Salud mental infantil durante el confinamiento: ¿cómo cuidarla?

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Este año, en medio de la pandemia que vivimos, la vida cotidiana se ha alterado y ha implicado muchos retos y cambios para todos. Esto ha tenido un impacto emocional en los adultos, así como en la salud mental de niñas y niños. Para saber qué hacer al respecto, en Nación Farma platicamos con Aurore Brossault, consultora en salud mental y psicosocial para UNICEF México.

La salud mental, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), abarca actividades relacionadas con el bienestar mental, físico y social. No se trata solo de la ausencia de afecciones o enfermedades. Aurore Brossault resalta que, a pesar de ser invisible, afecta a la forma en la que pensamos, sentimos o interactuamos con nuestro entorno.

Las alteraciones en la salud mental se producen en todas las edades, lo que significa que también pueden aparecer problemas durante la infancia. Por esto, la experta señala que, como padres y madres, debemos poner atención a cualquier cambio de comportamiento o en las emociones de los hijos.

Algunos síntomas pueden ser tristeza de dos o más semanas, que los niños se retiren de las interacciones sociales o actividades que disfrutaban hacer, mayor irritabilidad o mucho llanto. Incluso puede manifestarse en malestar físico, como falta o exceso de apetito, problemas para dormir, náuseas, dolor de cabeza o de estómago.

La consultora de UNICEF, además, hace hincapié en una señal que puede indicar un problema más serio: si los niños hablan de herirse a sí mismos o se lastiman, es necesario acudir a un profesional de la salud mental.

Estrés y miedo: dos reacciones derivadas del confinamiento

Durante este confinamiento, consecuencia de la pandemia por la COVID-19, ha habido muchos cambios repentinos y gran incertidumbre.

«Fue un cambio tremendo para todos, también para los niños y niñas. Tuvieron que adaptarse a la escuela de manera virtual y, por ejemplo, no ver más a sus compañeros y compañeras».

Aurore Brossault

En ese sentido, la red de salud mental de UNICEF México ha notado la aparición de dos sentimientos durante esta cuarentena: el estrés y el miedo, los cuales, según Aurore Brossault, se han manifestado de diferentes formas. Estas van desde volver a orinar en la cama hasta el aumento de pesadillas, problemas para conciliar el sueño, llanto excesivo por miedo o no querer dormir en soledad.

Un daño colateral de lo anterior es la poca concentración en las clases debido a la falta de comprensión sobre la situación o por no contar con compañía en sus clases. Por si fuera poco, hay niños que no solo están siendo testigos de un aumento en la violencia doméstica en sus hogares, sino que son víctimas de ella.

¿Cómo ayudar a niñas y niños a cuidar su salud mental?

Aurora Brossault expresa que una parte del cuidado de la salud mental es aprender a gestionar las emociones a cualquier edad. En otras palabras, que seamos capaces de reconocer y nombrar lo que sentimos para poder apoyar a los más pequeños a hacer lo mismo. ¿Cómo lograrlo? Hablando de forma clara y concisa.

«A veces pensamos que (los niños) no entienden, pero ellos entienden mucho y, sobre todo, observan y escuchan; así que es importante buscar las palabras más adecuadas para la edad del niño o la niña y evitar la sobrexposición a las informaciones, noticias e imágenes».

Aurore Brossault

Otro consejo es responder a todas las preguntas que hagan; de ese modo, evitaremos que su imaginación los lleve a crear ideas peores que la realidad, como el pensar que «el virus es un monstruo que los está esperando en la calle», ejemplifica la consultora Brossault.

Por lo anterior, hablar de qué está sucediendo ayuda a que sus pensamientos sean sobre situaciones más reales. De igual forma, Brossault aconseja desconectar la enfermedad de la muerte, es decir, explicar que una persona infectada por el virus que causa la COVID-19 no necesariamente va a fallecer y que el miedo o la tristeza son normales.

«Lo importante es reconocer esta emoción y expresarla de manera adecuada; o sea, cualquier emoción está permitida, pero no cualquier forma de expresarla: no podemos golpear a otra persona o gritar».

Aurore Brossault

Para canalizar el enojo o la tristeza, la especialista aconseja usar dibujos, juegos, conversaciones, permitir el llanto u ofrecer abrazos. Asimismo, establecer rutinas es indispensable para que niñas y niños puedan tener un sentido de control y previsibilidad: al darles un horario y actividades, sentirán que todo está bien planeado.

Otras acciones posibles son distinguir el fin de semana del resto de los días y permitirles que ayuden con las tareas domésticas —adaptadas a su edad—. De esa manera, se sentirán integrados y responsables.

