Impactante caso clínico: uso de terapia génica para tratar un paciente grave con epidermólisis bullosa

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La epidermólisis bullosa es una enfermedad genética que puede adoptar diversas formas, dependiendo de la mutación involucrada. Todas ellas se producen por alteraciones en las proteínas que forman parte de la unión entre la epidermis y la dermis.

Esta enfermedad es muy poco frecuente, llegando a afectar a 2 de cada 100,000 personas. Alrededor de 25,000 personas en los Estados Unidos padecen de esta patología y se calcula que existen unas 500,000 en todo el mundo.

Uno de los tipos de esta enfermedad, la epidermólisis ampollosa de la unión o junctural, causa una piel extremadamente frágil que produce ampollas y propensión elevada a desarrollar infecciones cutáneas y cáncer de piel, que pueden llegar a ser fatales.

En cuanto a los tratamientos que se aplican en estos casos, aparte de antibioticoterapia para tratar los casos de infección y vendajes especiales altamente costosos, se encuentra la terapia génica, que utiliza piel injertada diseñada genéticamente para proporcionar una continuidad en la superficie cutánea. Sin embargo, la epidermólisis bullosa a menudo implica daño del tejido interno, como es el revestimiento del esófago y del tracto urinario, que este tipo de  terapia no puede reparar.

El caso clínico

Un niño oriundo de Siria, llamado Hassan, se encontraba en una situación médica muy crítica, y sólo se esperaba un desenlace fatal. Había padecido de ampollas en todo el cuerpo desde su nacimiento, y en el 2015, cuando tenía 7 años, contrajo una infección de origen bacteriano que le hizo perder 2/3 de su piel. Sus médicos tratantes no sabían qué tratamiento realizarle, aparte de mantenerlo con morfina para calmar el dolor.

Debido a que las víctimas de quemaduras también experimentan pérdida de piel, los médicos que lo estaban tratando lo enviaron a la unidad de quemados del Hospital de Niños de la Universidad Ruhr en Bochum, Alemania. «Tuvimos muchos problemas para mantener este niño vivo«, manifestó el Dr. Tobias Rothoeft, perteneciente a esta institución.

En la unidad de quemados los facultativos intentaron todo tipo de tratamiento: antibióticos, vendas, medidas nutricionales especiales, un trasplante de piel del padre del niño, pero nada dio resultado.

«Después de dos meses, estábamos seguros de que no podíamos hacer nada por este niño y que él moriría«, dijo el Dr. Rothoeft, por lo que los médicos comenzaron a plantear la idea de solo mantener al niño lo más cómodo posible. Pero sus padres les suplicaron que siguieran intentándolo.

Los médicos, luego de estudiar la literatura médica decidieron acercarse al Dr. Michele De Luca, director del Centro de Medicina Regenerativa Stefano Ferrari en la Universidad de Módena y Reggio Emilia en Módena, Italia, puesto que su equipo había realizado un tratamiento con injertos de piel más pequeños en un paciente que padecía la misma enfermedad; además tenía experiencia en el cultivo de grandes extensiones de piel, que se habían utilizado para tratar a centenares de víctimas de quemaduras. También es ampliamente reconocido en este campo por producir injertos corneales que han salvado la vista de personas con lesiones oculares graves.

«Prometió que podía darnos la piel suficiente para sanar a este niño, lo que luego intentamos, y al final tuvimos éxito«, dijo Rothoeft.

Es así como después de recibir un extenso injerto de piel,  ha experimentado una recuperación muy importante .Dos años después del tratamiento, continúa teniendo una piel sana y lleva una vida normal, que se pone en evidencia en la imagen principal de este artículo que muestra a Hassan jugando fútbol con su padre.

La terapia génica utilizada

Fuente: Nature News & Views.

El grupo de médicos europeos utilizaron la terapia génica para producir láminas de piel sana que salvaron la vida de un niño que había sufrido destrucción de la mayor parte de su piel, según informó el equipo en la prestigiosa revista Nature.

Si bien este no ha sido el primer uso de este tipo de tratamiento, que agrega la terapia génica a una técnica desarrollada para crear injertos de piel para las víctimas de quemaduras,  pero la enorme superficie de piel corporal tratada en un paciente fue lo relevante: casi 0,9 metros cuadrados.

Los médicos extrajeron una muestra de la piel del niño, de poco más de 30 centímetros cuadrados, y la llevaron a Módena, donde diseñaron genéticamente sus células, utilizando un virus como sonda para insertar en su gen mutado la información  para que codificara un ADN normal.

Luego hicieron crecer las células genéticamente modificadas en el laboratorio en forma láminas de piel y las transportaron de regreso a Alemania, donde los cirujanos las injertaron en el cuerpo del niño.

En octubre del 2015, cubrieron sus brazos y piernas con la nueva piel, y en noviembre, su espalda. En resumen, reemplazaron el 80% de la piel del niño.

Resultados de la terapia

De Luca dijo que cuando le retiraron los vendajes a Hassan «fue espectacular. Fue grandioso. Quitamos la gasa y vimos la epidermis debajo. Todos estaban muy felices. Nos dio la sensación de que el cuerpo del niño se estaba recuperando, estaba respondiendo. Ese fue el momento en que pensamos, tal vez podamos hacerlo«.

Según narra De Luca, el niño estuvo internado en el hospital durante casi ocho meses, incluidos más de cuatro meses durante los cuales lo mantuvieron en coma inducido médicamente para que no experimentara  dolor. Los fármacos fueron retirados unas semanas antes de Navidad. «Cuando se despertó«, «se dio cuenta de que tenía una nueva piel«.

De Luca describió el caso como un «uso compasivo de una terapia experimental» que está siendo probada en algunos ensayos clínicos.

Expectativas del tratamiento

Este caso en sí fue muy exitoso y causó gran impacto en el ambiente médico, llegando a ser catalogado por varios expertos como un resultado «increíble».

Sin embargo, el tratamiento descrito en el nuevo informe ofrece esperanza para algunos pacientes, puesto que no todas las mutaciones se pueden corregir de la misma manera que la de este caso clínico analizado.

Puesto que es un solo caso exitoso,  todavía resta por ver cuál es la aplicabilidad general de este enfoque terapéutico, para lo cual, es necesario más investigación y ampliación de ensayos clínicos.

Posibles riesgos de esta terapia

Pese al éxito de este tipo de tratamientos, existen preocupaciones  importantes con respecto a algún efecto secundario que pudiera producir, como ser que el material genético insertado desactivara algún gen esencial o produjera la activación de alguno que provoque cáncer.

El equipo de investigadores informó que en los análisis realizados en la nueva piel del paciente no encontraron el material genético añadido en ningún lugar del genoma que representara algún riesgo. Las pruebas también evidenciaron que solo unas pocas células madre de larga vida mantuvieron la nueva piel, hallazgo que subraya la importancia clave de un cuidadoso cultivo celular, según manifestó De Luca.