El consumo de marihuana estaría ligado a mayores concentraciones de esperma
La marihuana es una mezcla de partes desmenuzadas y secas de la planta de marihuana. Esta droga es muy popular alrededor del mundo; pero continúa siendo ilegal en varias regiones.
A pesar de lo anterior, hay países —Estados Unidos especialmente—, donde se ha probado el uso de la “marihuana medicinal” para aliviar síntomas de diferentes enfermedades con resultados positivos.
Los efectos de la marihuana aparecen de formas distintas según la persona que la consuma. Algunos entran en estado de euforia, otros se vuelven mucho más sensibles, a algunos más se les altera la percepción del tiempo, y, en muchos casos, aumenta el apetito.
Cuando esta hierba se fuma, sus químicos pasan de los pulmones al torrente sanguíneo; por lo tanto, son transportados al resto del cuerpo, incluido el cerebro.
Se sabe hasta ahora que la marihuana causa problemas de memoria, aprendizaje y comportamiento; además, claro, de problemas en las vías respiratorias con en el caso de los cigarrillos de tabaco.
Una de las preocupaciones recientes de los científicos es conocer los efectos de la marihuana en la salud reproductiva de las personas.
Investigaciones previas habían observado impactos negativos en la espermatogénesis tras el uso de marihuana; no obstante, las pruebas se realizaron en modelos animales o en personas con un historial de abuso de drogas.
Ahora, un nuevo estudio de la Harvard T. H. Chan School of Public Health dio a conocer que los hombres fumadores de marihuana en algún punto de su vida tiene mayores concentraciones de esperma en comparación con quienes nunca la han probado.
Los resultados fueron inesperados; mas, indicaron los expertos, es una prueba de que aún se conoce poco sobre los efectos de la marihuana en la salud sexual y en la salud en general.
Se estima que, en Estados Unidos, un 16.5% de la población masculina ha fumado marihuana. Anteriormente, los especialistas asociaban fumar esta droga con una mala calidad del semen; sin embargo, parece ser lo contrario.
Para comprobarlo, trabajaron con 662 hombres, de 36 años en promedio; todos pacientes del Massachusetts General Hospital Fertility Center entre el año 2000 y 2017.
En total, proveyeron 1143 muestras de semen; de forma adicional, 317 de los participantes proporcionaron muestras de sangre para analizar sus hormonas reproductivas.
Asimismo, se les aplicó un cuestionario para conocer el uso de marihuana por parte de los sujetos.
El 55% de ellos reportó haber fumado marihuana en algún punto de vida; de ellos, el 44% fueron fumadores de la droga en el pasado; y el 11% se clasificaron como fumadores actuales.
Posteriormente, se hicieron los análisis de las muestras. Las conclusiones: los fumadores de marihuana tuvieron una concentración de esperma de 62.7 millones por mililitro de eyaculación; por el contrario, la de los no fumadores fue de 45.5 millones por mililitro.
Sólo un 5% de los fumadores tenían concentraciones inferiores a los 15 millones por mililitro; en comparación con el 12% de los no fumadores.
Los resultaron también mostraron que, entre los fumadores, quienes usaban con mayor frecuencia la marihuana tenían altos niveles de testosterona.
Para los investigadores, estos hallazgos deben tratarse con cuidado; pues hay limitaciones potenciales como: la posibilidad de no haber reportado el uso de marihuana debido a que, en el momento de las pruebas, era una droga ilegal.
Para hacer extensivos estos resultados a la población en general hacen falta más exámenes; ya que los individuos involucrados habían solicitado tratamientos de fertilidad.
Finalmente, cabe mencionar que la interpretación de los resultados tiene dos vertientes:
La primera es: niveles bajos de marihuana pueden beneficiar la producción de esperma; porque causa efectos directos en el sistema endocannabinoide. Aunque acotan que esos beneficios pueden perderse con un consumo alto de la droga.
Por otro lado, estos hallazgos reflejan el hecho de que los hombres con niveles altos de testosterona son más propensos a tener comportamientos riesgosos.
La investigación completa se publicó en la revista Human Reproductions de Oxford Academics.