Buscar una nueva forma de convivir

La convivencia es fundamental para el desarrollo en la infancia. Por ese motivo, Aurore Brossault sugiere que, en la medida de lo posible, se organicen momentos para conectar a niños y niñas con familiares o incluso con amigos de su edad a través de videollamadas. Eso resultará positivo para que puedan hablar y ver a otras personas que no sean solo adultos.

En casa, otorgar espacios de juego en familia, con actividades adaptadas para todos, es otra forma de mantener una sana convivencia y, al mismo tiempo, de cuidar la salud mental de niñas y niños.

En casos de estrés en el hogar, el primer paso es que, como padres, madres o tutores, reconozcamos que lo estamos sintiendo. Así podremos usar las herramientas necesarias —como respiraciones, ejercicios, salir a tomar aire— para lograr la calma y apoyar a los hijos para gestionar sus propias emociones sin gritos ni acciones que aumenten la tensión.

No reprimir emociones

Aurore Brossault aconseja una serie de acciones para lograr una mejor convivencia y cuidar la salud mental de niños y adultos:

  • No reprimir la emoción. Indagar sobre qué está sucediendo y nombrar a ese sentimiento.
  • Buscar una manera adecuada de expresarlo. En UNICEF México, hay recursos y guías que pueden ayudar en esta tarea.
  • Solicitar apoyo especializado. Si la situación no se puede controlar por cuenta propia y la niña o niño manifiesta que quiere hacerse daño, se debe acudir a una consulta con personal experto en salud mental. En UNICEF México, también cuentan con un directorio de ayuda gratuita.
  • Como padres y madres, debemos fungir como guías y no tapar los sentimientos aunque parezca que pueden ser fuertes.

«Se trata de aceptar que no hay emociones negativas, sino que son agradables y no tan agradables, y favorecer que (los niños) las demuestren poco a poco para no lastimarse a sí mismos y tampoco a los demás».

Aurore Brossault

La salud mental de niños en la «nueva normalidad»

Aurora Brossault expone que debemos tomar en cuenta que niñas, niños y adolescentes se enfrentan al estrés de una manera diferente a la de los adultos. Por esto, tenemos que dejar de lado el «adultocentrismo» y el pensar que somos los únicos que sabemos. De hecho, la labor es adaptarnos a los más pequeños y ser conscientes de que tienen mucho que decir y aportar.

Para que sientan la libertad de hacer lo antes mencionado, es necesario crear un ambiente estimulante y reaccionar de manera positiva a sus preguntas, tener mucha paciencia y explicarles que es normal y está permitido sentir frustración, inquietud o enojo en situaciones como las que estamos viviendo.

Otros aspectos que deben revisarse son el entorno en casa y las prácticas de crianza, y hacer lo posible para evitar la violencia de cualquier tipo. Se trata de ofrecer «una crianza amorosa, pacífica, con comprensión. Dar muestras de cariño es fundamental para el buen desarrollo de los niños, no solo con palabras, sino también con gestos, abrazos, besos. Hay que ayudarlos a entender sus emociones» y reflexionar con ellos.

La consultora de UNICEF resalta que una crianza amorosa y pacífica no se trata de que todo esté permitido; requiere límites. Igualmente, implica escuchar de forma activa, «fijarse en lo que dicen los niños, en cómo lo dicen y hacerles preguntas para que se sientan escuchados. Hay que poner interés en lo que les gusta y buscar entenderlos».

Por último, Brossault destaca que, para atender la salud mental de los niños, es esencial estar atentos a cualquier cambio tanto emocional como físico, hablar con sus profesores, así como revisar señales físicas y cuidar nuestra salud mental como adultos. Todo esto en conjunto ayudará a una mejor gestión de las emociones en los niños.

«Aunque puede ser complicado, es importante mantener la calma, evitar gritos, tratar de empatizar, ser firme, hacer lo posible para no ponerse nervioso. Si nosotros nos sentimos mal, debemos tomarnos un tiempo y después pasar tiempo con los hijos».

Aurore Brossault

Aurora Brossault finaliza diciendo que la mejor forma de cuidar la salud emocional de los niños es pasar y disfrutar tiempo con ellos, pues lo que más aprecian es la compañía.

«Es muy importante, ahora en tiempos de cambio de vida para todos y de mucha incertidumbre, cuidar la propia salud mental y revisar cómo nos comportamos con nuestros hijos e hijas. No esperar que ellos actúen como adultos; ponernos en sus zapatos y recordar cómo éramos de niños y qué educación recibimos, si queremos la misma o si preferimos ofrecer otro tipo de educación más pacífica y amorosa».

Aurore Brossault