Estudios sugieren que la luz nocturna podría aumentar el riesgo de cáncer en las mujeres
El cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en la población femenina mundial en general y también la causa más frecuente entre las mujeres de América Latina, con una prevalencia del 36.3%. En los países desarrollados, su incidencia es aún mayor. Además, es la causa de mayor mortalidad en el sexo femenino, representando un 14,7% de las defunciones anuales.
Entre las mujeres de México, según cifras de la Secretaría de Salud, los reportes epidemiológicos hablan de 6,000 muertes por cáncer de mama al año. La incidencia aproximada es de unos 23 mil casos nuevos, es decir, una cantidad de 60 nuevos casos al día.
Lamentablemente , las cifras de incidencia de este tipo de cáncer van en aumento a nivel mundial, pese a los esfuerzos de los Ministerios de Salud de cada país para revertir el problema, que pueden explicarse, en parte, por los estilos de vida poco saludables que se han instalado en la población general.
Los factores de riesgo reconocidos para el cáncer de mama incluyen varios tipos de mutaciones genéticas heredadas, sobrepeso u obesidad, el consumo de alcohol, así como el sedentarismo. Actualmente, sumado a estos factores de riesgo, las investigaciones han sugerido que la exposición a la luz durante la noche también podría repercutir en el aumento del riesgo de cáncer mamario, si bien no se ha aclarado el mecanismo fisiopatológico que estaría actuando.
Estos estudios han encontrado una relación entre la exposición a la luz artificial durante la noche con la disminución de las concentraciones de melatonina, que es la hormona encargada de la regulación del ciclo sueño-vigilia.
La oscuridad desencadena las respuestas fisiológicas que conducen al aumento de la melatonina, que nos indica el momento de dormir. Por lo tanto, al estar expuestos a la luz artificial durante el período nocturno, los niveles de melatonina se ven disminuidos, lo que según especulan, podría ocasionar un incremento en los niveles estrogénicos circulantes y/o activar los receptores de estrógenos vinculados al cáncer de mama, con una proliferación excesiva de las células endoteliales mamarias, que según ha reportado una investigación previa.
El estudio
Este estudio tuvo como autor principal a Peter James, del Harvard Pilgrim Health Care Institute at Harvard Medical School in Boson, y sus colegas, que publicaron sus resultados en la revista Environmental Health Perspectives.
El estudio incluyó el análisis de casi 110,000 mujeres inscritas en el Nurses ‘Health Study II de 1989 a 2013. Para sus análisis incluyeron los datos obtenidos de imágenes satelitales, utilizados con el fin de evaluar los niveles de luz artificial al aire libre durante la noche, en las áreas en las cuales vivía cada mujer. También se recabaron datos sobre el estado de salud de las mujeres, su grado de ocupación en trabajos nocturnos e información sobre factores socioeconómicos de las participantes.
Los resultados del estudio
El equipo de investigadores encontró que aquellas mujeres cuyos lugares de residencia tenían un elevado nivel de iluminación nocturna en zonas al aire libre, presentaban un 14% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama, que en comparación con aquellas cuyos domicilios recibían menores niveles de iluminación.
Pero esta asociación entre la presencia luz nocturna al aire libre y el cáncer de mama se evidenció sólo en el grupo de mujeres que estaban en etapa premenopáusica, además de haber sido fumadoras en el presente o que habían abandonado el tabaquismo.
Mayor riesgo en trabajos nocturnos
Otro de los hallazgos consistió en que esta asociación era más evidente en el caso de las para las mujeres cuyos trabajos incluyen turnos de noche, por lo cual investigadores piensan que este hecho podría deberse a su mayor exposición a la luz artificial nocturna que ocasionaría la disminución en los niveles de melatonina y la consiguiente alteración del ciclo circadiano.
Si bien los investigadores reconocieron que se requieren de más estudios para confirmar estos resultados y dilucidar los posibles mecanismos fisiopatológicos implicados, James y su equipo creen que su estudio puede haber servido para identificar otro factor de riesgo potencial para uno de las patologías malignas de presentación más común entre las mujeres.
«En nuestra moderna sociedad industrializada, la iluminación artificial es casi omnipresente, y nuestros resultados sugieren que esta amplia exposición a las luces exteriores durante las horas nocturnas podría representar un nuevo factor de riesgo para el cáncer de mama«.