¿Cáncer es igual a metástasis?
Al hablar de cáncer, muchas preguntas y miedos surgen, uno de ellos es el temor a que vuelva a aparecer y que posteriormente haga metástasis. Es decir, que las células cancerosas se propaguen y formen un nuevo tumor en otros órganos o tejidos del cuerpo. En este artículo queremos contestar a una pregunta bastante frecuente en la población mexicana: ¿cáncer es igual a metástasis?
¿Significa entonces que al desarrollarse algún tipo de cáncer inevitablemente habrá metástasis? La respuesta corta es no.
Para comenzar, tenemos que definir qué es el cáncer. De acuerdo con el National Cancer Institute de Estados Unidos, cáncer es el nombre que se le da a un conjunto de enfermedades relacionadas.
En un estado de salud normal, las células del organismo crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Del mismo modo, cuando las normales envejecen o se dañan, mueren y son reemplazadas por nuevas. Sin embargo, cuando se desarrolla cáncer, algunas células dañadas sobreviven y se forman nuevas que el cuerpo no requiere.
En la mayoría de los tipos de cáncer se forman tumores sólidos:
- Benignos, que no implican mayor riesgo y, si se extirpan, es muy raro que vuelvan a crecer.
- Malignos, que pueden extenderse a tejidos cercanos e invadirlos y formar nuevos tumores en lugares lejanos al original.
Células cancerosas
Las células cancerosas difieren de las normales en muchos aspectos. Uno de ellos es su crecimiento descontrolado y lo invasoras que llegan a ser.
Asimismo, las células cancerosas no crecen con funciones específicas como sucede con las normales, es decir, solo se dividen sin un fin específico, no obedecen las señales para dejar de dividirse ni proceden con la muerte celular programada (apoptosis) para deshacerse de aquellas que ya no son necesarias.
Por si fuera poco, las células cancerosas tienen la capacidad de influir en las normales, moléculas y vasos sanguíneos que rodean y que alimentan a un tumor. De esta forma, hacen que todo funcione para suministrar los elementos necesarios para el crecimiento de un tumor.
¿Cómo se desarrolla el cáncer?
Las causas de algunos tipos de cáncer aún no son claras. No obstante, se sabe que los hábitos alimenticios y el estilo de vida pueden influir en el desarrollo de tumores. Del mismo modo, la genética puede tener una implicación importante en esta enfermedad.
Según los especialistas, los cambios genéticos pueden ser heredados o causados por daños en el ADN por sustancias químicas como las contenidas en el humo de tabaco, la radiación y los rayos ultravioletas.
Los síntomas del cáncer dependerán del tipo y de la localización del tumor. Si está relacionado con el sistema respiratorio puede provocar tos, dificultad para respirar o dolor torácico. Si, por el contrario, se encuentra en alguna zona del aparato digestivo, puede presentarse desde diarrea hasta sangre en las heces.
Los expertos señalan que es posible que algunos tipos de cáncer ni siquiera presenten síntomas hasta un estado muy avanzado del padecimiento, pero se pueden tomar medidas preventivas como chequeos y visitas al médico ante cualquier síntoma extraño y anormal.
La American Cancer Society habla de cáncer avanzado como aquel que ya no es posible curar. Para esta asociación, el cáncer avanzado puede ser local, que llega a sus últimas etapas en el mismo lugar donde se generó, o metastásico, que se propaga a otras partes del cuerpo.
El Emory Winship Cancer Institute señala que, cuando el cáncer es metastásico, suele ser el responsable de la mayoría de las muertes.
Diseminación del cáncer
La metástasis se refiere al proceso por el cual las células cancerosas se desprenden de un tumor, migran a través de la sangre o del sistema linfático al resto del cuerpo y se instalan en células adyacentes.
El mecanismo que utilizan para adherirse a otras células es reestructurar el citoesqueleto para atarse a las células y a la matriz extracelular por medio de proteínas en la superficie exterior de su membrana plasmática. Posteriormente, extienden una parte de la célula hacia adelante para soltar la extremidad posterior.
Las células cancerosas, entonces, se siguen arrastrando hasta que se encuentran con un bloqueo que suele ser una capa gruesa de proteínas y glicoproteínas, llamada lámina basal o membrana basal que envuelve los tejidos. Para cruzar esa barrera, secretan un grupo de enzimas digestivas que la degradan y continúan con su migración.
