En Francia desarrollan una vacuna efectiva contra el virus de la fiebre Lassa
La fiebre de Lassa es una amenaza de grandes proporciones que se cierne sobre África Occidental, puesto que el virus Lassa (LASV) infecta a decenas de miles de personas cada año, con una elevada tasa de mortalidad.
Su principal huésped es el Mastomys natalensis o rata común africana, que vive en las inmediaciones o dentro de las viviendas humanas, que lo convierte en el responsable habitual de la transmisión del virus a los humanos, al tomar éstos contacto con heces u orina provenientes de este roedor; por su parte, la transmisión de persona a persona, se produce a través del contacto con los fluidos corporales de pacientes con fiebre de Lassa (LF).
La mortalidad fluctúa entre el 16 al 45%, pero donde la enfermedad es especialmente grave durante el embarazo o en madres cuyo parto fue el mes anterior a la infección, que oscila entre el 50 al 92%. La mayoría de las mujeres embarazadas pierden su embarazo.
A pesar de su endemicidad en África Occidental, donde los países más afectados son los de la Unión del Río Mano (Guinea, Liberia y Sierra Leona), además de Nigeria, que se enfrentó a un brote sin precedentes en 2018, también se han detectado casos en Europa a partir del año 2009, así como una reciente importación de fiebre de Lassa a Alemania, los Países Bajos, el Reino Unido y los Estados Unidos a través de viajeros que se trasladaban usando aerolíneas comerciales de África.
Prevención y tratamiento
La crítica situación de endemicidad del LASV y su amplia área de circulación, sumada a la transmisión frecuente del virus desde la vida silvestre a los humanos, justifican la vacunación masiva para los más de 180 millones de personas que se encuentran en riesgo de contraer la enfermedad.
Además, no existe un tratamiento de una elevada y probada eficacia para luchar contra este mortal virus emergente, por lo que representa un enorme riesgo para la salud pública, que ha llevado a la OMS a clasificarla como una amenaza epidémiológica que requiere atención urgente, con la consiguiente necesidad del desarrollo de una inmunización efectiva para la población en riesgo.
Probando vacunas
Un grupo de investigadores- liderados por Mathieu Mateo– pertenecientes al Instituto Pasteur y otros centros de investigación de Francia, probó tres tipos de vacunas de virus Lassa- variando el antígeno viral que se expresaba y el vector (virus que “transportan” otros virus) en base a un modelo de primates no humanos, comparándolo con un grupo control sin inmunizar. Los hallazgos fueron publicados en la revista Science Translational Medicine.
El análisis de la inmunidad mostró que la protección completa se asoció con respuestas de células T secundarias y producción de anticuerpos contra LASV e interferón después de la vacunación.
Los investigadores compararon la eficacia de estas tres vacunas contra LASV en monos cynomolgus, donde fueron bien toleradas y protegieron a los animales de la infección y la enfermedad por LASV después de una única inmunización, pero con una eficacia variable.
MeV-LASV: la más efectiva
Sin embargo una de ellas, la vacuna que usaba un vector del virus del sarampión (MeV) y que expresaba glicoproteína y nucleoproteína del virus Lassa, es la que proporcionó la mejor protección, pues llegó inclusive a negativizar la presencia del ARN viral, con lo que se considera un efecto casi esterilizante de la vacuna.
Los análisis de laboratorio mostraron una activación temprana de la inmunidad innata y de las células T después de la inmunización con las vacunas más efectivas, con cambios detectables tan precozmente como dos días después de la inmunización.
No se detectó la eliminación de la vacuna en los monos, y ninguno de los animales desarrolló fiebre u otros síntomas de enfermedad asociados con la vacunación. La vacuna Lassa indujo fuertes respuestas inmunes humorales y celulares en los cuatro monos vacunados, que a pesar de una viremia transitoria de Lassa a los 7 días después de la exposición al virus, no mostraron evidencia de enfermedad clínica.
Por el contrario, los dos animales del grupo control desarrollaron síntomas graves, como erupciones cutáneas, edema facial y la elevación de enzimas hepáticas, que finalmente fallecieron a causa del virus de Lassa.
Los vectores basados en MeV (vacunas del sarampión) son los más atractivos, porque pueden producirse a bajo costo, administrarse por diversas vías e inducen de manera eficiente las respuestas inmunológicas de células T y la memoria a largo plazo.
Esta vacuna pronto se empleará en ensayos humanos, debido a su potencial de impactar de manera importante en la incidencia de la fiebre de Lassa en las poblaciones vulnerables.