin Roth, que tiene un sistema computacional en el que se registra la información genética de los pacientes candidatos y de los donadores voluntarios.

Una vez en el sistema, el algoritmo identifica quiénes son los donadores compatibles con los receptores, aún si estos no se conocen y si están en ciudades o países distintos.

Las cadenas pueden ser tan largas como la demanda lo requiera y la cantidad de donantes vivos lo permita. Lo único que se tiene que hacer después es coordinar las cirugías con los hospitales para enviar los órganos a tiempo.

Este tipo de donaciones ya se hacían desde 2009, pero el algoritmo de Alvin Roth ha permitido agilizar las operaciones y la compatibilidad entre pacientes y donadores, y ahora se practica en 10 naciones distintas, en las que se incluye a México.

La Fundación Carlos Slim y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) realizaron la primera cadena de trasplantes en el país. En este caso no se utilizó el algoritmo de Roth, sino uno desarrollado por médicos del instituto y estudiantes de la UNAM.

Este año se presentó una nueva iniciativa del Centro Mexicano Pro Donación Renal que ubica a los pacientes y a sus donadores para vincularlos con otras personas en la misma situación. Esta iniciativa, conocida como donación pareada, la coordina Arturo Dib Kuri, ex director del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra).

Y el objetivo es reducir el tiempo en que una persona puede obtener un riñón, sin tener que esperar a un donador cadavérico o encontrar alguien dispuesto a darle un órgano sin conocerlo.

Foto: Especial

Para sumarse a estas cadenas, el paciente debe tener un familiar que esté dispuesto a donar a otra persona, para que su paciente reciba el órgano que requiere. La pareja debe registrarse en el programa y someterse a distintas pruebas genéticas y de histocompatibilidad que quedarán en los registros para después aplicar el algoritmo de compatibilidad.

Una vez que se determinó con quiénes son compatibles en los registros se realizan pruebas más avanzadas para hacer las confirmaciones correspondientes y así proceder con el protocolo de trasplante.

Todos los trasplantes se hacen bajo los estándares establecidos por la Secretaría de Salud para garantizar que el órgano llegue a las manos correctas, no se lucre con la necesidad de los pacientes enfermos y se garantice la salud de los participantes en la cadena.

El objetivo de estas cadenas es atender a por lo menos dos mil personas cada año y así ir reduciendo la cifra de más de 13 pacientes que requieren un riñón para seguir viviendo.