Estudio sueco asocia alimentación saludable y bienestar psicológico de los niños
El sobrepeso y la obesidad se han transformado en una pandemia, comprometiendo incluso a la población infantil, especialmente en los países desarrollados, como por ejemplo E.E.U.U.
Según indican las estadísticas, 1 de cada 3 niños y adolescentes norteamericanos presenta sobrepeso u obesidad. Estos niveles se han triplicado desde los años setenta.
Por su parte, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, siendo superado sólo por los Estados Unidos. Este problema se hace extensivo no sólo a la infancia y la adolescencia, sino también en la población en edad preescolar, ya que aproximadamente un 33% de los niños y adolescentes presenta sobrepeso u obesidad.
La principal causa atribuible a estas cifras son los malos hábitos en la alimentación, que dan como resultado una prevalencia del sobrepeso de un 70% en la edad adulta.
Más allá de las estadísticas
El sobrepeso suele ir acompañado de una serie de problemas de salud, pero además se relaciona con efectos psicológicos: los niños con sobrepeso son más propensos a la baja autoestima, la imagen corporal negativa y la depresión .
Debido a la magnitud de esta problemática, muchas investigaciones se centran en la comprensión de las causales psicológicas detrás del sobrepeso, así como en el impacto que genera el sobrepeso en el bienestar de la psique de los niños.
Estudios sobre psicología y obesidad
Uno de estos informes ha sido proporcionado por el Estudio de Identificación y Prevención de Efectos de Salud Inducidos por la Dieta y el Estilo de Vida en Niños y Bebés. Este estudio fue del tipo prospectivo de cohortes, cuyo objetivo era ayudar a prevenir la obesidad en los niños por medio de la comprensión de los factores que contribuyen a su aparición.
Estos datos fueron utilizados en una reciente investigación realizada por un equipo de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo en Suecia para analizar los vínculos entre el bienestar psicológico y el peso en los niños.
Material y método
El estudio incluyó a 7,675 niños en edades comprendidas entre los 2 y 9 años, pertenecientes a ocho países europeos: Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, España y Suecia.
Al comenzar el estudio, los padres completaron un cuestionario en el que debían detallar con qué frecuencia se ingerían determinados alimentos cada semana, dentro de un total de 43 opciones alimenticias.
En base a esta información, a cada niño se le asignó un Puntaje de Adherencia Dietética Saludable (HDAS), que aporta información sobre la adherencia del niño a una dieta saludable. La información obtenida tiene en consideración aquellos comportamientos positivos por parte de los encuestados, como es evitar los alimentos ricos en grasas y azúcares, además de incluir la ingesta de verduras y frutas frescas.
Además, esta investigación evaluó el bienestar de los niños al inicio y al final del período de estudio que comprendía 2 años. Esta información incluía datos psicológicos sobre la autoestima, problemas emocionales, así como las relaciones con los padres y compañeros. La altura y el peso también se registraron al inicio y al final del estudio.
Resultados y conclusiones
Hay que resaltar que este estudio es el primero en examinar los vínculos entre las puntuaciones HDAS y el bienestar psicológico de los niños.
Después de analizar los datos obtenidos, surgió un patrón claro que vinculaba la dieta con el bienestar psicológico, hallazgos que fueron publicados en la revista BMC Public Health, y que resume la Dra. Louise Arvidsson: «Encontramos que en niños pequeños de entre 2 y 9 años, existe una asociación entre el cumplimiento de las pautas dietéticas saludables y un mejor bienestar psicológico, que incluye menos problemas emocionales, mejores relaciones con otros niños y una mayor autoestima, 2 años más tarde «, «Nuestros hallazgos sugieren que una dieta saludable puede mejorar el bienestar de los niños«.
Los autores indicaron que los niveles más altos de autoestima encontrados en los niños al inicio del estudio se asociaron con un HDAS más alto después de transcurrido los 2 años, y que las asociaciones entre HDAS y el bienestar no se vieron afectadas por el peso del niño, hallazgo que fue inesperado: «Fue algo sorprendente descubrir que la asociación entre la dieta de referencia y un mejor bienestar dos años después era independiente de la posición socioeconómica de los niños y su peso corporal«.
Otros hallazgos y próximos pasos
Dentro del tipo y frecuencia de alimentación, encontraron que comer 2-3 porciones de pescado por semana se asociaba con una mejor autoestima, así como con la ausencia de problemas emocionales o conflictos con los compañeros. La ingesta de productos integrales también se relacionó con buenas relaciones entre los infantes.
Como hallazgo llamativo, se menciona que las asociaciones fueron en ambas direcciones, ya que aquellos niños que experimentaban mayor sensación de bienestar comían frutas, grasas y azúcares de acuerdo con las recomendaciones dietarias, y los que evidenciaban una mayor autoestima ingerían menores cantidades de azúcares.
Coincidiendo con otras investigaciones, encontraron que existe una relación directa entre emociones y alimentación.
Limitaciones del estudio
Si bien los hallazgos son interesantes, los investigadores mencionan algunas limitaciones a tener en consideración, puesto que el estudio fue observacional y se basó en datos entregados por los encuestados, implica que la causa y el efecto no se pueden determinar.
Aparte, hay que tener presente que los niños con dietas más pobres y baja autoestima tenían mayor propensión a abandonar el estudio, por lo que las conclusiones fueron más difíciles de obtener.
Se necesitas más estudios para confirmar estos hallazgos, como explica Arvidsson: «las asociaciones que identificamos aquí deben confirmarse en estudios experimentales que incluyan niños con diagnóstico clínico de depresión, ansiedad u otros trastornos del comportamiento en lugar del bienestar informado por los padres«.