Avanza la detección temprana del cáncer, gracias a las biopsias líquidas

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Un equipo de investigadores desarrolló una prueba que examina el ADN y las proteínas relacionadas con cáncer a través de una sencilla prueba de sangre, con la que lograron detectar ocho tipos de cáncer en pacientes con tumores que aún no se habían diseminado.

Si bien la prueba todavía tiene algunas objeciones en cuanto a la detección de tumores más pequeños o la revisión en pacientes con otras enfermedades crónicas, lo cierto es que esta prueba es un gran paso hacia uno de los objetivos que perseguía la ciencia médica desde hace años: pruebas sencillas que pudieran identificar el cáncer en sus estadios más tempranos con mayor precisión que las que ya existían.

El trabajo se publicó este jueves en la revista Science y explica como la prueba, llamada CancerSeek se aplicó a mil pacientes con cáncer de ovario, hígado, estómago, páncreas, esófago, colon, pulmón o mama. Los resultados demostraron la efectividad de la prueba en más de 99% de los casos.

En un futuro, esta prueba podría ser parte de los procesos rutinarios de revisiones médicas y permitirá detectar los tumores antes de que comiencen a causar síntomas, lo que aumenta las posibilidades de una cura total, gracias a la prueba desarrollada por el equipo que lideran Nickolas Papadopoulos, Bert Vogelstein y otros en la Universidad Johns Hopkins.

Sus resultados también los ubicarían en los primeros lugares de las inversiones de varias empresas, que ya tienen listos mil millones de pesos para empezar a distribuir entre investigaciones que apoyen la detección temprana del cáncer.

ADN, la clave del estudio

Las células cancerígenas se originan por las mutaciones genéticas en el organismo. El problema es que las células sanas que están muriendo eliminan el ADN que mutó en la sangre. Esto es el principal desafío que tienen las pruebas de sangre para cáncer.

El grupo de la Universidad Johns Hopkins y otras investigaciones anteriores demostraron que etas pruebas de ADN del tumor transmitido —llamadas biopsias liquidas de ADN— pueden revelar distintas cosas, como si el cáncer de ese paciente responde a ciertos fármacos.

Pero una cosa es estudiar el ADN en casos ya avanzados y otra detectar el poco ADN que hay en la sangre cuando los tumores apenas están en una etapa inicial.

Los investigadores y colaboradores de Johns Hopkins descubrieron se puede mejorar los resultados cuando se agregan más genes a la prueba. Primero secuenciaron 16 genes que son los que mutan con distintos tipos de cáncer, pero al agregar ocho biomarcadores de proteínas,  aumento la sensibilidad de la prueba y se pudo concentrar el trabajo en el tejido del tumor.

Esta sensibilidad permitió que la eficacia de la prueba de 69% o más en los cánceres de ovario, hígado, estomago, páncreas y esófago, que son los más difíciles de detectar en etapas tempranas.

Otro avance que se encontró es que la prueba tiene un margen de error de menos 1%: solo siete de 812 casos dieron positivos a cáncer, aun cuando el paciente estaba sano. Esta cifra es un logro para este tipo de investigaciones.

El segundo logro es el precio. El equipo estima que cada muestra tendrá un costo de menos de 500 dólares.

«Es un número muy atractivo porque está en el rango de otras pruebas de detección del cáncer, como la colonoscopia”, «, dice el patólogo molecular Anirban Maitra del MD Anderson Cancer Center en Houston, Texas.

Obstáculos por librar

Si bien los resultados han sido sorprendentes, todavía quedan algunas advertencias sobre la prueba. Una es que las proteínas que se utilizan en la prueba están presentes también en el organismo de personas que padecen enfermedades inflamatorias, como artritis.

Esto podría aumentar el 1% de falsos positivos que se logró en la primera ronda de pruebas cuando se aplique en poblaciones con padecimientos previos, dice el investigador de proteómica Lance Liotta de la Universidad George Mason en Manassas, Virginia.

Otro sector en el que podría haber problemas es en pacientes asintomáticos, que tiene tumores pequeños y cuyas muestras de ADn son todavía menores que en el resto de los pacientes con cáncer.

Incluso el dato en estos casos no es tan alentador. Apenas 43% de los casos en estadio 1 muy temprano pudo detectarse.

Los pacientes que hayan dado positivo dos veces a la CancerSEEK deberán acudir al médico para hacer exámenes de imagenología, en las que se pueda encontrar el tumor. Sin embargo, esto abre la puerta a una pregunta que se han hecho los médicos desde hace mucho tiempo: ¿La prueba detectará tumores pequeños que nunca crecerán lo suficiente como para causar problemas pero que serán tratados de todos modos, a un costo, riesgo y ansiedad innecesarios para el paciente?

Al respecto, Papadopoulos consideró que esto se puede resolver con la experiencia médica, pues el problema no sería el sobrediagnóstico, sino el sobretratamiento que empiece a generarse en los servicios de salud.

«Una prueba no tiene que ser perfecta para ser útil«, dice Papadopoulos.

A pesar de las complicaciones a las que ya se enfrentó, CancerSEEK está lista para convertirse en una herramienta de detección, incluso, el Sistema de Salud Geinsinger de Pensilvania ya comenzó a usar la prueba en un grupo de mujeres voluntarias que nunca han tenido cáncer.

El estudio tendrá un costo de 50 millones de dólares y está pensado a cinco años, para que 50 mil mujeres se vean beneficiadas por este tratamiento de prevención, financiado por la organización The Marcus Foundation.

Con información de Sciencemag.org