Cambios genéticos en los niveles de oxitocina a la raíz del trastorno hipersexual

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Dentro de los trastornos de conducta sexual compulsiva, la OMS reconoce al trastorno hipersexual en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que se caracteriza porque el afectado tiene una excitación sexual aumentada, pensamientos obsesivos y fantasías exacerbadas sobre el sexo, una compulsión a realizar actos sexuales, asociado a una pérdida de control.

Estos comportamiento mencionados se suman a hábitos sexuales potencialmente dañinos, debido a conductas riesgosas, que los exponen a una mayor probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y consumo/abuso de drogas. Todas estas conductas -que producen malestar a quien las padece- llevan a un deterioro personal, familiar, social y ocupacional progresivo.

Si bien las estimaciones de prevalencia varían, los datos indican que el trastorno hipersexual afecta al 3-6% de la población, con una mayor prevalencia en el sexo masculino.  

El diagnóstico de este trastorno es controversial, porque a menudo ocurre en concomitancia con otros problemas de salud mental, lo que sugiere que podría ser una manifestación de una patología neurológica existente, pero los hallazgos de índole neurobiológicos asociados a este trastorno son escasos.

Dentro de las posibles explicaciones neuroquímicas, se ha observado gracias a varios estudios que en determinadas especies de ratones y primates la hormona oxitocina tiene un papel central en la regulación del comportamiento en cuanto a la vinculación social y de pareja, la reproducción sexual y el comportamiento agresivo en ambos sexos.

Silenciamiento génico y subexpresión de microARN

Una nueva publicación en la revista Epigenetics da cuenta sobre un estudio que fue realizado por científicos del Grupo de Andrología / Medicina Sexual (ANOVA) en el Instituto Karolinska, Estocolmo, Suecia.

Con respecto a su objetivos al iniciar la investigación, el autor principal, Adrian Boström, del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Uppsala, manifiesta:

«Nos propusimos investigar los mecanismos reguladores epigenéticos detrás del trastorno hipersexual para poder determinar si tiene algún sello particular que lo distinga de otros problemas de salud. Hasta donde sabemos, nuestro estudio es el primero en implicar mecanismos epigenéticos desregulados tanto de la metilación del ADN como de la actividad de microARN y la participación de la oxitocina en el cerebro entre pacientes que buscan tratamiento para la hipersexualidad«.

Los científicos procedieron a medir los patrones de metilación del ADN en la sangre de 60 pacientes con trastorno hipersexual y los compararon con muestras de 33 voluntarios sanos.

Investigaron un total de 8,852 regiones de metilación del ADN asociadas a microARN cercanos, para identificar cualquier variación entre las muestras, porque la metilación del ADN puede afectar la expresión y la función de los genes, generalmente reduciendo su actividad.

Cuando detectaron cambios en la metilación del ADN, los investigadores revisaron los niveles de expresión génica del microARN asociado, que corresponden a pequeñas moléculas de ARN no codificantes encargadas de regular la expresión génica a nivel post-transcripcional, actuando sobre la expresión genética mediante el silenciamiento o degradación de los ARN mensajeros (ARNm), además, pueden traspasar la barrera hematoencefálica, por lo que pueden modular  la expresión de varios cientos de genes diferentes ubicados a nivel cerebral y en otros tipos de tejidos.

También compararon sus hallazgos con muestras de 107 sujetos, 24 de los cuales eran adictos al alcohol, para explorar una asociación con el comportamiento adictivo.

Los investigadores identificaron dos regiones alteradas del ADN en pacientes con trastorno hipersexual. Se interrumpió la función normal de la metilación del ADN y se descubrió que un microARN asociado, implicado en el silenciamiento génico, estaba subexpresado. La molécula alterada era el microARN-4456, que se dirige a genes que se expresan en niveles muy elevados en el cerebro y que están involucrados en la regulación de la hormona oxitocina. Con este silenciamiento genético reducido, se esperaría que la oxitocina presente niveles elevados.

El estudio comparativo en muestras de sujetos dependientes del alcohol mostró que la misma región de ADN estaba escasamente metilada, lo que sugiere su posible asociación con los componentes adictivos del trastorno hipersexual, como la adicción al sexo, el deseo sexual desregulado, la compulsividad y la impulsividad.

Posibles tratamientos

Si bien estos hallazgos aportan datos significativos sobre los cambios génicos y su relación con la hormona oxitocina, el profesor Jussi Jokinen de Umeå Universidad de Suecia indica: «Se necesitará más investigación sobre el papel del microARN-4456 y la oxitocina en el trastorno hipersexual, pero nuestros resultados sugieren que podría valer la pena examinar los beneficios de las drogas y la psicoterapia para reducir la actividad de la oxitocina«.

Este descubrimiento es de gran relevancia, pues podría abrir la puerta al tratamiento del trastorno de hipersexualidad,  al permitir el diseño de una forma de bloquear o suprimir su actividad.

Los autores señalan que una limitación del estudio es que la diferencia media en la metilación del ADN entre pacientes con trastorno hipersexual y voluntarios sanos fue de tan solo un 2,6%, por lo que su influencia en lo que a cambios fisiológicos se refiere podría ser objetada o puesta en duda. Sin embargo, una creciente evidencia ha puesto de manifiesto que bastan sutiles cambios en la metilación para que se evidencien consecuencias significativas en cuadros complejos como depresión o esquizofrenia.


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