Anticuerpos bovinos para prevenir y tratar la COVID-19

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Una compañía de biotecnología estadounidense está empleando vacas modificadas genéticamente para sintetizar anticuerpos policlonales humanos para combatir el SARS-CoV-2. Planean comenzar los ensayos clínicos este verano.

Síntesis

Hace casi 20 años, un grupo de investigadores comenzó a desarrollar la tecnología aplicada hoy por biofarmacéutica SAB Biotherapeutics de Sioux Falls, Dakota del Sur. La compañía modifica genéticamente a las vacas lecheras para que las sinteticen anticuerpos humanos. SAB Biotherapeutics Inc. utiliza técnicas de ingeniería genética que producen inmunoterapias policlonales humanas, naturales, de alta especificidad y potencia a escala comercial. 

Cuando se desencadenó la pandemia de COVID-19, SAb Biotherapeutics ya había completado un ensayo clínico con anticuerpos bovinos contra el MERS-CoV. Este es el virus del síndrome respiratorio de Oriente Medio, que corresponde a un coronavirus relacionado con el SARS-CoV-2. 

El desarrollar ese tratamiento «nos dio el conocimiento inicial para centrarnos en el objetivo correcto», dice Eddie Sullivan, presidente y CEO de SAB Biotherapeutics. 

SAB-185

SAB-185 es un tipo de anticuerpos policlonales completamente humanos para combatir la COVID-19. Primeramente, las vacas necesitan una inmunización inicial, consistente en una vacuna de ADN elaborada en base a una porción del genoma viral. Luego viene la inyección con el antígeno, que en este caso contiene una pieza de la proteína espiga del SARS-CoV-2. Esta proteína sirve como clave de acceso del virus a las células, al usar el receptor de la ECA2. 

«Esto es prometedor», dice Amesh Adalja, médico especialista en enfermedades infecciosas en el Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins. «Queremos tener tantas contramedidas como podamos».

Esta tecnología permite a los animales fabricar grandes cantidades de anticuerpos humanos contra una proteína patógena inyectada en ellos. «Esencialmente, las vacas se usan como un biorreactor gigante», dice el inmunólogo viral William Klimstra de la universidad de Pittsburgh, que ha estado estudiando la potencia de los anticuerpos bovinos contra el SARS-CoV-2.

Ventajas

Las vacas son buenas fábricas de anticuerpos. Su volumen sanguíneo es mayor, por lo que sintetizan grandes cantidades de versiones humanas de proteínas. También, su sangre puede contener el doble de anticuerpos por mililitro, en relación con la sangre humana, dice Eddie Sullivan.

Mientras tanto, la mayoría de las compañías biotecnológicas intentan producir anticuerpos monoclonales para combatir COVID-19. Esto significa que son inmunoglobulinas basadas en copias idénticas de un solo tipo de anticuerpos. Este tipo monoclonal se adhiere firmemente a una porción determinada de un virus. 

A diferencia de esta estrategia terapéutica, las vacas crean anticuerpos policlonales, que son una variedad de moléculas que reconocen varias partes del virus. «Esa es la forma natural en la que nuestros cuerpos luchan contra las enfermedades», dice Sullivan. Esta diversidad le aporta mayor efectividad, ya que pueden seguir siendo efectivas incluso si un virus muta.

«Cada mes, una vaca puede producir suficientes anticuerpos para tratar a varios cientos de pacientes», dice Sullivan.

En estudios in vitro, Klimstra y sus colegas compararon recientemente los anticuerpos policlonales y el plasma convaleciente de los sobrevivientes de COVID-19. Los anticuerpos bovinos fueron cuatro veces mejores que el plasma convaleciente para evitar que el virus ingrese a las células, según informes de la compañía.

Próximo ensayo clínico

La empresa espera comenzar un ensayo clínico dentro de los próximos dos meses. Quiere probar si la administración de anticuerpos bovinos evita que las personas sanas se infecten con el SARS-CoV-2. Además, quieren ver si tiene beneficios para aquellos pacientes que ya están enfermos.

No todos comparten esta visión optimista. El médico de enfermedades infecciosas Manish Sagar, del Centro Médico de la universidad de Boston, dice que se mantendrá escéptico «hasta que vea más pruebas de que la producción de anticuerpos en las vacas es mucho más factible y económicamente viable» que otros métodos. Hasta el momento, no se han aprobado anticuerpos sintetizados por los animales para tratar enfermedades.

El especialista en enfermedades infecciosas Jeffrey Henderson, de la facultad de Medicina de la universidad de Washington, St. Louis, señala que «todo el enfoque se basa en una ciencia sólida y en experiencias pasadas de más de un siglo».