Para el 2030 el numero de adultos con diabetes mellitus aumentará de un 20%
La insulina -esta hormona imprescindible para todas las personas que padecen de diabetes tipo 1 y algunas con diabetes tipo 2- cuyo uso ayuda a reducir el riesgo de complicaciones graves como ceguera, alteraciones vasculares , insuficiencia renal y accidente cerebrovascular.
A medida que las tasas globales de diabetes tipo 2 muestran un enorme incremento, así como el aumento en la sobrevida de los pacientes diabéticos, los requerimientos de insulina también se ven disparados a nivel mundial, lo que conlleva a un análisis de las necesidades globales de este fármaco, porque el tratamiento con insulina es costoso y el mercado internacional de la insulina actualmente está dominado por solo tres principales fabricantes: Lilly, Sanofi y Novo Nordisk, que controlan el 96% del mercado mundial de este producto.
Insulina: demanda y acceso mundial
Un estudio publicado recientemente por la revista The Lancet Diabetes y Endocrinología, utilizó datos de la International Diabetes Federation y 14 estudios de cohortes- que representan a más del 60% de la población mundial con diabetes tipo 2- con lo cual los investigadores estimaron los casos de esta patología en 221 países y territorios entre los años 2018 y 2030.
Con los datos obtenidos, calcularon estimativamente el número potencial de usuarios de insulina, la insulina requerida y la cantidad de complicaciones derivadas de la diabetes, considerando niveles variables de acceso a la insulina y teniendo como objetivo de tratamiento la obtención de valores de heoglobina glicosilada (HbA1c) entre 6,5% a 8% en adultos de 18 años o más.
Las proyecciones de estos resultados mostraron que a nivel mundial se espera que la cantidad de adultos con diabetes tipo 2 aumente en más de un 20% de aquí al 2030– de 406 millones en 2018 a 511 millones- con más de la mitad en solo tres países: China (130 millones), India (98 millones) y Estados Unidos (32 millones).
La cantidad de insulina necesaria para tratar eficazmente la diabetes tipo 2 y asegurar una calidad de vida satisfactoria a sus afectados, aumentará en más del 20% en todo el mundo durante los próximos 12 años, es decir, de aquí al 2030. Pero esta demanda no irá a la par con mejoras importantes en el acceso, por lo que la insulina estará fuera del alcance de aproximadamente la mitad de los 79 millones de adultos con diabetes tipo 2 que necesitará este tratamiento en el futuro.
Por lo expuesto aquí, los hallazgos de esta investigación son especialmente preocupantes para las regiones de África, Asia y Oceanía, que se estima tendrán la mayor necesidad de insulina no satisfecha en el 2030, de permanecer el acceso a este producto en los niveles actuales.
Según calcularon los autores- en comparación con los niveles actuales de acceso a la insulina- si se lograra el acceso global universal, el número de personas con diabetes tipo 2 en todo el mundo que usan insulina en 2030 se duplicaría- de aproximadamente 38 millones, que corresponde al 7,4% de todas las personas con diabetes tipo 2- a 79 millones (15,5%).
Con respecto al uso global de insulina, se proyecta que aumentará de 526 millones de viales de 1,000 unidades en el 2018 a 634 millones en el 2030, y será más alto en Asia, alcanzando los 322 millones de viales en 2030 y más bajo en Oceanía, con 4 millones.
El estudio también predice que el uso de un objetivo de niveles de HbA1c superiores al 8% en los mayores de 75 años podría reducir a la mitad el uso de insulina y prevenir una mayor discapacidad al disminuir la ocurrencia de hipoglucemia severa- que es más común entre los adultos mayores- en un 44%, con solo un 20% de aumento en los daños relacionados relacionados con diabetes, como son las complicaciones oculares, renales y nerviosas.
Recomendaciones terapéuticas
Puesto que, según indica el líder de la investigación, el Dr. Sanjay Basu de la Universidad de Stanford:
“La mayoría de las guías recomiendan objetivos de glucosa de menos de 6,5% o 7%. El objetivo de un umbral de control más moderado es probable que mejore la salud general al equilibrar los riesgos de hipoglucemia con el beneficio de la enfermedad microvascular a más largo plazo“.
Los resultados derivados del análisis, subrayan la importancia de abordar las dificultades del acceso de la insulina, particularmente en África, puesto que es fundamental enfocarse en la formulación y aplicación efectiva para lograr que la insulina esté más disponible y asequible para garantizar que se satisfaga la demanda de esta vulnerable región, pues el uso de este tratamiento se multiplicó por 7, considerando las 700,000 personas con diabetes tipo 2 hasta los niveles actuales de acceso a más de 5 millones de pacientes.
Por su parte, el acceso universal en Asia podría incrementarse en más del doble de usuarios: de 21 millones a 48 millones de personas. En palabras de Basu:
«Estas estimaciones sugieren que los niveles actuales de acceso a la insulina son muy inadecuados en comparación con las necesidades proyectadas, particularmente en África y Asia, y se deben dedicar más esfuerzos para superar este desafío de salud que se avecina«. “A pesar del compromiso de la ONU de tratar las enfermedades no transmisibles y garantizar el acceso universal a los medicamentos para la diabetes, en gran parte del mundo la insulina es escasa e innecesariamente difícil de acceder para los pacientes. Se espera que la cantidad de adultos con diabetes tipo 2 aumente en los próximos 12 años debido al envejecimiento, la urbanización y los cambios asociados en la dieta y la actividad física. A menos que los gobiernos comiencen iniciativas para hacer que la insulina esté disponible y sea asequible, entonces su uso siempre estará lejos de ser óptimo«.
Limitaciones del estudio
Los autores advierten sobre varias limitaciones del estudio, entre ellas, el hecho de que las proyecciones de la prevalencia de la diabetes tipo 2 no tienen en cuenta que factores como la dieta y la actividad física se modifican con el tiempo, lo que implica una variación en el impacto que la enfermedad podría tener, aumentando o disminuyendo en el futuro.
Otra limitación sería que los métodos utilizados suponen que la relación entre la población estudiada, los objetivos del tratamiento y las complicaciones son similares en todos los países, lo que podría desconocer algunas variaciones de índole étnica.