iCARE: videojuego como herramienta anestésica en niños hospitalizados

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La Internacional Association for the Study of Pain define al dolor como una experiencia sensitiva y emocional desagradable; puede estar asociada a una lesión real o potencial. Además, indica que el dolor consta de un sistema neuronal sensitivo y vías nerviosas que responden a ciertos estímulos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el dolor de la siguiente manera:

Según su duración:
Agudo: limitado en tiempo y con escasos componentes psicológicos.
Crónico: ilimitado en duración.

Según su patogenía:
Neuropático: somático y visceral.
Psicógeno: la necesidad de analgésicos es típica, aunque no tienen mucha eficacia.

Según la localización:
Somático: producido por excitación anormal de nocioceptores somáticos superficiales o musculoesqueléticos. Es punzante y localizado.
Visceral: Es continuo y profundo. Puede llegar a zonas alejadas del punto donde se originó.

Según el curso:
Continuo: no desaparece.
Irruptivo: Inducido por movimiento o alguna acción voluntaria.

Según la intensidad:
Leve: no interrumpe las actividades normales.
Moderado: interfiere con la realización de actividades comunes y necesita tratamiento.
Severo: Interfiere incluso con el descanso.

Según la farmacología:
Responde bien a los opiáceos: viscerales y somáticos.
Parcialmente sensible a los opiáceos: dolor óseo y por  compresión de los nervios periféricos.
Escasamente sensible a opiáceos: provocado por espasmos de la musculatura estriada y destrucción de nervios periféricos.

Existen líneas de investigación que buscan tratamientos más efectivos para el dolor. Se han hecho pruebas con dosis, tanto únicas como tratamientos completos, con la finalidad de controlar esa sensación de malestar en los pacientes, usualmente adultos.

En México, de acuerdo con Verónica Guzmán Sandoval, investigadora de la Universidad de Colima, la atención del dolor pediátrico es una área de oportunidad; pues no ha sido abordada de manera integral y continua. Si se toma en cuenta que la población en edad pediátrica es más vulnerable que la adulta, deberían crearse métodos que permitan atender a esos pacientes.

Los videojuegos, una solución al dolor

Con el objetivo de monitorear variables fisiológicas relacionadas con dolor en niños hospitalizados, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Colima y la Universidad Autónoma de Querétaro; desarrollaron un sistema de tecnología emergente al que llamaron iCARE.

iCARE es una tableta con un sistema formado por una interfaz y un conjunto de sensores que permite la medición de parámetros fisiológicos, como frecuencia cardiaca y la saturación de oxígeno, asociados a la actividad autonómica durante los procesos de dolor. Todo se registra en tiempo real.

Para obtener esos datos, se entrega la tableta a los niños con un videojuego. Este videojuego es una aplicación que presenta una serie de imágenes, a través de las cuales el paciente se da cuenta de sus pulsaciones y forma de respiración.

Se considera, en la actualidad, que los videojuegos pueden ser una herramienta anestésica. Hay hospitales que ponen a jugar a los niños si han pasado procesos quirúrgicos complejos o están sometidos a medidas clínicas difíciles. Los científicos han observado que integrarlos en el proceso de hospitalización, reduce la cantidad de anestesia.

Fuente: Pixabay

Biofeedback: una estrategia psicoterapéutica contra el dolor

Los investigadores mexicanos puntualizaron que el biofeedback permite al paciente ser autosuficiente y capaz de mejorar sus respuestas autonómicas. Además, les presenta un escenario de relajación con música para regular su respiración y relajarlo.

La aplicación creada por estos científicos está dirigida a niños de entre 5 y 9 años. Les ayuda a entender su respiración diafragmática y a usarla en su beneficio. Además, es un juego que desarrolla la lógica, abstracción, clasificación y seriación.

El sistema iCARE permite a los médicos e investigadores tener una escala visual análoga del dolor; genera expedientes electrónicos de cada paciente, en los cuales se tiene información de cómo se siente el niño hospitalizado en el momento en que utiliza la tableta. Con toda esta información, se pueden tomar decisiones clínicas más precisas y específicas para cada paciente; asimismo, se tiene el registro del antes y el después del estado fisiológico y la percepción del dolor.

iCARE. Fuente: Conacyt

 Una segunda etapa de iCARE

El sistema ya ha sido probado en hospitales de Guadalajara y Colima; los resultados han sido buenos, razón que ha orillado a los investigadores a trabajar en un segunda versión. El objetivo ahora es incorporar nuevas tecnologías para medir otras variables fisiológicas.

Para esta segunda etapa, estudiantes de posgrado y expertos en Mecatrónica, ingeniería electromecánica, y músicos, trabajarán en conjunto para desarrollar un programa y sensores que incluyan musicoterapia; así como medición tomográfica a partir de contenido visual y auditivo para pruebas psicológicas y psicométricas adaptadas al contexto mexicano.