Cáncer renal: la inmunoterapia mejora los índices de supervivencia
Dentro de las neoplasias malignas, el cáncer de células renales (también llamado cáncer de riñón o adenocarcinoma renal) es una patología que cursa con la proliferación de células malignas, que tienen su origen en la corteza renal.
Este tipo de cáncer es responsable de un 2-3% de todos los tumores malignos que se presentan en el adulto. Es el doble de frecuente en hombres que en mujeres y es más habitual en afroamericanos que en personas de raza caucásica. Si bien se puede presentar en cualquier edad, la mayoría de los casos se diagnostican entre los 40 y 60 años de edad.
La mayoría de los casos de carcinoma renal son del tipo de células claras, en el que subyacen anomalías genéticas que conducen a una producción excesiva un factor que promueve la angiogénesis (hace proliferar los vasos sanguíneos) del tumor, que mantiene e incrementa su crecimiento.
Dentro de las terapias dirigidas contra la angiogénesis tumoral está el sunitinib, que pese a ser un tratamiento estándar de primera línea en casos de carcinoma avanzado de células renales, muchos pacientes presentan una resistencia ante este tipo de fármacos, por lo que resultan ineficaces en estos casos.
Por su parte, la inmunoterapia es un enfoque de tratamiento que aprovecha los leucocitos del propio sistema inmunológico del organismo para atacar las células cancerosas, en forma de monoterapia o través de la combinación con otros fármacos, a fin de aumentar su efectividad. Como el avelumab, que actúa como un estímulo para la actividad de las células o linfocitos T que atacan y destruyen las células tumorales.
En los ensayos avanzados y la administración de los tratamientos, se ha demostrado que estos fármacos son seguros y que su actividad antitumoral persiste en el tiempo, requisitos para ser empleados como tratamiento de primera y segunda línea en tumores de varios tipos, incluido el carcinoma avanzado de células renales.
Los estudios y sus resultados
Muy recientemente se publicaron dos estudios separados en el New England Journal of Medicine, que evaluaron la respuesta al tratamiento y la progresión de la enfermedad, en base al uso de un antineoplásico estándar de primera línea y la inmunoterapia:
- Un ensayo que empleó la combinación de pembrolizumab (nombre comercial Keytruda) y axitinib (Inlyta) en comparación con sunitib: incluyó a 861 pacientes con cáncer de células renales. De ellos, 432 recibieron pembrolizumab por vía intravenosa más axitinib, mientras que 429 recibieron sunitinib.
- El otro ensayo utilizó avelumab (Bavencio): este estudio comparó el empleo de avelumab-axitinib con el sunitinib estándar (Sutent). Contó con 886 pacientes con cáncer de células renales e incluyó pacientes no tratados previamente, afectados con carcinoma avanzado de células renales. De ellos, 442 recibieron avelumab más axitinib como tratamiento, y 444 recibieron solo el sunitinib.
Resultados obtenidos
Los resultados evidenciaron que los pacientes con cáncer de células renales tuvieron resultados significativamente mejores cuando su terapia combinó el axitinib (Inlyta) con la inmunoterapia avelumab: la supervivencia media libre de progresión de la enfermedad fue de 13,8 meses más entre los pacientes tratados con avelumab-axitinib, en comparación con 7,2 meses entre los tratados solo con sunitinib. Los pacientes que recibieron el tratamiento combinado tuvieron un riesgos 47% menor de muerte y 31% menor de progresión de la enfermedad o muerte, e relación a aquellos a los que se les administró sunitinib.
Por su parte, en el otro estudio, la supervivencia media libre de progresión fue de 15,1 meses en el grupo de pembrolizumab-axitinib y de 11,1 meses en el grupo de sunitinib. El porcentaje de pacientes que vivieron 12 meses después del tratamiento fue del 89,9% en el grupo de pembrolizumab-axitinib, en comparación con el 78,3% en el grupo de sunitinib.
El Dr. Brian Rini, oncólogo de la Cleveland Clínic, primer autor del estudio sobre pembrolizumab, se refiere a los cambios posibles en base a la terapia combinada:
«Los resultados del estudio cambiarán absolutamente el estándar de atención en esta enfermedad. Lo que se vio fue realmente resultados sin precedentes en términos de un beneficio de supervivencia general con el índice de riesgo más bajo, lo que significa el mayor beneficio que se haya visto nunca en el cáncer de riñón «, «Medimos la eficacia de los medicamentos contra el cáncer de muchas maneras diferentes: los pacientes viven más tiempo, ante todo, pero también en otras medidas, en las que esta combinación fue superior al sunitinib«.
Efectos secundarios
En ambos estudios, las limitaciones y los efectos secundarios de la terapia de combinación fueron los esperados en caso que se aplicaran individualmente, pues ambos tratamientos no son fáciles de tolerar y los efectos secundarios de las terapias dirigidas oncológicas pueden incluir diarrea, elevación de la tensión arterial, problemas tiroideos o hepáticos, como hepatitis y enzimas hepáticas elevadas. En el caso de los efectos de la inmunoterapia, incluyen síntomas similares a la gripe, diarrea y riesgo de infección.
El Dr. J. Leonard Lichtenfeld, director médico interino de la American Cancer Society , que no participó en ninguno de los dos estudios opinó sobre los resultados:
«Aprendimos de otros estudios, no en cáncer de riñón sino en otros estudios, cuando comenzamos a combinar algunos de estos tratamientos, los efectos secundarios pueden ser sustanciales, y eso en sí mismo puede ser un problema. Habiendo dicho eso, la realidad es que la adición del fármaco de inmunoterapia prolongó la supervivencia más que el tratamiento estándar «, «Algunos dirán que fue solo una cuestión de un par de meses, ¿y eso es realmente una mejora, dado el costo y los efectos secundarios de los medicamentos de inmunoterapia? Pero de la misma manera, también es muy posible que no hayamos seguido estos pacientes por tiempos lo suficientemente largos «, «Así que podemos ver a algunos pacientes que tienen una mejoría notable como resultado de este tratamiento«.
Los tratamientos combinados para el cáncer de células renales de estos dos ensayos aún no están aprobados por la FDA de los E.E.U.U., pero la interrogante clave es si estas nuevas opciones cambiarán la calidad de la atención y calidad de vida de los pacientes, según dijo Lichtenfeld:
«No creo que este estudio vaya a marcar una diferencia inmediata de la noche a la mañana, pero sí sospecho que con el tiempo se convertirá en un tratamiento estándar más para el carcinoma de células renales metastásico o recurrente”.
Esto brinda nuevas y esperanzadoras posibilidades a la forma en que los médicos abordan el tratamiento del cáncer renal, que podría estar evolucionando y dando mayores posibilidades de supervivencia a los pacientes, además de aportar nuevos datos en cuanto a la forma en que las inmunoterapias en general influyen en los enfoques de tratamiento y sus futuras posibilidades a explorar.