Dispositivo médico permitirá diagnosticar a través de una muestra de saliva
Dar un diagnóstico rápido y veraz es uno de los mayores retos que tiene la medicina actual. Y los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ya tienen un prototipo para diagnosticar hasta 600 enfermedades distintas con solo una prueba de ADN.
Luis Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, desarrolló un lector que realiza diagnósticos moleculares a partir del ADN y otros marcadores genéticos de los seres humanos, pero también de virus, bacterias, mutaciones y cualquier otro cambio genético en el ser humano.
La lectura se hace a través de cartuchos que tienen alrededor de 600 genes que se buscan en las muestras de saliva, sangre u orina que también se insertan en el cartucho y con el cual se pueden diagnosticar distintas enfermedades. Los resultados se muestran en la pantalla de un teléfono celular que se ensambla a partir de la cámara.
“Hoy en día, si uno tiene los recursos puede acceder al diagnóstico molecular o a la medicina más avanzada, sin embargo, no está accesible para toda la población”, dijo en conferencia de prensa el investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, Luis Vaca Domínguez.
De esta manera se podrían diagnosticar enfermedades de una manera más sencilla y sin necesidad de enviar las muestras al laboratorio.
El investigador señaló que el prototipo —el cual ya está desarrollado y funcionando— se puede personalizar para cada paciente. En realidad, añadió, lo que se necesita crear en masa son los cartuchos, en lo que se insertan los genes para determinar cada una de las enfermedades y no tener las 600 para un paciente al que solo se le busca diagnosticar cáncer de mama.
“Ahorita no estamos diagnosticando enfermedades, estamos imprimiendo cartuchos a mano y los imprimimos con la mano, peor eventualmente se pueden imprimir con máquinas y abrir empleos y la idea es que cada cartucho sea para una enfermedad”, dijo Vaca en entrevista para Nación Farma.
Gracias a la producción individual de cada cartucho, se puede acercar la medicina personalizada y atender las necesidades de cada paciente, ya que los cartuchos también son capaces de medir la eficacia del fármaco que se está utilizando con solo una muestra de saliva y orina.
La facilidad de tomar las muestras, obtener los resultados y tener un diagnóstico certero permitiría que el aparato se utilice en lugares tan apartados de México, como la selva Tarahumara o Lacandona.
El problema, dijo Vaca Domínguez, es que se requiere una inversión de entre 15 y 20 millones de dólares para lograr que el prototipo se convierta en una realidad y pueda comercializarse en el mercado, además de utilizarse en los hospitales del sector salud.
Hasta ahora, los investigadores han invertido tres millones en desarrollar el dispositivo y los cartuchos. La UNAM registró dos patentes y otra más está en trámite de registro, para proteger el invento de los investigadores.
Sin embargo, se requiere más dinero y acceso a los pacientes para poder hacer ensayos clínicos en seres humanos y comprobar la eficacia del dispositivo en los servicios médicos para seres humanos.