Médicos de Stanford crean vacuna contra el cáncer que pronto se estará ensayando en humanos
La inmunoterapia contra el cáncer es un área difícil de abordar exitosamente, debido a que estas células neoplásicas- al ser producidas por el propio cuerpo- el sistema inmunitario no las reconoce como una verdadera amenaza, como lo haría en el caso de los agentes patógenos. Es por este motivo que algunos tipos de inmunoterapia contra el cáncer se focalizan en “entrenar” al sistema inmunitario para que pueda reconocer a estas células como un verdadero enemigo.
Nuevas terapias en uso
Si bien es un área efectiva de tratamiento, que a menudo implica extraer de manera específica las células inmunitarias del paciente, para proceder a modificarlas genéticamente de modo que pueda atacar el cáncer y luego reinfundirlas en el mismo individuo, como es el caso de la terapia celular T-CAR, aprobada el año pasado por la FDA para algunos tipos de leucemia y linfomas, que si bien ha elevado las tasas de supervivencia del 10-15% hasta un 60%- aún en pacientes en los que la quimioterapia ha fracasado- es un proceso lento y oneroso.
Además, el empleo de T-CAR trae asociados una importante cantidad de efectos secundarios: fiebre, confusión mental, falla orgánica variable y la posibilidad de perder de manera permanente los linfocitos B, que son los responsables de sintetizar anticuerpos.
Dentro de los nuevos tratamiento, ya existe en el mercado un medicamento inyectable aprobado contra el cáncer el cáncer de piel más agresivo: el melanoma.
La nueva investigación
Un reciente estudio sobre la inmunoterapia dirigida contra el cáncer realizado por la Facultad de Medicina de la Stanford University fue publicada en la revista Science Translational Medicine .
El ensayo fue realizado en ratones de laboratorio, que recibieron transplantes de linfoma de ratón o de células genéticamente modificadas para desarrollar cáncer de mama.
Este tratamiento utilizó la inyección en el sitio del tumor de dos agentes que estimulan el sistema inmunitario, reactivando los linfocitos T. La vacuna aprovecha una peculiaridad del sistema inmune: a medida que el tumor crece, las células defensivas- incluidas las células T- reconocen las proteínas anormales de las células cancerígenas y migran para erradicarlas.
Pero las células cancerosas, como mecanismo defensivo pueden acumular mutaciones para evitar la destrucción por el sistema inmune y suprimir las células T. Para evitar esta interferencia, el tratamiento combina dos agentes: un trozo corto de ADN llamado oligonucleótido CpG , que en unión a otras células inmunitarias de las inmediaciones amplifica la expresión de un receptor activador en las células T llamado OX40, que forma parte de la del receptor del factor de necrosis tumoral (FNT). El segundo agente es un anticuerpo que se une a OX40, activando las células T para combatir las células cancerosas.
Estos dos agentes se inyectan en muy pequeñas dosis directamente en el tumor, por lo que solo activan las células T dentro del tumor, que ya han reconocido las células malignas como una amenaza. Si bien estas células T trabajar en el tumor, algunas de ellas abandonan el sitio para encontrar y destruir otros tumores en el organismo.
Resultados
Los reportes indican que logró la curación de tumores en el 97% de los ratones tratados, pues, de los 90 ratones con linfoma, 87 evidenciaron una curación completa. En el caso de los 3 restantes, si bien presentaron una recurrencia del linfoma, éste desapareció después de un segundo tratamiento.
Esta terapia también fue efectiva en ratones genéticamente modificados para desarrollar cáncer de mama. El tratamiento del primer tumor evitó en la mayoría de los casos la recurrencia de tumores y aumentó la sobrevida de los animales.
Posteriormente, los investigadores probaron esta vacuna en ratones con cáncer de colon y linfoma, aplicando la inyección solo en el linfoma. En este caso, el linfoma fue destruido, pero el cáncer de colon no, lo que demuestra que las células T inyectadas en los tumores son altamente específicas para ese tipo de tumor, por lo que el tratamiento presenta limitaciones.
Según el investigador principal, oncólogo Ronald Levy: «Cuando usamos estos dos agentes juntos, vemos la eliminación de tumores en todo el cuerpo».»Este enfoque evita la necesidad de identificar objetivos inmunes específicos del tumor y no requiere la activación al por mayor del sistema inmune o la personalización de las células inmunes de un paciente«.»Nuestro enfoque utiliza una sola aplicación de cantidades muy pequeñas de dos agentes para estimular las células inmunes solo dentro del tumor».»En los ratones, vimos efectos sorprendentes en todo el cuerpo, incluida la eliminación de tumores en todo el animal«.
Eficacia en humanos
Si bien el ensayo en los ratones mostró una elevada eficacia, debe ser probado en humanos, por lo que se espera que el ensayo clínico actualmente en curso reclute pacientes para ver si el tratamiento funciona tan bien en este grupo, para lo cual planean ejecutar dos ensayos antes de fin de año con un total de unos 35 sujetos voluntarios para la prueba, que estén afectados de linfoma de bajo grado, independientemente de si han sido tratados previamente.
Si es efectivo, el tratamiento puede usarse en el futuro en tumores antes de que se extraigan quirúrgicamente para ayudar a prevenir metástasis o incluso prevenir recurrencias del cáncer.
Según Levy: «No creo que haya un límite para el tipo de tumor que potencialmente podríamos tratar, siempre y cuando haya sido infiltrado por el sistema inmunitario”.
Los efectos secundarios detectados hasta el momento incluyen fiebre y dolor en el lugar de la inoculación, pero está exento de náuseas y vómitos.
Levy manifestó que para que la FDA otorgue la aprobación a esta nueva terapia, se tendrá que esperar entre uno a dos años.
Estudio prometedor a futuro
Un área biológica de importancia que exige un mayor estudio es la diferencia entre los tumores «calientes» y «fríos», que varían notablemente con respecto a su respuesta ante el sistema inmunitario.
Los tumores «fríos» corresponden a aquellos que logran pasar inadvertidos ante la respuesta inmunitaria, y su importancia radica en que son los más extendidos, como es el caso de: cáncer mamario, algunos cánceres de pulmón o que afectan al estómago y colon.
Una pregunta crucial es si este tipo de tumores fríos pueden llegar transformarse en tumores calientes, hecho que permitiría su reconocimiento y posterior destrucción por parte del sistema inmune, con lo que se estaría abarcando un espectro más amplio de neoplasias malignas.