Qué es la adicción sexual y cómo afecta la vida de quienes la padecen
El trastorno de hipersexualidad, conocido como adicción sexual corresponde a una condición en la que a un sujeto le resulta imposible controlar su comportamiento sexual.
Según una descripción dada por la American Society of Addiction Medicine, que define la adicción sexual como «una enfermedad primaria y crónica de recompensa cerebral, motivación, memoria y circuitos relacionados«.
La llegada de Internet ha venido para complicar el panorama en este tipo de adicción, ya que no solo se trata de la existencia, alcance y uso de las webs del ciberporno, sino de la práctica sexual desinhibida con personas absolutamente desconocidas, con las que se establecen contactos momentáneos gracias a la facilidad e inmediatez que se establecen en la Red.
Se estima que entre 12 y 30 millones de personas estadounidenses experimentan adicción sexual. Afecta tanto a hombres como a mujeres, si bien la prevalencia en el sexo masculino es mayor.
Causas
Las causas de la adicción sexual permanecen sin estar claras. Pero, lo que se sabe es que la adicción está íntimamente arraigada en el centro de recompensa del cerebro.
El mesencéfalo es el encargado de regular este sistema vital, ya que a medida que la actividad sexual genera una gran cantidad de dopamina, se desencadena la sensación de placer; pero es posible que en personas con adicción sexual, la corteza frontal- donde reside el centro de la lógica y la moralidad- se vea perjudicada por el cerebro medio, confundiendo esta sensación placentera como una función esencial para la supervivencia.
Los estudios realizados en ratas han podido relacionar las lesiones de la corteza prefrontal medial (mPFC) con el comportamiento sexual compulsivo, hallazgo que podría aportar información sobre las causas de la hipersexualidad en los humanos.
Otras investigaciones han encontrado una mayor frecuencia de esta adicción en miembros pertenecientes a familias disfuncionales, así como en personas que han sido objeto de abusos sexuales.
Dificultad en el diagnóstico
Pese o los efectos perniciosos que puede ejercer sobre quienes la padecen, la adicción sexual no ha sido establecido completamente como una condición médica, puesto que resulta dificultoso el identificar la adicción sexual debido a que las personas tienen diferentes niveles de deseo sexual o líbido, por lo que se necesita más investigación para determinar si la adicción sexual existe o no como un trastorno de índole psicológico.
Aunque la adicción sexual puede compartir los mismos sistemas y circuitos de recompensa a nivel cerebral que la adicción a drogas de dependencia, las personas con adicción sexual pueden manifestar adicción a diferentes tipos de comportamiento sexual, hecho que hace que la condición sea más difícil de definir. Además, este trastorno no proviene en sí de los actos realizados por el sujeto adicto, sino más bien radica en la obsesión de llevarlos a cabo.
Síntomas y comportamientos asociados
Los sujetos que son sexoadictos experimentan pensamientos de índole sexual que se manifiestan en su mente de manera persistente y con carácter de urgente, que pese a sus intentos de satisfacerlos, no encuentran la saciedad deseada.
Estos deseos también se ven asociados a sentimientos de culpa y vergüenza, pese a varios intentos de detener, reducir o controlar el comportamiento que consideran anormal, como consecuencia de una toma de conciencia de que los impulsos que experimentan son incontrolables.
Este comportamiento obsesivo que puede llegar a afectar por completo su vida, menoscabando su capacidad para trabajar, mantener relaciones interpersonales- incluidas las románticas- y cumplir con sus actividades cotidianas, ya que se transforma en una obsesión que llega a regular todo el transcurrir y dinámica de su comportamiento.
En algunos casos, la persona puede tener un trastorno parafílico, como pedofilia, que sí corresponde a un trastorno diagnosticable, con un claro componente de angustia y disfunción del comportamiento sexual.
Las conductas típicas que realiza un sujeto adicto al sexo incluyen:
- Masturbación compulsiva.
- Uso persistente de la pornografía.
- Actos extremos de sexo lascivo, unido a la práctica de sexo sin protección.
- Gran cantidad de tiempo invertido en cibersexo.
- Visita a prostitutas o práctica de la prostitución.
- Incapacidad para contener los impulsos sexuales y respetar los límites de los demás participantes en el acto sexual.
- Insatisfacción persistente en el que la actividad sexual no llena sus expectativas sexuales ni emocionales.
- Obsesión por resultar atractivo a otros individuos, en conjunto con deseos de estar enamorado y comenzar nuevos romances, lo que a menudo lleva a una cadena de relaciones fracasadas.
- Tiempo y energía excesiva gastada para obtener sexo, manifestar comportamientos altamente sexuales y en recuperarse de un encuentro
- Renunciar a participar en actividades sociales, recreativas o laborales debido a su adicción.
- Ira motivada por causas de índole sexual, donde el individuo se angustia, siente una gran ansiedad e inquietud, llegando a comportamientos violentos si no puede canalizar su urgencia sexual.
Diagnóstico y criterio sugerido
Los síntomas de adicción sexual pueden asemejarse a los de otras adicciones, pero los criterios diagnósticos para la adicción sexual siguen en discusión, además que puede ser confundido con un deseo sexual o líbido elevada.
Dentro de los criterios existentes, el Dr. Aviel Goodman, director del Minnesota Institute of Psychiatry, ha propuesto criterios similares a los que se usan en la adicción a drogas, considerándose una adicción sexual cuando un patrón de comportamiento cause un daño o angustia significativos en quien lo padece.
Para recibir un diagnóstico, una persona debe mostrar al menos tres rasgos determinados, relacionados con su conducta sexual, durante un período de 12 meses. Estos comportamientos estudiados se relacionan con el grado de la tolerancia y los problemas derivados de la abstinencia sexual.
Complicaciones
Los estudios han demostrado la existencia de un fuerte vínculo entre la adicción sexual y el asumir riesgos, aún sabiendo que puede haber consecuencias de gravedad para la salud, como infecciones de transmisión sexual (ITS), lesiones físicas o consecuencias emocionales.
El comportamiento sexual compulsivo y sin tratamiento puede dejar al individuo con sentimientos intensos de culpa y baja autoestima. Algunos pacientes pueden desarrollar ansiedad y depresión severa.
También existen consecuencias legales, si el acto sexual es ilegal o públicamente perjudicial, como en el exhibicionismo.
Tratamiento
La adicción, en general, puede ser difícil de tratar, ya que a menudo el afectado racionalizará y justificará su conducta y patrones de pensamiento, pudiendo negar que existe un problema.
Los centros de tratamiento y los grupos de autoayuda pueden ayudar con la adicción sexual, como una instancia de contención y charla -sin vergüenza ni culpa- con personas que están afectadas por la misma adicción.