Una dieta DASH baja en sodio podría reemplazar la medicación antihipertensiva

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La preocupación por el estado de salud no es un tema ajeno a los altos mandatarios. Así lo demuestra la reciente revisión a la que se sometió el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Con su estatura de 1,90 metros de estatura, tiene un peso de 108,4 kilogramos. Estos datos lo sitúan en la categoría de sobrepeso, casi rozando la obesidad, por lo que su médico le indicará un plan de dieta y ejercicio para perder peso. Trump registró una presión sanguínea de 122/74, y su colesterol total fue de 223 mg/100 ml, que está por encima del máximo recomendado. El examen cardíaco arrojó resultados normales, sumado a la ausencia de antecedentes de enfermedad cardíaca, hechos que llevaron a su médico a concluir  que Trump goza de excelente salud.

Esta situación de sobrepeso u obesidad, así como valores de hipercolesterolemia e incluso hipertensión arterial, son condiciones habituales entre la población norteamericana adulta, debido a las dietas ricas en productos procesados y el sedentarismo.

Hipertensión y alimentación

Por lo tanto, los cambios en el estilo de vida, como el incremento del ejercicio físico y una dieta saludable, se consideran estrategias básicas para reducir la tensión arterial, pero a algunas personas también les pueden prescribir medicamentos antihipertensivos.

Según las nuevas pautas publicadas a principios de este mes, tener una presión arterial sistólica de 120-129 mm de Hg y una presión arterial diastólica por debajo de 80 mm de Hg se clasifica como hipertensión «elevada».

Una presión arterial sistólica de 130-139 mm de Hg o una presión arterial diastólica de 80-89 mm de Hg se clasifica como hipertensión etapa 1, mientras que una presión arterial sistólica de 140 mm de Hg o superior o una presión arterial diastólica de 90 mm de Hg o más se clasifica como hipertensión en etapa 2.

El estudio

El estudio, cuyo coautor fue  Stephen Juraschek, del Beth Israel Deaconess Medical Center at Harvard Medical School in Boston, MA y la Johns Hopkins University School of Medicine in Baltimore.

El estudio incluyó a 412 adultos entre las edades de 23 y 76 años. Al inicio del estudio, todos los participantes tenían una presión arterial sistólica de 120-159 mm Hg y una presión arterial diastólica de 80-95 mm Hg. Ninguno de los voluntarios estaba usando medicación antihipertensiva.

En función de su presión arterial sistólica, los sujetos se asignaron a uno de cuatro grupos. Estos fueron: 120-129 mm Hg, 130-139 mm Hg, 140-149 mm Hg y 150 mm Hg o más.

Durante un total de 12 semanas, todos los participantes fueron asignados aleatoriamente a la dieta DASH o a una dieta de control, comparable con una dieta occidental promedio.

Durante períodos de 4 semanas a lo largo del estudio, los sujetos también fueron asignados aleatoriamente a tres niveles diferentes de ingesta de sodio: 50 milimoles por día (bajo), 100 milimoles por día (medio) o 150 milimoles por día (alto).

Hallazgos “sobresalientes”

Los hallazgos del equipo evidenciaron que algunos adultos con hipertensión arterial (HTA) que siguen la dieta DASH, en combinación con una baja ingesta de sal, podrían eliminar la necesidad de medicamentos antihipertensivos.

El equipo descubrió que aquellas personas que tenían una tensión arterial sistólica inicial de 150 mm de Hg o superior tuvieron una disminución de su tensión arterial sistólica en un promedio de 11 mm Hg después de 4 semanas de llevar la dieta DASH, en comparación con aquellos que siguieron la dieta de control.

Los participantes con una presión arterial sistólica inicial de menos de 130 mm Hg experimentaron una reducción de 4 mm Hg en la presión arterial sistólica con 4 semanas de la dieta DASH.

Sin embargo, la combinación de la dieta DASH con baja ingesta de sodio pareció producir mejores resultados.

Las personas que tenían una tensión arterial sistólica inicial inferior a 130 mm Hg evidenciaron una reducción de 5 mm de Hg en la tensión arterial sistólica después de seguir la dieta DASH y una ingesta baja de sodio durante 4 semanas, en comparación con aquellos en la dieta de control que tenían un alto ingesta de sodio.

Los adultos cuya presión arterial sistólica era de 130-139 mm Hg al inicio del estudio experimentaron una reducción promedio de 7 mm Hg en la presión arterial sistólica con la dieta DASH baja en sodio.

Para sujetos con una presión arterial sistólica inicial de 140-149 mm Hg, la presión arterial sistólica disminuyó en un promedio de 10 mm Hg después de 4 semanas de la dieta DASH combinada e hiposódica.

Sin embargo, el resultado más sorprendente se encontró para los adultos cuya presión arterial sistólica inicial era de 150 mm Hg o más, los que experimentaron una reducción promedio de la tensión arterial sistólica de 21 mm Hg con la dieta DASH baja en sodio, en comparación con los que siguieron la dieta de control con alto contenido de sodio.

Juraschek resalta este hallazgo como «sobresaliente», pues demuestra que las personas con mayor riesgo de HTA severa obtuvieron el mejor resultado con la dieta DASH combinada con bajo contenido de sodio.

Si bien, los investigadores señalan que se necesitan más estudios para determinar si un plan alimenticio de ese tipo puede ayudar a reducir la presión arterial en personas con una presión arterial sistólica de 160 mm Hg o más, ya que no se incluyeron en esta investigación. Aún así, Juraschek cree que estos «resultados se suman a la evidencia de que las intervenciones dietéticas son tan efectivas como-o más efectivas que-las drogas antihipertensivas en las personas con mayor riesgo de presión arterial alta, y deben ser una opción de tratamiento de primera línea rutinaria para tales individuos«. «Lo que estamos observando de la intervención dietética combinada es una reducción en la presión arterial sistólica tan alta como, si no mayor, que la conseguida con medicamentos recetados. Es un mensaje importante para los pacientes que pueden obtener una gran cantidad de beneficios al adherirse a una dieta saludable y baja en sodio«.