Un virus muy frecuente entre la población podría agravar la fibrosis quística
La fibrosis quística (FQ) es una patología hereditaria de carácter autosómico recesivo- es decir, los dos padres deben portar el gen anómalo para que se produzca la enfermedad- que se caracteriza por la acumulación de secreciones mucosas densas y pegajosas en las células del revestimiento de los principales órganos, como pulmones y las vías respiratorias, aparatos digestivo y reproductor, por lo que obstruye los conductos y dificulta la movilización de sustancias como moco y nutrientes a través de ellos, con el consiguiente daño y mal funcionamiento.
Las patologías comunes de la fibrosis quística son infecciones pulmonares crónicas, que puede llevar a insuficiencia respiratoria, reconocida como la causa más común de mortalidad entre los pacientes con FQ.
En México, cada año se presentan unos 350 nuevos casos, calculándose que 1 de cada 8,500 niños nace con FQ, según datos de la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística (AMFQ).
El citomegalovirus (CMV) es un tipo común de herpes virus que las personas tienden a contraer durante la etapa de adolescencia tardía y adulta temprana. Tiene una elevadísima prevalencia mundial, especialmente en los países subdesarrollados, donde el 90% de la población está infectada, comparativamente al 60% que se calcula en los países desarrollados.
En sujetos inmunocompetentes, la infección por CMV cursa manera asintomática o con síntomas muy leves. Tras la infección primaria, el virus permanece en un estado latente. Las recurrencias aparecen por reinfección con una nueva cepa o tras la reactivación del CMV latente, que vuelve a replicarse.
Los cuadros clínicos de mayor gravedad se presentan en casos de infección congénita y en pacientes inmunodeprimidos, en los que actúa como un patógeno oportunista, al propagarse más rápidamente después de la infección del huésped con otros microorganismos.
Fibrosis quística, CMV y mortalidad
Una nueva investigación sobre FQ, en la un equipo de científicos invitó a participar del estudio a 71 personas con fibrosis quística, derivadas para trasplante de pulmón a la Calgary Adult Cystic Fibrosis Clinic entre 1991–2017. Fue publicada en el European Respiratory Journal.
El objetivo del estudio retrospectivo era evaluar cómo la infección por CMV se asocia con el estado del paciente antes del trasplante y su evolución tras ciertos intervalos de tiempo.
A cada uno de los pacientes se les tomaron datos como sexo, índice de masa corporal ( IMC ), niveles de educación y la presencia de otras infecciones. Treinta de esas personas (54,6%) estaban infectadas con citomegalovirus.
El estudio encontró que las personas con fibrosis quística que también son portadores del CMV experimentan una progresión más rápida de la enfermedad, en comparación con las personas que resultaron negativas para el virus.
Como explica el coautor, investigador Michael Parkins, de la Universidad de Calgary en Canadá: «Ya sabemos que el citomegalovirus puede dañar la salud de [las personas con fibrosis quística] que han recibido un trasplante de pulmón, ya que puede aumentar el riesgo de rechazo de órganos«, «Pero sabemos muy poco acerca de cómo este virus afecta a los pacientes con fibrosis quística pretrasplante».
Los hallazgos de este estudio revelaron que los médicos derivaron para trasplantes de pulmón los pacientes con CMV unos 8 años antes en comparación con aquellos que no estaban infectados por el virus. Además los pacientes con el virus murieron unos 10 años antes- en promedio- al ser comparadas su sobrevidas con las personas que no tenían el CMV.
Lo que puede explicarse, según Parkins: «El citomegalovirus normalmente está inactivo en las personas que lo tienen, pero puede activarse nuevamente y propagarse más rápidamente después de la infección con otras bacterias«.
«Sabemos que [las personas con fibrosis quística] son más propensas a desarrollar infecciones pulmonares», «por lo que es posible que los ciclos repetidos de activación del virus exageren el daño a [los] pulmones, lo que contribuye a una progresión más rápida de la enfermedad«, si bien, «La asociación que encontramos no significa necesariamente que el citomegalovirus cause directamente una progresión más rápida de la enfermedad; se necesitan más estudios antes de que se pueda hacer una declaración tan audaz«, aclara Parkins.
Limitaciones del estudio
Estos resultados tienen una gran relevancia según el científico, “Sin embargo, nuestros hallazgos proporcionan la primera indicación de que este virus puede tener un impacto en la progresión de la fibrosis quística, lo que podría conducir a una derivación temprana del trasplante e incluso a la muerte«.
Si bien estos hallazgos son sugerentes de que el virus puede ser un factor no reconocido para el agravamiento de la fibrosis quística, pero el estudio tiene la limitante del pequeño tamaño muestral considerado, por lo que los investigadores advierten que estos resultados no confirman de manera concluyente el papel del virus.
Pero actualmente se están «llevando a cabo más investigaciones en esta áre, utilizando registros internacionales más grandes y de varios centros de pacientes«.
Además, Parkins señala que los científicos han estado investigando varias vacunas posibles contra el citomegalovirus, con la esperanza de prevenir la infección, por lo que en el futuro, el tratamiento podría consistir en administrar regularmente fármacos para disminuir la propagación del virus, o en el caso de aquellas personas portadoras, que puedan recibir tratamiento solo cuando el virus se activa, evitando así complicaciones e incremento de la morbimortalidad, especialmente en aquellos grupos más vulnerables.