Por qué los recién nacidos no lloran lágrimas ni producen sudor
Cuando los bebés nacen, lo primero que esperamos es que lloren, ya que con eso se comprueba que el bebé está bien y saludable. Este llanto acompañará a sus padres durante varias semanas, sin embargo, es distinto al que tiene un infante o un niño pequeño, ya que los bebés no lloran lágrimas.
Las lágrimas son relevantes ya que protegen los ojos y los mantienen humectados. También es una respuesta emocional cuando sentimos dolor, tristeza o enojo. El llanto también ayuda a depurar hormonas que provocan estrés en momentos difíciles, por lo que después de llorar experimentamos una sensación de alivio.
Los bebés sí nacen con lagrimales, sin embargo, estos no se han desarrollado por completo. Sí les ayudan para producir líquido que mantenga sus ojos humectados, pero no lo suficiente para que lloren como los adultos donde la lágrima puede caer sobre las mejillas. Después de tres, cuatro semanas, los bebés ya pueden producir lágrimas asociadas a emociones fuertes y más complejas.
El sudor también lleva tiempo
Al igual que los ojos, la piel de los bebés se mantiene seca las primeras semanas de su vida. Esto es porque sus glándulas sudoríparas todavía no funcionan. No importa cuánto calor haga, el cuerpo de los bebés es incapaz de producir sudor. Los humanos tenemos dos tipos de glándulas sudoríparas, las apocrinas y las ecrinas, las cuales ya están formadas en el cuerpo de los bebés, pero todavía no pueden producir sudor.
Las glándulas apocrinas secretan sudor mediante los folículos pilosos, pero no comienzan a realizar esta función hasta que se activan con cambios hormonales realizados en la pubertad. Al principio, el sudor de esta glándula es inodoro, pero puede empezar a tener un mal olor. Las bacterias pueden procesar los electrolitos, lípidos y proteínas de esta área lo que causa el olor.
Las glándulas ecrinas se empiezan a formar desde el cuarto mes de gestación, aparecen primero en las palmas del feto y en el pie. Para el quinto mes, casi todo el cuerpo está cubierto por las glándulas ecrinas. Después del nacimiento, las glándulas ecrinas más activas se encuentran en su frente. Después de un tiempo los bebés ya comienzan a sudar en su torso y extremidades.
Mantenerlos frescos
Debido a que no pueden sudar, es importante que sus responsables los mantengan frescos, especialmente en altas temperaturas. Se debe estar atento a las señales de sobrecalentamiento, por ejemplo: sudor (debido a que de forma natural no deberían producirlo). Piel roja o rosada, respiración rápida, poca actividad en brazos o piernas.
Si en dado caso la temperatura del bebé es mayor, se puede quitar una capa de ropa o poner un ventilador cerca para que el aire circule. Sin embargo, ya que las glándulas comienzan a funcionar, es normal que los bebés comiencen a sudar mucho. Esto sucede cuando duermen o cuando sus madres los alimentan. Los bebés que sudan mucho casi no son un problema, así que no hay de qué preocuparse siempre y cuando estén ganando peso.
Con información de Live Science.