Estudian señales en los rostros para detectar el estado de salud de las personas

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Los seres humanos poseemos una gran  habilidad para detectar enfermedades en otras personas con el simple hecho de mirarles la cara, sin embargo, aunque hay alguna evidencia de que una persona enferma emite olores que otra persona puede identificar como patológico,  el rostro es nuestra principal fuente que emite información útil sobre nuestra condición de bienestar y salud.

Otras especies animales tienen «sensores» más finos para detectar enfermedades, que se basan principalmente en el sentido del olfato. De hecho, la investigación previa ha demostrado que los animales pueden oler la enfermedad en otros y con una elevada especificidad.

En qué consistió el estudio

John  Axelsson, del Instituto Karolinska, quien co-escribió el estudio publicado el martes en la revista  Proceedings of the Royal Society B. manifestó:  “Podemos detectar sutiles señales relacionadas con la piel, los ojos y la boca,” «Y juzgamos a las personas como enfermas por esas señales«.

Los científicos combinaron 16 retratos fotográficos en una imagen compuesta. A la izquierda, la cara compuesta «enferma» y, a la derecha, el rostro que estaba sano. (Audrey Henderson / Universidad de St Andrews)

El equipo de investigadores que incluía neurocientíficos y psicólogos en Alemania y Suecia, inyectaron a ocho hombres y ocho mujeres una molécula fuertemente inmunógena que se encuentra en las membranas bacterianas, un tipo de lipopolisacárido.

«La gente realmente no se enfermó por la bacteria«, dijo Axelsson, pero sus organismos no sabían que las bacterias en realidad no estaban atacando. Su sistema inmune se puso en acción, concluyendo con una sensación de enfermedad. Los sujetos del estudio, eran todos de raza blanca.

Los investigadores procedieron a  fotografiar a los sujetos del estudio dos horas y 10 minutos posteriores a la inyección, tiempo alrededor del cual los participantes dijeron que se sentían mal. En paralelo, el grupo de control, que recibió una inyección de solución salina con placebo, también fue fotografiado.

El equipo de Axelsson le solicitó a 60 estudiantes pertenecientes a universidades de Estocolmo que evaluaran las fotos, una a la vez, disponiendo de cinco segundos para observar cada foto e identificar a la persona según se encontraba enferma o sana. Un rostro enfermo y uno sano del mismo individuo nunca apareció consecutivamente.

A otro grupo de 60 estudiantes se le solicitó que calificara el aspecto que incluía labios pálidos, bocas caídas u otras características que podían ser reveladoras en los retratos, incluyendo los párpados caídos, pero según Axelsson: «El cambio de color de la piel parecía ser la señal más decisiva«.

Resultados obtenidos

La detección de las respuestas inmunitarias al evaluar visualmente las fotos por parte de los estudiantes era bastante precisa para ser adjudicada a la casualidad: en una escala de 0,5 a 1, siendo 0,5 completamente al azar, los observadores promediaron una puntuación de 0,62 en este estudio.

Los estudiantes evidenciaron una mayor dificultad para detectar a tres sujetos, es decir,  para notar sus respuestas inmunes. Pese a ésto, fueron capaces de evaluar confiablemente a los otros 13 rostros como enfermos, dijo Axelsson, puesto que las 1,215 imágenes identificadas como «enfermas», casi 800 fueron conclusiones correctas.

Además concluyeron que si observamos rostros familiares, es más probable que seamos aún más precisos al evaluar la enfermedad, porque sabemos de qué color, la postura, complexión o cuál es su expresión habitual de alguien.

Según el psicólogo David Perrett , un investigador de la Universidad de St Andrews en Escocia- que no participó en la investigación: «Estoy sorprendido«, dado el hecho que ninguna investigación había estudiado si los seres humanos podían detectar alguna «enfermedad inducida experimentalmente» mirando rostros, y «los juicios de enfermedad resultan ser mucho más confiables» que otros juicios visuales, como por ejemplo, medir la personalidad de alguien desde la neutralidad del observador.

Y amplia Perret: «Estaremos mucho mejor a medida que entren en juego otras señales que ayuden a resolver cualquier ambigüedad«, «Una persona enferma probablemente se retirará de la conversación y se encogería».
Buscar signos de enfermedad en la cara de alguien puede parecer una curiosidad científica.

Potencial de la aplicación de este estudio

Axelsson ve en estos hallazgos una vía para optimizar la salud pública, ya que si las personas son capaces de reconocer más precozmente las características que son sugerentes de una enfermedad contagiosa, una mayor proporción de la sociedad podría prevenir una infección, ya que esperar hasta que alguien manifieste signos y síntomas como tos y estornudos, puede ser demasiado tarde, por lo que «Estamos tratando de aprovechar estas primeras señales«.

Los investigadores están buscando formas de mejorar la precisión de esta forma de detección, ya que en opinión del psicólogo, la observación de la enfermedad corresponde a un comportamiento aprendido, por lo que el siguiente paso, dijo, es estudiar si los médicos y otros profesionales de la salud son más precisos a la hora de calificar las caras enfermas que los estudiantes no entrenados o el resto de las personas comunes.


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