Las proteínas que secretan las células cancerosas contienen enzimas conocidas como metaloproteasa de la matriz. Estas actúan como tijeras moleculares para cortar a través de las proteínas que inhiben el movimiento de las células cancerosas migratorias. Como resultado, las células traspasan la lámina basal, se integran al torrente sanguíneo y se esparcen por el cuerpo.
Una vez en la sangre, las células recorren el organismo hasta hallar un espacio adecuado para entrar de nuevo a los tejidos y hacer que un tumor crezca.
Formación de colonias
En modelos de melanoma metastásico, los investigadores han observado que más de un 80 % de las células cancerosas inyectadas sobreviven a la circulación y salen a través del hígado.
Así, solo 1 célula de 40 forma micrometástasis en un periodo de tres días, y 1 de cada 100 hace macrometástasis. Esto sugiere que, para las células cancerosas, es difícil crear un ambiente hostil. Por lo tanto, su habilidad para formar un tumor secundario es limitada.
Lo anterior ejemplifica que, para que una célula cancerosa metastásica tenga éxito, necesita establecer colonias, así como crear un ambiente hostil y extraño.
Dicha tarea no es tan sencilla, ya que las células cancerosas se encuentran con un estroma (el tejido adyacente) distinto al del órgano original donde se formaron. Por esto, el nuevo espacio resulta difícil de colonizar. Cuando no logran formar un tumor, se dice que las células tumorales están latente, pero no pueden crecer.
Cabe destacar que, en todo ese proceso, las células cancerosas migrantes pueden morir por desprenderse de la superficie de otras célula o sufrir daños debido a que son más grandes que las normales o porque el sistema inmunológico es capaz de destruirlas. No obstante, la metástasis se desarrolla porque millones de células se pueden separar diariamente. Esa constancia aumenta sus probabilidades de llegar a otras partes del cuerpo.
Ruta de la metástasis
Existen tres rutas de diseminación tumoral a otros órganos:
- Hematógena o circulación sanguínea.
- Sistema linfático.
- Transcelómica, es decir, de la pared corporal hacia la cavidad abdominal y hacia el pecho.
El torrente sanguíneo es la ruta primaria de la diseminación. Los vasos linfáticos, por su parte, proveen una ruta a los ganglios linfáticos locales y, tras la metástasis, ocupan la sangre para migrar.
En el caso de los tumores de huesos y de tejidos blandos, la sangre suele ser el camino principal; por su parte, los melanomas, cáncer de mama, pulmón y gastrointestinal ocupan el sistema linfático.
Para que las células tengan acceso a los vasos linfáticos o sanguíneos, los tumores necesitan promover el crecimiento dentro y alrededor del tumor, o sea, promover la angiogénesis.
Una vez logrado ese paso, el cáncer puede diseminarse casi a cualquier parte del cuerpo, aunque hay sitios comunes a donde suele extenderse, como los huesos, hígado y pulmones.
Síntomas y tratamiento
El cáncer metastásico no siempre causa síntomas. Cuando ocurren, dependerán del tamaño y de la ubicación de los nuevos tumores. Aunque algunas señales de alerta pueden ser estas:
- Dolor y fracturas, cuando las células cancerosas se han instalado en los huesos.
- Dolor de cabeza, convulsiones o mareos si el cáncer se ha diseminado al cerebro.
- Falta de aliento si las células cancerosas están en el pulmón.
- Ictericia o inflamación del abdomen si ha llegado al hígado.
Una vez diseminado el cáncer, puede ser difícil de controlar. Algunos son curados con tratamientos actuales, pero las probabilidades se reducen en un alto porcentaje.
Así, el objetivo principal de los tratamientos contra el cáncer metastásico es detener el crecimiento o hacerlo más lento, junto con aliviar los síntomas. Estos dependerán del tipo de cáncer primario, el lugar a donde se ha extendido y las terapias que el paciente ha recibido en el pasado.
Conclusiones
Cáncer no es lo mismo que metástasis. Y la metástasis no necesariamente es una consecuencia del cáncer.
El cáncer es el crecimiento anormal de células. En cambio, la metástasis es un proceso en el que las células cancerosas buscan una ventana de oportunidad para dirigirse y para alojarse en otra parte del cuerpo.
Es importante anotar que, para reducir las probabilidades de cáncer metastásico, se requiere de una detección y de una intervención pronta. Para esto, los chequeos periódicos son una herramienta clave para un diagnóstico y para tratamientos oportunos.