Descubren nuevos coronavirus que se hospedan en murciélagos

- Por

Un grupo de investigadores tomaron variadas muestras biológicas a partir de murciélagos en regiones de Myanmar. Estos lugares fueron seleccionados porque las personas entraban en contacto cercano con la vida silvestre. Allí descubrieron seis nuevos coronavirus que se hospedan en murciélagos. Dada la cercanía, existen riesgos de nuevas y graves zoonosis.

Se sabe que la población de murciélagos salvajes cumple varias funciones beneficiosas para personas que viven en diversas áreas del mundo. Sirven para polinizar cultivos, controlar plagas de insectos y producir guano que los agricultores usan como fertilizante, tras recolectarlo en las cuevas donde viven.

Esta estrecha interacción también permite que se produzcan las zoonosis, que son infecciones humanas transmitidas por los animales.

Anfitriones de coronavirus

Se hipotetiza que los murciélagos fueron los primeros huéspedes de varios virus que amenazan seriamente la salud humana.

Estos patógenos incluyen los coronavirus, que forman una familia de virus con ARN encerrado dentro de una envoltura de moléculas proteicas y lipídicas. Comúnmente, infectan las vías respiratorias y gastrointestinales de los mamíferos y de las aves hospedadoras.

Dentro de estos coronavirus patógenos se encuentra el SARS-CoV, que fue el que ocasionó el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2002-2003. De la misma familia es el MERS-CoV, que ocasionó el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS) del 2012. Y, actualmente, la pandemia de COVID-19 que surgió en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019.

Por su parte, el SARS-CoV-2, agente etiológico de la COVID-19, comparte el 96 % de su secuencia genética con un virus que se encuentra en los murciélagos. Este hallazgo llevó a los científicos a concluir que este cononavirus pudo saltar de algunas especies de murciélagos a humanos, probablemente a través de los pangolines.

Según un estudio del 2017, los murciélagos pueden ser portadores de más de 3200 coronavirus, cuya inmensa mayoría permanece sin descubrirse.

Muestras de murciélagos

Un estudio de comienzos de este mes, publicado en la revista PLOS ONE, reunió a varios científicos. Esto fue parte de PREDICT, una iniciativa financiada por la U.S. Agency for International Development. Su finalidad era descubrir agentes patógenos con el potencial de propagarse de los animales a los humanos. Fue dirigido por Marc Valitutto, un exveterinario de vida silvestre, quien trabaja en el  Smithsonian National Zoo and Conservation Biology Institute.

Primeramente, identificaron tres lugares donde los humanos han tenido un contacto más cercano con la vida silvestre, por el mayor uso de la tierra. De estos, se encontraron dos lugares que constituían un sistema de cuevas donde las personas tomaban contacto con los murciélagos. Ahí obtenían guano, realizaban prácticas religiosas y ecoturismo.

Los científicos atraparon murciélagos en redes de niebla, tomaron muestras de saliva y luego los liberaron. También recolectaron guano fresco de murciélago de los pisos y de las entradas a las cuevas. Esto fue entre mayo de 2016 y agosto de 2018.

Posteriormente, examinaron más de 750 muestras de saliva y de heces de murciélagos para detectar las secuencias de ARN de los coronavirus. Al compararlos, en una base de datos, con las secuencias conocidas, pudieron constatar seis nuevos coronavirus que se hospedan en murciélagos.

Los autores enfatizan que los virus recién descubiertos no están estrechamente relacionados con los coronavirus que causan SARS, MERS y COVID-19.

Alteración de ecosistemas: pandemias

«En todo el mundo, los humanos interactúan con la vida silvestre con una frecuencia cada vez mayor, por lo que cuanto más comprendamos sobre estos virus en los animales, sobre qué les permite mutar y cómo se propagan a otras especies, mejor podremos reducir su potencial pandémico», dice Valiutto.

Al haber un acercamiento entre humanos y animales salvajes, propiciado por actividades como la tala de bosques, se aumenta la probabilidad de que los virus salten a nuestra especie. Por esto, «las pandemias virales nos recuerdan cuán estrechamente está conectada la salud humana con la de la vida silvestre y el medio ambiente», dice Valitutto.

«Muchos coronavirus pueden no representar un riesgo para las personas, pero cuando identificamos estas enfermedades desde el principio en los animales, tenemos una valiosa oportunidad para investigar la amenaza potencial». Esto lo dice Suzan Murray, directora de Smithsonian’s Global Health Program y coautora del estudio.

«La vigilancia atenta, la investigación y la educación son las mejores herramientas que tenemos para prevenir las pandemias antes de que ocurran».

Zoonosis

En las muestras de guano se encontró la mayoría de las partículas de coronavirus. Esto indica que el guano puede ser una importante ruta de transmisión viral desde los murciélagos a las personas. Esto sería más relevante para quienes lo cosechan y lo usan como fertilizante. Pero se desconoce si estos virus tienen el potencial de causar enfermedades graves en humanos.

Los investigadores calculan que el 60–75 % de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonosis, donde más del 70 % pudo haberse originado en especies silvestres como los murciélagos.

Por este motivo, los autores recomiendan una exhaustiva vigilancia de las poblaciones de murciélagos que entran en contacto cercano con humanos para identificar posibles amenazas de zoonosis. «El cambio en el uso de la tierra probablemente continuará acercando a las personas a los murciélagos, aumentando las tasas de encuentro y las oportunidades de contagio, facilitando la aparición de virus zoonóticos y apoyando la necesidad de vigilancia. La creciente evidencia respalda el papel de los murciélagos en la transmisión de los virus, incluidos el SARS-CoV y el MERS-CoV, y el potencial zoonótico de los coronavirus desconocidos transmitidos por murciélagos garantiza una vigilancia continua».


Etiquetas: