Cáncer de próstata de bajo riesgo: de tratamiento a vigilancia

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El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más comunes en la población masculina. Y es que alrededor de uno de cada siete hombres lo padecerán a lo largo de su vida. Dicha enfermedad representa la primera causa de muerte por cáncer en México.

Uno de los principales problemas es la falta de un diagnóstico temprano. Por lo que en ocasiones, los especialistas detectan el cáncer en etapas avanzadas. Además, es común que no se presenten mayores molestias en etapas iniciales. Por lo que el tumor suele pasar desapercibido.

Sin embargo, no todos los casos son igual de agresivos. Incluso, en algunos pacientes, el tumor no presenta algún crecimiento. Haciendo que los efectos secundarios de los tratamientos, sean peores que el mal en cuestión. Lo cual ha dado espacio a nuevos enfoques de como tratar los tumores en la próstata.

Hay opciones, pero cuando se detecta a tiempo

A pesar de los datos, la detección del cáncer prostático es relativamente sencilla. Ya que basta una prueba de sangre para verificar los niveles de antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés) para corroborar la presencia del tumor. Una vez detectado, el especialista puede determinar el tratamiento. Los más usuales son cirugía, radioterapia y terapia hormonal. Aunque últimamente se han desarrollado tratamientos novedosos contra este tipo de cáncer. Los tratamientos dependen de cada caso, pero hay que tener en cuenta que tienen efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes son la alteración de las funciones sexuales (impotencia) e incontinencia urinaria.

En algunos casos sólo se requiere monitoreo

Por otro lado, varios de los casos detectados son considerados de «muy bajo» a «bajo» riesgo. Debido principalmente por el lento desarrollo del tumor, incluso llegando a no presentar crecimiento alguno. Teniendo en cuenta la naturaleza de los tumor de bajo riesgo y los efectos secundarios de los tratamientos, la perspectiva del tratamiento de los médicos ha ido cambiando. Al presentarse un tumor de crecimiento lento (mientras se encuentre en una etapa que no suponga peligro), se ha pasado de empezar un tratamiento al monitoreo constante del tumor.

En el caso de Estados Unidos, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association muestra la tendencia. El primer autor de la investigación, el oncólogo del Instituto del Cáncer Dana-Farber, el doctor Brandon Mahal, indica que la evidencia que encontraron es interesante. Si bien, el estudio tiene como limitante el corto periodo de tiempo que considera, tan sólo cinco años (2010 – 2015), los resultados muestran una tendencia interesante en un corto tiempo. Y es que en Estados Unidos, durante el 2010 sólo el 14.5% de los pacientes con cáncer de bajo riesgo se habrían sometido a vigilancia, en cambio, para el 2015, la cifra llegaba al 42.1%.

Lo que se traduce en un menor número de pacientes sufriendo de forma innecesaria los efectos secundarios de los tratamientos. El doctor Mahal comenta que la práctica es una buena noticia. Y espera que la tendencia siga creciendo, ya que el monitoreo permite atacar si es necesario y cuando el tumor no se ha desarrollado lo suficiente, hecho que puede tardar años o simplemente no se requiere tratamiento al tener los cuidados adecuados.

Artículo original de Journal of the American Medical Association, con información de CNN, Mayo Clinic y National Center for Biotechnology Information.