Aumenta la mortalidad infantil en Venezuela tras la crisis económica y sanitaria

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Durante la segunda mitad del siglo XX, Venezuela fue uno de los países de América Latina que experimentó uno de los mayores descensos en la mortalidad infantil, pasando de 108,0 por 1,000 nacidos vivos en 1950 a 18,2 por 1,000 en el 2000. Este suceso fue impulsado por el progreso económico, que elevó los niveles de vida de la población, mejoró las condiciones higiénicas, impulsó y financió campañas de vacunación masiva, distribución de antibióticos y permitió la eliminación de vectores transmisores de enfermedades.

Sin embargo, este positivo panorama cambiaría drásticamente tras la crisis que vive Venezuela desde comienzos del 2013, que ha afectado todos los aspectos que conciernen a la vida de un país: la política, la situación económica y social, que ha llevado a la escasez de productos básicos y medicinas. Todos estos factores han tenido un fuerte impacto en las condiciones sanitarias y carencia de control de enfermedades prevenibles.

En base a los datos existentes en el 2016, la OMS ha informado de un aumento de las enfermedades infecciosas y parasitarias que se habían controlado o erradicado en décadas anteriores, han venido a resurgir en formas de brotes de sarampión y difteria, un drástico aumento en los casos de malaria y tuberculosis y la ausencia casi total de tratamiento antirretroviral para personas VIH positivas. Todo ésto, agravado por los niveles crecientes de desnutrición, aumentan la susceptibilidad entre los venezolanos a contraer enfermedades infecciosas e incrementan las probabilidades de sufrir complicaciones.

Situación del sistema sanitario

En el año 2013, el gobierno venezolano dejó de publicar informes estadísticos sobre mortalidad y la Asamblea Nacional de Venezuela declaró una crisis humanitaria en el 2016, por lo que se desconoce con certeza los indicadores claves de salud de este país.

Desde el 2007, el gasto público destinado a salud ha disminuido, lo que ha llevado a un desbalance de la proporción entre pacientes y médicos, además de la precarización creciente de las campañas de vacunación.

Dados los elevados niveles de pobreza y falta de recursos básicos con los que cuentan las instituciones sanitarias, se estima que las tasas de mortalidad infantil en Venezuela pueden haber empezado a aumentar en 2009, coincidiendo con la reducción sustancial del aporte económico dirigido al sistema sanitario.

Esta escasez de medicamentos básicos, suministros quirúrgicos y fórmulas infantiles han llevado a su encarecimiento gradual, haciendo que la cobertura y atención médica para la mayoría de los venezolanos sea un beneficio inalcanzable.

Desde la crisis, en el 2014, el gasto de los hogares representó el 64% del gasto total en salud, una de las cifras más elevadas de América Latina, agravado por el franco deterioro del estado nutricional de los habitantes, que según datos del 2017, daban cuenta que el 89,4% de los hogares no contaban con el suficiente dinero para comprar alimentos.

Mortalidad infantil en aumento

A falta de datos oficiales posteriores a 2013, un nuevo estudio observacional publicado en la revista The Lancet Global Health fue realizado por varios investigadores, pertenecientes al Instituto Nacional de Estudios Demográficos, Université Paris 1 Panthéon Sorbonne, París, Francia; Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales IIES; Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela y el Departamento de Estadística, Escuela de Sociología (FaCES), Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.

Dado que los investigadores, no cuentan con datos estadísticos oficiales de mortalidad infantil posteriores al 2013, , utilizaron todas las fuentes de datos disponibles, incluidos los recuentos de muertes a partir de datos hospitalarios (Boletines de enfermedades notificables 2014–16); el historial resumido de nacimientos a partir de datos de censos y encuestas (ENCOVI 2016), a partir de lo cual crearon un modelo estadístico para estimar la tasa de mortalidad en los lactantes, señalando que se arriesgaron a emitir estas estimaciones debido a la suposición básica de que el registro de nacimientos y defunciones se mantuvo igual al nivel observado antes de la crisis, a pesar del menoscabo sufrido por los servicios públicos. 

Sus cálculos sugieren que la tasa de mortalidad infantil fue de 21,1 muertes por 1,000 nacidos vivos en el 2016, que evidencia la incapacidad de Venezuela de mantener su compromiso con el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas, para reducir la mortalidad infantil a 9 o menos por cada 1,000 nacidos vivos para el 2015.

Estos datos contrastan dramáticamente con la política sanitaria que imperó en Venezuela antes de la crisis, como indica Jenny García, del Instituto Nacional de Estudios Demográficos, Université Paris 1 Panthéon, Francia:

«Durante la década de 2000, Venezuela creó políticas destinadas a proteger a sus poblaciones más vulnerables, pero estos esfuerzos no se reflejan en las tasas de mortalidad de niños evitables vistos hoy en Venezuela. Lamentablemente, el país está mostrando un deterioro de la supervivencia infantil por primera vez. Venezuela es el único país de América del Sur que se ha elevado a los niveles de mortalidad infantil de los años noventa. Las tendencias en las tasas de mortalidad infantil comenzaron a cambiar a partir de 2009, las tasas dejaron de disminuir y comenzaron a aumentar, con el mayor incremento observado después de 2011. En 2016, La Asamblea Nacional de Venezuela declaró una crisis humanitaria en el país y solicitó ayuda humanitaria internacional para facilitar la importación de suministros médicos y medicamentos al país. Este intento y todos los demás han sido vetados por el Gobierno. Este estudio proporciona una sólida base de evidencia para tomar medidas para aliviar y ayudar a la crisis humanitaria en curso en Venezuela«.


Los investigadores indican que la tendencia al incremento de la mortalidad infantil se deba al impacto en el deterioro de los niveles de vida y al empobrecimiento de los sistemas de salud, como explica García:

Durante las crisis importantes, las causas más comunes de muerte son las que se reportan en países con las tasas más altas de mortalidad infantil: enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas, sarampión, malaria y desnutrición severa. Todos estos elementos están presentes en Venezuela y ciertamente afectarán adversamente la futura mortalidad infantil”.

Estos graves acontecimientos y la falta de información del país repercute en que la ayuda humanitaria y financiamiento de emergencia para salud de las organizaciones mundiales sea muy lenta e insuficiente para abordar un problema de tal magnitud que afecta al sistema de salud venezolano.