Moléculas psicodélicas para combatir depresión y estrés postraumático
Investigadores del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNN) trabajan en el desarrollo de moléculas psicodélicas para tratar a pacientes con depresión, adicciones y estrés postraumático. Para estas terapias, utilizan sustancias psicodélicas derivadas de «plantas sagradas» —por su significado ancestral en México— como el peyote y hongos alucinógenos.
Los científicos, liderados por el investigador Rodrigo Pérez Esparza, están desarrollando la molécula sintética ketamina, misma que emula propiedades psicodélicas de la naturaleza y ha demostrado tener efectos positivos en personas con depresión.
La razón por la cual decidieron desarrollar otras moléculas fue debido a que con los medicamento el tratamiento es prolongado; además, los fármacos presentan poca variación en sus mecanismos de acción y sin resultados esperados.
El poder de las plantas sagradas
Las plantas medicinales son ejemplares vegetales con efectos benéficos para la salud; excepto en la salud mental. En cambio, las llamadas plantas sagradas tienen el potencial de producir estados alterados de conciencia que podrían aliviar trastornos mentales.
De acuerdo con los investigadores, los psicodélicos se clasifican en sintéticos y clásicos. Los psicodélicos clásicos, como la mescalina o la psilocibina, están presentes en la naturaleza en un estado primario; son las sustancias activas en el peyote y los hongos alucinógenos.
Los alucinógenos clásicos actúan en la neurotransmisión de serotonina; este sistema está vinculado a la génesis de las adicciones, depresión y estrés postraumático. Según estudios previos, han demostrado beneficios en pacientes con depresión.
En el caso específico de la ketamina, el psicodélico con el que trabaja el INNN, se ha comprobado que produce alivio en los pacientes cuatro horas después de su administración. Asimismo, la sensación de bienestar se mantiene hasta dos semanas después.
Cabe destacar que la ketamina es un fármaco anestésico utilizado para tratar el dolor agudo. Trabaja a través de la excitación en el sistema nervioso central, para aumentar el metabolismo cerebral, el flujo sanguíneo cerebral y la presión intracraneal.
Según los expertos del INNN, si la ketamina se combina con antidepresivos ya existentes, el efecto puede ser más duradero sin crear adicción. Por supuesto, acotan que, como cualquier sustancia ajena al cuerpo, su administración requiere medidas para mantener el bienestar del paciente; también indicaron que se debe evitar su uso en personas con antecedentes familiares directos de psicosis o esquizofrenia.
Trastornos mentales frecuentes
La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. A diferencia de las variaciones en el estado de ánimo y respuestas emocionales breves, puede convertirse en un problema de salud serio si su duración es más larga. En los casos más graves, puede llevar al suicidio.
Existen tratamientos para dicha enfermedad; sin embargo más de la mitad de los afectados no tiene acceso a ellos o no ven resultados considerables con las terapias administradas.
Por otro lado, el estrés postraumático se da después de vivir eventos que generan un impacto muy fuerte al punto de sentir estrés y temor después de pasado el peligro. Esta enfermedad puede causar problemas como flashbacks; dificultad para dormir; sentimiento de soledad; explosiones de ira, preocupación, culpa o tristeza. Para hacerle frente se utilizan terapias de conversación, fármacos, o ambos; la duración del tratamiento dependerá de la respuesta de cada paciente.
En cuanto a las adicciones, se tratan de trastornos crónicos que con frecuencia ocurren con otras alteraciones físicos y mentales. Afortunadamente, existen neurocientíficos que se han encargado de estudiar el origen de estos trastornos; así como de hallar tratamientos que no provoquen dependencia y sean efectivos.