Un desequilibrio endócrino a nivel del feto causaría el síndrome del ovario poliquístico
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la principal causa de infertilidad femenina a nivel mundial, que conlleva importantes irregularidades ovulatorias y menstruales, además de hiperandrogenismo clínicamente evidente y disfunción metabólica asociada. Su prevalencia global se estima en alrededor del 10% de las mujeres.
Durante mucho tiempo se pensó que su etiología era ovárica, pero más recientemente han ido surgiendo diversas investigaciones que sugieren que corresponde a una desregulación a nivel cerebral lo que realmente origina el SOP.
Si bien no se ha determinado cómo se produce la transmisión del SOP de una generación a la siguiente -dado que se sabe que es hereditario- los investigadores creen que puede ser debido a una alteración del desarrollo.
Investigaciones previas habían demostrado que la hormona antimülleriana (AMH) podía interactuar con neuronas en el cerebro, ocasionando que la hipófisis libere la hormona luteinizante (LH)- hecho que se relaciona con que la mayoría de las mujeres afectadas por el SOP presentan niveles más elevados de LH circulante- que sería indicativo de un incremento de la liberación de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), además de la AMH, en comparación con las mujeres sanas.
Se ha demostrado que un exceso de AMH en el útero puede afectar el desarrollo del feto femenino. Si bien se sabe que los niveles de AMH decaen durante el embarazo en mujeres con fertilidad normal, pero no estaba claro si sus niveles sufrían elevaciones en mujeres embarazadas afectadas con SOP.
El estudio
Una reciente investigación realizada por científicos de la Universidad de Lille en Francia y que fue publicado por Nature, sugiere que las interacciones entre una hormona producida por los ovarios y un conjunto de neuronas en el cerebro de la madre, pueden tener un efecto cascada, alterando enzimas en la placenta y causando finalmente síntomas de SOP en su descendencia.
Puesto que este síndrome es hereditario, los científicos se preguntaron si este desequilibrio hormonal en el embarazo podría inducir la misma patología en su descendencia.
Metodología de trabajo y resultados
El estudio midió los niveles de AMH en una cohorte de mujeres embarazadas con SOP y en un grupo de mujeres embarazadas sanas. Se encontró que la AMH era un 30% más elevada en el grupo de pacientes con SOP que en el grupo control. Además, las mujeres afectadas tenían neuronas GnRH persistentemente hiperactivadas.
Para determinar si la elevación de AMH durante el embarazo en mujeres con PCOS es un efecto secundario o un gatillante de la enfermedad en la descendencia, los investigadores procedieron inyectar un exceso de AMH a ratonas preñadas, para ver el efecto que causaba en ellas. A medida que las descendientes hembras fueron creciendo, presentaron un exceso de testosterona neuroendocrina materna y un metabolismo placentario de conversión reducido de testosterona a estradiol, lo que resultó en una masculinización del feto femenino expuesto y un fenotipo reproductivo y neuroendocrino similar al PCOS en la adultez, evidenciando muchas de las características del síndrome de ovario poliquístico: pubertad tardía, la ovulación infrecuente, los retrasos en lograr el embarazo y la disminución de la descendencia.
El equipo pudo revertir este efecto en los ratones usando cetrorelix– un fármaco antagonista de GnRH empleado de manera habitual en los procedimientos de fertilización in vitro, para controlar los niveles de las hormonas femeninas- tras lo cual los roedores dejaron de mostrar síntomas de SOP.
Explicaciones y terapias posibles
El exceso de AMH parece tener un efecto clave en la etiología del SOP, al sobreestimular un conjunto de células cerebrales que elevan el nivel de testosterona, al inhibir la enzima placentaria aromatasa, que normalmente funciona para convertir la testosterona en estrógenos. Si esa conversión no ocurre de manera adecuada, el feto in útero podría estar expuesto a una concentración mucho más elevada de testosterona de lo normal, lo que provocaría a futuro las alteraciones endócrinas características del SOP.
Este descubrimiento, a su vez, ofrece una potencial tratamiento a aplicar en la edad adulta, para lo cual el equipo se encuentra planificando un ensayo clínico- que inicie antes del fin de año- para probar el cetrorelix en mujeres que padecen SOP, con el propósito de restaurar la ovulación e incrementar la tasa de embarazo en aquellas que padecen esta condición.