Impacto del COVID-19 en el embarazo
El gran desconocimiento que existe sobre el impacto de la COVID-19 en el embarazo ha llevado a la creación de grandes redes informáticas en países como Canadá. Estas iniciativas buscan reunir datos sobre el impacto esta enfermedad sobre la madre, el feto y el recién nacido.
Importancia de un estudio nacional
La doctora Deborah Money de University of British Columbia (UBC), Canadá, intenta recabar la mayor cantidad de datos que permitan aumentar el escaso conocimiento que existe con respecto al embarazo y al parto en el caso de mujeres afectadas por COVID-19.
Con este fin, lidera un estudio de vigilancia nacional que examina los resultados maternos e infantiles entre las mujeres embarazadas con esta patología.
Money ha estado desde hace tiempo estudiando y apoyando a mujeres embarazadas en brotes virales anteriores, incluidos H1N1 y SARS. Actualmente, hace un análisis sobre el estudio nacional y lo que se conoce acerca de los riesgos de la COVID-19 para las mujeres embarazadas y para sus bebés.
Cuando apareció la COVID-19, el personal sanitario se enfrentó a muchos interrogantes sobre la mejor manera de controlar y de aconsejar a las mujeres embarazadas. Pero se partió de una información muy escasa sobre cómo la COVID-19 afecta durante el embarazo. Además, se desconocen sus posibles secuelas en el feto, la madre y el recién nacido.
Para manejar a este grupo, se basaron en las pautas canadienses. Sumaron limitados aportes de datos de China y aplicaron lo que sabían de brotes pasados, como el SARS y el MERS.
Para ayudar a llenar ese vacío de conocimiento, crearon una red multidisciplinaria con expertos en todo el país, llamada CANCOVID-Preg. La idea es compartir y difundir todos los hallazgos. Esto es tanto a nivel nacional como internacional, para orientar la atención y la formulación de políticas de salud pública a nivel mundial.
Según el conocimiento que se tiene de otros virus, como el H1N1, las embarazadas son más vulnerables a algunas infecciones respiratorias, en comparación con las no embarazadas.
Pero con el SARS-CoV-2 no existe evidencia hasta la fecha sobre el impacto de la COVID-19. Lo que sí se ha observado es su efecto durante el embarazo. Los primeros informes de China indicaron que el 30 % de los bebés nacidos de madres con COVID-19 eran prematuros y con bajo peso al nacer. Informes en los EE. UU., surgidos con posterioridad, mostraron tasas mucho más bajas.
Si bien los expertos creen que la COVID-19 no afecta directamente al feto, suponen que puede tener un efecto indirecto sobre este, al dificultar las fases de crecimiento y el desarrollo intrauterino.
Transmisión vertical
De momento, no se ha demostrado la transmisión vertical, pero sigue en estudio. Otro tema en debate es la separación de la madre con COVID-19 y de su hijo al nacer. En países como los Estados Unidos, los bebés nacidos de madres que tienen COVID-19 se separan de inmediato. Al contrario, en Canadá, no están a favor de esta práctica. Durante el período inmediatamente posterior al nacimiento es extremadamente crítico por el vínculo madre-bebé.
También, este primer contacto es básico en cuanto a la preservación de la salud mental de la madre y del bebé, además de la lactancia. Por lo tanto, el uso correcto de mascarillas, un adecuado lavado de manos y la modificación de ciertos hábitos higiénicos y de comportamiento son perfectamente factibles de implementar para que la madre y el bebé permanezcan juntos, sin que existan riesgos para el recién nacido.
Hay que considerar que todas las actividades típicas de las gestantes, como la educación prenatal y las clases de ejercicios, que ayudan a los grupos de mujeres a mantenerse conectadas y apoyadas durante su embarazo, pueden no estar sucediendo. O bien, se están llevando a cabo de una manera muy diferente en estos momentos.
Además del posible impacto de la COVID-19 en el embarazo, normalmente el entorno de la embarazada, constituido por la familia y por los amigos, desempeña un papel de gran importancia en cuanto al acompañamiento. Esto las ayuda a superar la incertidumbre y los miedos normales del embarazo, hecho que es mucho más difícil en este momento de aislamiento y de riesgo para muchas mujeres embarazadas.