Fiebre aftosa: características principales del virus y la infección en humanos

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Si bien el virus de la fiebre aftosa– también llamada enfermedad boca-mano-pie– causa graves epizootias, de manera muy infrecuente provoca en cuadros clínicos en el hombre, siendo éstos de carácter  transitorio y en general, más benignos.

Los factores de predisposición juegan un papel crucial, ya que dependiendo de la inmunidad del afectado, puede llegar a presentar infecciones subclínicas o un cuadro de mayor complejidad.

La diseminación aérea del virus entre el hombre y los animales domésticos constituye un peligro real y de gran gravedad, especialmente para estos últimos.

Agente causal, contagio y epidemiología

El virus de Fiebre Aftosa (VFA) es un virus Coxsackie, perteneciente a la familia de los enterovirus, compuesta por vario serotipos, además de una amplia variedad de subtipos y topotipos dentro de cada serotipo, los cuales permiten clasificar los agentes de una manera más específica. El agente causal más común es el Coxsackievirus A16.

El virus puede transmitirse: entre los animales, de los animales al hombre, del hombre a los animales yentre los mismos seres humanos.

Este Virus se encuentra en las secreciones de la nariz y la garganta, en el líquido de las ampollas y las heces fecales de las personas infectadas, por lo que pueden contaminar a otros individuos a través del contacto cercano, ya sea oral, por vía aérea al toser o estornudar; el contacto con las heces o con objetos y superficies contaminados. Con frecuencia, la infección ha sido atribuida a la contaminación de pequeñas lesiones cutáneas. La probabilidad de contagio es mayor durante la primera semana.
Ciertos profesionales y los niños pequeños- menores de 5 años- están particularmente expuestos al riesgo de contraer esta infección, además, las personas infectadas pueden diseminar el virus durante unos 14 días.

Por lo general, ocurren casos humanos aislados, aunque pueden desarrollarse pequeños brotes, pero son infrecuentes. Los grupos humanos más expuestos a esta infección correspondes a veterinarios, campesinos y sus familiares, carniceros, personal de laboratorio y subastadores de ganado.

La fiebre aftosa humana es común en varios países del sureste de Asia, aunque otros continentes evidencian, esporádicamente algún brote de esta enfermedad, principalmente en menores de edad.

Aunque México es un país libre de fiebre aftosa desde 1954, el año pasado, se registró un brote de fiebre aftosa humana, que de acuerdo a diversas notas periodísticas publicados en medios de comunicación, se reportaron casos de contagio en algunos menores de edad en una escuela de jardín de niños de la ciudad de Reynosa, Taumalipas y también, en algunas escuelas del sur de la Ciudad de México.

Signos y síntomas

El cuadro clínico que afecta al hombre, por lo general, se asemeja a los observados en los animales. Después de 2 a 4 días de incubación, se manifiesta cefalalgia, pirexia, temblores y sed. Más adelante se suma el prurito, faringitis, amigdalitis y, en contados casos, gastroenteritis. Posteriormente aparecen a las lesiones vesiculares, cuyo tamaño varía desde el de la cabeza de un alfiler hasta grandes ampollas. Las vesículas suelen presentarse frecuentemente en las manos, especialmente en la zona interdigital, o más a menudo, en los pies; por sobre los labios o la cavidad bucal.

Uno o dos días posteriores al comienzo de la fiebre, se pueden producir llagas dolorosas en la boca (aftas). Con frecuencia aparecen en el fondo de la boca, en forma de puntitos rojos que se vuelven ampollosos y pueden derivar en llagas.
En los dos días siguientes, puede aparecer sarpullido puntiforme de color rojo, y a veces ampollas en las palmas de las manos y plantas de los pies, que se puede extender a las rodillas, codos, nalgas o inclusive, al área genital.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico se puede hacer sobre una base exclusivamente clínica, más aún cuando la fiebre aftosa es enzoótica en una localidad, considerando la edad y síntomas del paciente; el aspecto del sarpullido en la piel y las llagas en la boca. Dependiendo de la gravedad del cuadro- o la duda diagnóstica- se pueden tomar muestras de la garganta y las heces, para verificar la existencia del virus a través de análisis de laboratorio.

El tratamiento es sintomático, con  el uso Paracetamol/Ibuprofeno, una correcta hidratación- especialmente en los niños más pequeños- además de dieta fría y blanda.

Prevención

Deben cumplirse las medidas básicas como el lavado de manos minucioso, utilizar cubiertos individuales, evitar saludar de beso; y estornudar en la parte del antebrazo.

En cuanto a los animales domésticos, que son la principal agente de contagio para el humano, se les debe aplicar la vacuna específica, que protege contra vario serotipos del VFA, a través de campañas vacunatorias periódicas en los distintos países.