En Europa, 1/3 de las muertes fetales se dan antes de la semana 28 y están subvaloradas

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La muerte fetal que ocurre durante la última etapa del embarazo puede tener varias causas, como anormalidades o patologías maternas, placentarias, anatómicas fetales o de índole genéticas, siendo el desprendimiento prematuro de placenta la más común. Las otras causas más frecuentes son: complicaciones durante el parto; infecciones maternas durante la gestación; patologías maternas crónicas, especialmente hipertensión y diabetes; retraso del crecimiento fetal y anormalidades de tipo congénitas.

Aunque la OMS recomienda que las comparaciones a nivel internacional empleen un límite de 28 semanas de edad gestacional, a nivel de cada país, esta misma entidad fija las 22 semanas de gestación como umbral indicativo para la muerte fetal intrauterina. Estas discordancias de criterios se suma a las diferencias significativas que existen entre las legislaciones de los distintos países con respecto al registro de mortalidad, así como en las diferentes políticas vigentes sobre los casos de interrupción del embarazo que son informados dentro del grupo de mortinatos.
Un estudio publicado por The Lancet en el 2016 sobre muertes fetales evidenció que el 50% de los 2,6 millones de mortinatos que ocurren en todo el mundo cada año (98% en los países en desarrollo) es prevenible.

Según cálculos -en los países de altos ingresos- por cada 1,000 nacimientos, alrededor de 3,5 bebés nacen muertos. Pero para evaluar las cifras que se comparan en los diversos estudios, hay que considerar que los datos sobre distintos indicadores de salud mundial no siempre son comparables entre los países, más aún entre los desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, puesto que las estadísticas pueden estar sesgadas, debido a múltiples causas.

La Unión Europea (UE), con el objetivo desarrollar indicadores válidos y fiables que puedan utilizarse para controlar y evaluar la salud perinatal creó en el año 1999 el proyecto EURO-PERISTAT, como parte del Programa de Monitoreo de la Salud para elaborar un Informe europeo de salud perinatal y establecer un sistema confiable y sostenible para informar los indicadores de salud perinatal.

Mortinatalidad subestimada

Según un nuevo estudio observacional publicado por The Lancet, la cifra de mortinatalidad ha sido subestimada en al menos un tercio de su valor real, debido a las recomendaciones de la OMS de informar los nacidos muertos a partir de 28 semanas de gestación para fines de comparaciones estadísticas internacionales.

Este estudio incluyó a 2,5 millones de bebés en 19 países europeos (Austria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, Inglaterra y Gales, Irlanda del Norte y Escocia) entre los años 2004 y 2015, considerando muertes fetales a partir de las 22 semanas de gestación, que se utilizaron para calcular las tasas globales de muerte fetal y los cambios en dichas tasas entre 2004 y 2015, registrados por país y edad gestacional.

Resultados 

En el 2015, de 2,5 millones de nacimientos ocurridos en Europa, más de 9,300 bebés nacieron muertos, y de estas muertes, un tercio ocurrió en el período comprendido entre las semanas 22 e inferior a la vigesimoctava semana de gestación, por lo que, según las recomendaciones de la OMS, se habrían  excluido como dato a considerar en la comparación internacional.

Entre 2004 y 2015, la tasa global de mortinatalidad para este mismo período de gestación disminuyó de casi 10 a 7 por cada 10,000 nacimientos totales, que representa una reducción del 25%. Estos resultados son similares a las cifras globales de nacidos muertos registrados sobre 28 semanas de gestación, que cayeron un 25,5% en todo el mundo- de 247 a 184 por cada 10,000 nacimientos-  y 24,5% en regiones desarrolladas (de 45 a 34 por cada 10,000 nacimientos) entre los años 2000 y 2015, lo que estaría indicando mejoras sostenidas en la reducción de muertes fetales a partir de la semana número 24 de gestación.

Sin embargo, la variación entre países europeos con relación a datos de los mortinatos registrados entre las 24 a menos de 28 semanas varió entre 4 y 8 por cada 10,000 nacimientos totales (excluyendo aquellas debidas a interrupciones del embarazo), lo que implica que existe un número importante de muertes fetales prevenibles.

Por su parte, la tasa global de mortinatos entre las semanas 22 y menos de 24, se ha mantenido constante desde el 2004, que ha sido de alrededor de 5 por cada 10,000 nacimientos en el año 2015, que podría deberse a las mejoras en el informe de muertes en estas edades gestacionales.

En el 2015, las tasas de muerte fetal (22 a <24 semanas de gestación) variaron significativamente entre los países estudiados, que van  desde una cifra superior al 2 hasta 17 por cada 10,000 nacimientos.

Implicancias de estos hallazgos

Los autores del estudio sugieren que las muertes ocurridas a partir de la semana 22 de gestación deben incluirse de manera rutinaria en las comparaciones internacionales, para ayudar a informar, mejorar la práctica clínica, revisar y optimizar las políticas sanitarias de los países implicados, puesto que una parte importante de esta mortinatalidad es por causas prevenibles.
Según manifiesta una de las autoras, la Dra. Lucy Smith: «Es probable que una gran variación en el número de nacimientos de bebés muertos entre las 22 semanas y las 24 semanas destaque las diferencias en la recopilación de datos en los países europeos en lugar de la variación en el riesgo subyacente de muerte fetal. Para garantizar que se comprenda la verdadera magnitud y carga de la muerte fetal, y mejorar la recopilación de datos de rutina para monitorear los resultados y el manejo de nacimientos extremadamente prematuros a partir de las 22 semanas de gestación, debe reducirse el umbral de la OMS para las comparaciones de países de altos ingresos”.
En palabras de la autora principal, la profesora Jennifer Zeitlin, de Inserm, París, quien coordinó el Proyecto Euro-Peristat: «Solo a través de estudios internacionales, como el proyecto Euro-Peristat, que recoge datos con un protocolo estandarizado, se pueden realizar comparaciones fiables entre países de las tasas de mortinatos. Esta estandarización permite prácticas de informes internacionales coherentes para las interrupciones del embarazo y definiciones acordadas para informar sobre mortinatos y nacidos muertos “.