Las personas nocturnas deberían tener otros horarios laborales
Una realidad dura de enfrentar dentro del ambiente laboral son los horarios. Si bien, aunque mucha gente se adapta sin problemas al estilo de vida. Lo cierto, es que para algunos, la realidad es muy diferente. Es decir, no todos se sienten cómodos realizando actividades desde temprano. Y otros grupos no son capaces de llevar sus actividades hasta muy tarde.
Para empezar, es un dato muy conocido que entre personas, los hábitos suelen ser muy distintos. Ya sea por disponibilidad de tiempos o por comodidad para realizar algunas actividades. Aunque en ocasiones, la razón de porque ocurre ésto va más allá de sólo los hábitos. No obstante, la razón de fondo se encuentra en las cuestiones biológicas de cada individuo. Las cuales igual juegan un rol importante en la salud.
Ritmo circadiano y el día a día
Si uno tiene hábitos regulares de sueño, notará algunas cosas. Por ejemplo, que existen horas en las que es fácil realizar actividades y no hace falta la energía. En cambio, existen momentos en dónde es casi imposible hacer algunas tareas sin sentirse agotado. Todos estos momentos se repiten día a día casi a las mismas horas. Por esa razón, es fácil ver que nuestras actividades se ven afectadas por un «ciclo interno«, algo así como un reloj biológico. Entonces, es cuando entra el llamado ciclo o ritmo circadiano.
Dicho ciclo esta íntimamente ligado con las horas de sueño y momentos de máxima energía durante el día. Y más que estar sometido a nosotros, nosotros debemos someternos a él, si queremos aprovechar al máximo el día. De hecho, el desempeño de algunas actividades puede mejorar hasta un 26% sabiendo aprovechar los ciclos.
Ciclo circadiano y vida laboral
Aunque es conocido entre los especialistas de la salud el ciclo circadiano, hace falta hacer estudios para comprobar su impacto en algunas actividades. Por esta razón, investigadores liderados por el doctor Elise Facer-Childs de la Universidad de Birmingham realizaron un estudio al respecto.
Para realizar el estudio, el equipo reclutó un grupo de 38 adultos sanos. A fin de identificar la naturaleza del ciclo circadiano les aplicaron el Cuestionario de Cronotipo de Munich (MCTQ por sus siglas en inglés). A partir del cuestionario, identificaron que 16 individuos tendían a despertar temprano. Mientras que los 22 restantes tenían preferencia por horarios en la tarde.
Durante dos semanas, los investigadores observaron los niveles de melatonina y cortisol a lo largo del día.
Después de recolectar y analizar los resultados, el estudio muestra como es la realidad para las distintas personas. Mientras que las personas con tendencia a madrugar, mostraban mayores niveles de alerta durante las primeras horas del día. El otro grupo de personas mostraba menores niveles de alerta y mayor dificultad para realizar sus trabajos. Lo que se traduce en un grupo beneficiado por el horario y otro grupo que reducía su eficiencia a causa de su reloj biológico.
El doctor Facer comenta que, es necesario hacer modificaciones en los horarios. Si bien los dos grupos podían llevar a cabo sus trabajos, la eficiencia y calidad eran distintos. Y no por las habilidades, sino por como cada horario permite aprovechar mejor los ciclos circadianos.
Rutinas acordes a factores biológicos
Finalmente, la conclusión de los resultados se podrían traducir en adaptar los horarios a los ciclos biológicos, no tratar de hacer lo contrarios. De esta forma, no sólo se obtendría un mejor trabajo y mayor eficiencia, sino que también ayudaría a la persona a estar más cómoda en su área y aprovechar mejor sus horas de máxima energía.
Artículo original de la revista Sleep de Oxford, con información de Inverse, Science Direct y Sleep Foundation.