La vitamina D podría ayudar a combatir el cáncer colorrectal
Una prueba clínica llamada SUNSHINE ha encontrado que altas dosis de vitamina D reducen de forma significativa la progresión metastásica del cáncer colorrectal.
Dr. Kimmie Ng, directora de investigación clínica en Dana-Farber’s Gastrointestinal Cancer Treatment Center de Boston, declaró a Medical News Today que este ensayo clínico podría ser una puerta a nuevos tratamientos en el futuro.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores reclutaron a 139 personas con metástasis de cáncer colorrectal y los dividieron en dos grupos: a uno le darían altas dosis de vitamina D; al otro, bajas dosis.
Al grupo con altas dosis le administraron 8 mil unidades de vitamina D diarias por 14 días; posteriormente se cambió a 4 mil unidades. El grupo de bajas dosis recibió 400 unidades cada día durante todo el estudio.
Ambos grupos recibieron quimioterapia.
Los científicos observaron que la progresión del cáncer en el grupo de alta dosis se detuvo durante 13 meses; en el de baja dosis, la progresión de retrasó cerca de 11 meses.
Asimismo descubrieron que, en el grupo de alta dosis, experimentaron menor avance de la enfermedad o riesgo de muerte después del tratamiento, por un periodo de 22.9 meses.
Ahora, los especialistas planean un ensayo más largo para confirmar estos hallazgos.
Cáncer colorrectal, el cuarto más común
El cáncer colorrectal es el cuarto cáncer más común en América según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, se registran 24 mil casos nuevos y alrededor de 112 muertes como consecuencia de esta enfermedad.
Este padecimiento se puede detectar en etapas tempranas; de no hacerlo, afectará el intestino grueso, donde suele comenzar en forma de pólipos.
Algunos de sus síntomas incluyen:
- cambios en los hábitos intestinales, diarrea o constipación;
- sangre en heces fecales o en el recto;
- dolor e inflamación en el vientre;
- sensación de estómago lleno a pesar de no haber comido;
- fatiga o cansancio;
- pérdida de peso sin explicación;
- bulto en el abdomen;
- o deficiencia de hierro.
Cabe mencionar que los síntomas pueden aparecer hasta etapas tardías; por eso, es importante realizarse chequeos médicos, en especial si hay problemas gastrointestinales.
La identificación temprana y remoción de los pólipos pueden evitar que se desarrolle cáncer. En caso de la progresión de la enfermedad, los tratamientos incluyen quimioterapia, radiación y cirugía.
Vitamina D para prevenir cáncer
De acuerdo con los expertos, antes de la prueba SUNSHINE, solo 9% de los participantes tenían suficientes niveles de vitamina D.
La vitamina D, conocida como la vitamina del Sol, se produce en el cuerpo como respuesta a la exposición solar; aunque también puede obtenerse de comida y suplementos.
Las funciones de esta vitamina son:
- mantener la salud de huesos y dientes;
- apoyar la estabilidad del sistema inmune, cerebro y sistema nervioso; regular los niveles de insulina y ayuda al manejo de la diabetes;
- ayudar a la función de los pulmones y salud cardiovascular;
- y prevención de cáncer.
Los especialistas señalan que la vitamina D es muy importante en el crecimiento celular y en la comunicación entre células.
Existen estudios que sugieren que el calcitriol, el activo hormonal de esta vitamina, puede reducir la progresión cancerígena; pues retrasa el crecimiento y desarrollo de nuevas venas en el tejido canceroso.
Estas características llevaron a los autores a utilizar a la vitamina D en el proyecto SUNSHINE como un suplemento al tratamiento para cáncer colorrectal avanzado o metastásico.
Por supuesto, anotaron que esto no significa que las personas deban tomar altas dosis de vitamina D sin supervisión médica.
De hecho, este estudio no está concluido; ya que ha abierto nuevas preguntas sobre los efectos en personas con sobrepeso u obesidad, o tumores con un gen KRAS mutado.
Además, se necesitan pruebas a un número mayor de participantes para corroborar los resultados y utilizarlo como parte de las terapias contra el cáncer. Aun así, muestran el potencial de la vitamina D en el tratamiento de pacientes con cáncer colorrectal.
La investigación fue publicada en la revista JAMA.