Material innovador en las vendas permite monitorizar las heridas

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Para proteger una herida de la infección, la civilización egipcia utilizó bandas de lino como vendas. Sin embargo, al no tomarse las medidas de asepsia que hoy conocemos, la lesión tenía altas posibilidades de empeorar. En la actualidad, estas posibilidades no se han erradicado y esto llega a pasar por el constante cambio de los apósitos. Por lo que, algunos científicos se dieron a la tarea de crear un material innovador, se trata de una venda inteligente que permite monitorear la evolución de una herida sin remover el vendaje hasta que sea necesario.

El personal médico, particularmente el de enfermería, es el encargado de examinar que una herida sane. Para ello, las medidas de higiene son fundamentales, como: lavados constantes, curaciones en la zona afectada y cambiar regularmente los apósitos. Sin embargo, en este proceso es necesario quitar la venda, una puerta de entrada a bacterias, y con ello, el riesgo de una infección se eleva. Paradójicamente al quitar el apósito se interrumpe y afecta en el proceso de cicatrización.

Entonces, ¿cuál es el tiempo adecuado para dejar y quitar una venda? Este fue el punto de partida por el cual surgió el proyecto FlusiTex (Detección de fluorescencia en textiles médicos) financiado por la iniciativa suiza, Nano-Tera. Este proyecto está a cargo de un equipo de investigación compuesto de científicos del Instituto de Investigación sobre Materiales y Tecnología, Empa, con sede en Dübendorf, Suiza; en colaboración con el ETH Zurich, el Centro Suizo de Electrónica y Microtecnología (CSEM) y el Hospital Universitario de Zurich.

El resultado es un material biomarcador con un sensor fluorescente, que funciona a partir de una molécula compuesta de cloruro de benzalconio y piranina. Este material es un dispositivo portátil, barato y fácil de usar, capaz de supervisar varios parámetros a la vez. La fluorescencia del sensor se lee con ayuda de una lámpara UV, que indicará los distintos niveles de pH de una herida, así como los niveles de glucosa y de oxígeno. La lectura se realiza a partir de un parámetro de colores que están relacionados de acuerdo a cierta sustancia emitida.

Fuente: Empa.ch

Un pH alto indica heridas crónicas

Cuando se habla de sensores, irremediable pensamos en cables. Pero esta venda funciona con una tecnología que no es estorbosa ni incómoda de usar. El sensor es un pequeño panel con cuatro indicadores que forman parte de la venda. Al cambiar el nivel de pH de la herida, este panel brillará. “La idea de un apósito inteligente con sensores integrados es proporcionar información continua sobre el estado del proceso de curación sin que los vendajes tengan que ser cambiados con más frecuencia de lo necesario”, explica Luciano Boesel, investigador del Laboratorio de Membranas Biomiméticas y Textiles de la Empa.

Si una herida cicatriza de forma normal, el pH sube a 8 antes de caer a 5 o 6. Pero si una herida no se cierra y se convierte en crónica, el nivel de pH oscila entre 7 y 8. De esta manera al utilizar esta venda, el personal de enfermería sabría cuando el pH de una herida es permanentemente alto, como sucede con las úlceras de los pacientes diabéticos, que en muchos casos no logran cicatrizar. Con este innovador vendaje se podrían monitorizar desde casa.

Moléculas luminosas

El sensor de este material funciona con una molécula que diseñó el equipo de la Empa. Dentro de sus componentes, el cloruro de benzalconio es una sustancia que se utiliza como jabón de uso médico para combatir bacterias, hongos y otros microorganismos. Mientras que la piranina es un tinte que se encuentra en los marcadores, o marcatextos, que brillan bajo la luz UV. “Este biomarcador funciona muy bien especialmente con niveles de pH entre 5,5 y 7,5. Los colores se pueden visualizar con lámparas UV, disponibles en tiendas de electrónica«, dice Guido Panzarasa, químico de Empa, del Laboratorio de Membranas Biomiméticas y Textiles.

La molécula de diseñador tiene otra ventaja gracias al cloruro de benzalconio, un efecto antimicrobiano, ya que los investigadores del Laboratorio de Biointerfaces de la Empa, confirmaron la presencia de la cepa bacteriana Staphylococcus aureus, conocido como estafilococo áureo o estafilococo dorado, en el proceso de cicatrización de algunas heridas.

Gran interés de la industria médica

Esta venda inteligente proporciona información precisa sobre el estado ácido o alcalino de una herida que funciona como una herramienta de diagnóstico. Según Boesel, llegará el día que no se necesite de una lámpara UV para su uso, bastará ayudarse de la cámara de un smartphone. Así el personal de enfermería y los médicos tendrán una herramienta más sofisticada y al mismo tiempo, más fácil de usar. Y los pacientes tendrán la posibilidad de detectar desde su casa la aparición temprana de una herida crónica.

Para saber más, el equipo de la Empa publicó recientemente sus resultados en la revista Sensors and Actuators.


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