Cáncer: nuevos y prometedores tratamientos
El cáncer, gracias a los avances en inmunoterapia y en investigación genómica, ha recibido los aportes para el desarrollo de nuevos tratamientos que permitan mejorar la calidad de vida y la supervivencia. Entre las novedades terapéuticas se encuentran las bacterias magnéticamente sensibles y la cronoterapia.
Cáncer y esperanzadores tratamientos
La medicina moderna ha permitido que el diagnóstico de muchos cánceres haya aumentado, al igual que las tasas de supervivencia. Sin embargo, se estima que se produjeron unos 19,3 millones de nuevos casos de cáncer en todo el mundo en el 2020.
Los avances en inmunoterapia y en investigación genómica han revelado las complejidades del cáncer y han mejorado la forma de entender la enfermedad, para así desarrollar tratamientos más efectivos para los pacientes, a fin de incrementar las tasas de supervivencia.
Dentro de las investigaciones novedosas, podemos encontrar:
Bacterias magnéticamente sensibles
Puesto que llevar los fármacos oncológicos al sitio exacto donde se requiere que actúen presenta dificultades, se están buscando agentes biológicos que puedan depositar los quimioterápicos donde es necesario.
Los científicos saben hace tiempo que existen ciertas bacterias que pueden colonizar tumores y desencadenar su regresión, pues, gracias a las modernas técnicas de ingeniería genética, se dispone de bacterias atenuadas que pueden cumplir esta delicada misión.
Estos efectos terapéuticos incluyen la secreción de toxinas, competencia por nutrientes y modulación de las respuestas inmunitarias de la célula huésped.
Sin embargo, la llegada de una dosis terapéutica al tumor sigue siendo el gran desafío para ser aplicable clínicamente, pues solo alrededor del 1 % de una dosis inyectada sistémicamente llega al tumor.
Para abordar estos desafíos, un equipo de Zurich está utilizando bacterias magnéticamente sensibles, llamadas bacterias magnetotácticas, que se orientan naturalmente hacia el hierro, al crear un «ferrofluido vivo direccionable».
Debido a que estas bacterias tienen una gran demanda de hierro, al llegar al tumor, como explica la profesora Simone Schürle-Finke, «pueden influir metabólicamente en las células cancerosas a través de la inanición de este nutriente vital. Hemos demostrado, en modelos in vitro, que un número cada vez mayor de bacterias induce una regulación positiva de los receptores captadores del hierro y la muerte de las células cancerosas».
Medicina personalizada de precisión
Este tipo de medicina emplea la información de los genes (como mutaciones) o las proteínas provenientes del tumor de un paciente, con la finalidad de prevenir, diagnosticar o planificar el tratamiento del cáncer; determinar si el tratamiento resulta eficaz o dar un pronóstico.
Algunos ejemplos son el uso de terapias para el tratamiento de tipos específicos de células cancerosas, como las de cáncer de mama positivas para HER2, los inhibidores de EGFR, HER2 y NTRK; las células CAR-T “superpersonalizadas” o el empleo de pruebas de marcadores tumorales para facilitar el diagnóstico del cáncer.
Cronoterapia y cáncer
Continuando con el tema de la personalización de la medicina, se ha estudiado la relación de la cronobiología, la ocurrencia de las enfermedades crónicas, el cáncer y su relación con las terapias farmacológicas.
La cronobiología es la disciplina que estudia la «organización temporal de los procesos que ocurren en los seres vivos, los mecanismos que los originan y sus alteraciones».
En este contexto, la cronoterapia del cáncer está ganando un fuerte impulso, debido a que muchos procesos fisiológicos celulares son regulados diariamente por el reloj circadiano. Se ha observado que estos relojes celulares pueden estar alterados en algunos tumores.
Se ha podido demostrar un valor predictivo de la cronobiología, en cuanto al tiempo de supervivencia de los pacientes con respecto a los tumores cerebrales y de mama.
Si se pudiera determinar el estado cronobiológico en los tumores sólidos, los médicos podrían definir más fácilmente el grado de riesgo que tiene un paciente. También, podrían ayudar a guiar y a optimizar la aplicación de la terapia, como recientemente se ha visto en el glioblastoma.
Terapias para el cáncer de riñón metastásico
Antes del 2005, el tratamiento disponible para el cáncer de riñón metastásico era muy restringido y la sobrevida al año de la mayoría de los pacientes era muy baja.
El desarrollo de fármacos antiangiogénicos que inhiben la neoformación de vasos sanguíneos en los tumores fue uno de los primeros avances para mejorar los resultados de los pacientes, pero la mayoría, finalmente, desarrollaban resistencia al tratamiento.
Luego, vino la inmunoterapia combinada que activa puntos de control inmunitarios específicos, que ha llevado a una transformación en la vida de muchos pacientes.
Dos estrategias farmacológicas recientes se han convertido en el nuevo estándar de atención para el cáncer de riñón: inmunoterapias duales (como ipilimumab / nivolumab ) o combinaciones de terapias dirigidas antiangiogénicas con inmunoterapias (como axitinib / pembrolizumab).
Como resultado óptimo en estos casos, más del 50 % de los pacientes tratados con ipilimumab y nivolumab permanecen vivos a los 4 años, pero la mayoría aún requiere terapia sistémica continua.
Antidepresivos
Un estudio realizado a finales de 2020 ha demostrado que el antidepresivo sertralina ayuda a inhibir el crecimiento de células cancerosas en ratones, asociado al uso y a la inhibición selectiva de ciertos aminoácidos por parte de los tumores.
Sin embargo, aún no se dispone de ningún ensayo clínico que pueda respaldar estos hallazgos en animales.
Nanopartículas
En el campo de la nanotecnología, las propiedades tan particulares presentes en las nanopartículas, permiten diseñar muchas nanoformulaciones orgánicas e inorgánicas. Se busca que estas exhiban comportamientos específicos en los organismos y que los hagan más selectivos para tratar tumores, como es el caso de las nanopartículas de oro.
En este caso, se pueden introducir estos compuestos en el torrente sanguíneo de pacientes con cáncer, puesto que los tumores tienen vasos sanguíneos más permeables.
Cuando se expone a la luz infrarroja cercana, las nanopartículas de oro se calientan y matan a las células cancerosas.
Mientras tanto, se siguen probando prometedoras terapias que no solo prolonguen vidas, sino que realmente proporcionen una verdadera cura para el cáncer.
Con información obtenida a partir de Medical News Today, France 24, NIH, American Cancer Society, CONICET y Scielo.