Confirman relación entre deficiencia de vitamina D del feto y desarrollo de esquizofrenia
La esquizofrenia forma parte de un grupo de trastornos psiquiátricos crónicos del que poco se conoce. Está caracterizado por deficiencias en la cognición, la percepción-alteraciones como el delirio- y las expresiones de afecto, entre otros síntomas.
A nivel mundial, se calcula que unos 21 millones de personas padecen esta patología, con una prevalencia (probabilidad de que alguien sufra de este trastorno a lo largo de su vida) del 0,7%, siendo el 57,14% de varones, que equivalente a unos 12 millones de casos. Mientras que datos sobre la incidencia (número de casos nuevos que se registran por año) hablan de 1 nuevo caso por cada 10,000 habitantes.
En México, según datos pertenecientes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), existen aproximadamente unas 500 mil personas con esquizofrenia.
Se considera que la esquizofrenia puede tener muchos factores causales de distinta índole, como variantes genéticas comunes y raras, así como exposiciones ambientales, a las que se les ha prestado especial atención, especialmente a aquellas ocurridas en etapas prenatales y de vida temprana, que pueden ser modificables.
En cuanto a estas condiciones de vida temprana, se ha identificado un mayor riesgo de padecer esquizofrenia asociada con los nacimientos ocurridos en las temporadas de invierno/primavera; aquellos que desde pequeños viven en lugares que reciben poca luz solar y son migrantes de piel oscura. Todos estos factores guardan estrecha relación con una síntesis más escasa de vitamina D por parte del organismo.
De hecho, un estudio de casos y controles de esquizofrenia que se realizó en una muestra de 848 personas, demostró que los recién nacidos que habían tenido deficiencia de vitamina D presentaban un mayor riesgo de ser diagnosticados con esquizofrenia en su vida adolescente-adulta.
Estas explicaciones estarían basadas en la relación entre la deficiencia de vitamina D en el desarrollo cerebral, puesto que el receptor de vitamina D (VDR) se expresa en el cerebro, particularmente en áreas que guardan relación con los estudios de la esquizofrenia, como son aquellas regiones cerebrales con mayor cantidad de receptores para el neurotransmisor dopamina.
Un estudio de mayor envergadura
Sin embargo, hasta la fecha, se ha contado con una escasa investigación psiquiátrica que analice grandes muestras de casos y controles, en las que se incluyan factores de riesgos genéticos y ambientales.
Es por ésto, que los investigadores de las Universidades de Aarhus y de Queensland sumaron sus esfuerzos para un mayor tamaño muestral en sus estudios, que asocie esquizofrenia y déficit de vitamina D en recién nacidos.
Los hallazgos de esta investigación fueron publicados en la revista Scientific Reports y contó con la dirección del profesor John McGrath, quien forma parte del proyecto de investigación danés iPSYCH, que constituye uno de los estudios más grandes del mundo sobre las causas genéticas y ambientales de las enfermedades mentales, y cuenta con más de 140 investigadores en psiquiatría, genética y gran cantidad de registros médicos.
El equipo analizó la concentración de vitamina D en muestras de sangre tomadas de recién nacidos daneses entre los años 1981 y 2000, que habían desarrollado esquizofrenia siendo adultos jóvenes. Después, procedieron a emparejar por sexo y fecha de nacimiento, estas muestras con las de personas que no habían desarrollado la enfermedad, para comparar niveles de la vitamina en relación con el riesgo de padecer esquizofrenia.
Riesgo de esquizofrenia
Los investigadores informaron que los recién nacidos con deficiencia de vitamina D presentaban un mayor riesgo -44% más elevado– de presentar esquizofrenia como adultos, en comparación con aquellos con niveles normales de vitamina D.
Este estudio confirma hallazgos previos que asocian la entre deficiencia neonatal de 25(OH)D y un mayor riesgo de esquizofrenia.
Basado en estos resultados, el riesgo de esquizofrenia podría reducirse con el tratamiento para corregir la deficiencia de vitamina D durante las primeras etapas del desarrollo humano luego del nacimiento, que en el caso de Dinamarca, podría significar un 8% de todos los casos de esta compleja patología, como explica el Dr. McGrath: «Dado que el feto en desarrollo depende totalmente de las reservas de vitamina D de la madre, nuestros hallazgos sugieren que garantizar que las mujeres embarazadas tengan niveles adecuados de vitamina D pueden prevenir algunos casos de esquizofrenia, de una manera comparable a la función que ha desempeñado la suplementación con folato en la prevención de la espina bífida«.
Pasos siguientes
Puesto que el feto en desarrollo depende totalmente de las reservas maternas de vitamina D, las concentraciones neonatales de 25 hidroxicolecalciferol (abreviado de 25 (OH) D) están en estrecha relación con las concentraciones de los sueros maternos al momento del nacimiento, por lo que existe la hipótesis que deficiencia materna de vitamina D es un factor de riesgo para que sus hijos desarrollen esquizofrenia. Por lo que expone Grant: «Supusimos que los bajos niveles de vitamina D en mujeres embarazadas debido a la falta de exposición al sol durante los meses de invierno podrían subyacer a este riesgo, e investigamos la asociación entre la deficiencia de vitamina D y el riesgo de esquizofrenia«. » El siguiente paso es llevar a cabo ensayos clínicos aleatorios de suplementos de vitamina D en mujeres embarazadas que tienen deficiencia de vitamina D, con el fin de examinar el impacto en el desarrollo del cerebro infantil y el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico como el autismo y la esquizofrenia«