Adultos mayores: 8 hábitos saludables para adoptar
Los adultos mayores constituyen una población de acelerado crecimiento en todo el mundo. Es por esto que mantener o adoptar hábitos de vida saludables es fundamental para prolongar la salud y mejorar la calidad de vida. Esto incluye la vacunación al día, chequeos oftalmológicos periódicos, entre otros.
Adultos mayores en el mundo
El envejecimiento poblacional es un fenómeno que ocurre en la generalidad de los países, donde los mayores de 60 años alcanzan tasas elevadas de la población general. Cabe aclarar que La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como adulto mayor a toda persona mayor de 60 años.
En México, según datos del Inegi, existen unos 15,4 millones de personas que tienen 60 años o más. Un 41,4 % son económicamente activos, mientras que el 69,4 % tiene algún tipo de discapacidad.
Este crecimiento poblacional se desarrolla actualmente en un ambiente desfavorable para los adultos mayores, debido a un aumento en la prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión arterial (HTA), enfermedades cardiovasculares y degenerativas en general, entre otras.
Por este motivo, se lleva a cabo la promoción de conceptos como salud y envejecimiento saludable para lograr una buena calidad de vida de los adultos mayores.
Estas estrategias deben ser abordadas integralmente, desde los servicios sanitarios que les prestan atención hasta desde un autocuidado adecuado, consciente e informado.
Recomendaciones de hábitos saludables
Existen hábitos que se deben hacer después de los 60 años para mantenerse saludable, como por ejemplo:
1.- Mantener una hidratación adecuada
A medida que uno envejece, la sensación de sed disminuye, por lo que los adultos mayores tienden a deshidratarse más que las personas más jóvenes.
Esto ocasiona problemas a nivel de infecciones del tracto urinario, fluctuaciones de la tensión arterial, disminución de la actividad física, fatiga, falta de atención y anomalías electrolíticas.
Una buena guía para orientarse es el color de la orina, que debe ser de un color amarillo claro. Si está demasiado oscuro, entonces falta ingesta de agua. Si está demasiado claro, casi incoloro, es un posible indicador de excesiva ingesta de agua.
2.- Retomar y modificar el entrenamiento
Muchas personas que quieren retomar su entrenamiento o comenzar ejercicio lo hacen en base a las rutinas que han hecho desde siempre.
Sin embargo, hay que considerar que, a medida que las personas envejecen, existen ciertas actividades que resultan riesgosas y pueden causar lesiones.
Por esta causa, deben cambiar a entrenamientos que se centren en un aspecto más reparador, de equilibrio, calistenia y entrenamiento con pesas, para retardar la pérdida de masa muscular.
Además, el entrenamiento con pesas promueve la formación muscular y ósea, lo que disminuirá el riesgo de lesiones y caídas.
3.- Reevaluar la ingesta de medicamentos
El objetivo de la medicación es restaurar o equilibrar ciertos aspectos funcionales del organismo para recuperar o mejorar la salud.
La dieta, el ejercicio y los cambios en el estilo de vida pueden reequilibrar ciertas situaciones, por lo que deben hablar con su médico lo antes posible.
Es importante mantener las vacunas al día, especialmente en tiempos de pandemia, aplicándose las dosis que correspondan de la vacuna contra la covid-19.
Además, está la vacuna antigripal y la aplicada para el neumococo, especialmente si se padece algún tipo de patología crónica de riesgo.
5.- Chequear la vista de manera regular
La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es la principal causa de ceguera en personas mayores de 50 años en los Estados Unidos.
Esta grave enfermedad puede pasar fácilmente inadvertida en las primeras etapas, porque es, generalmente, asintomática. Posteriormente, según avanza el curso de la enfermedad, puede causar visión borrosa, distorsión de las imágenes y, finalmente, pérdida total de la visión central.
Por lo tanto, es importante realizarse exámenes oculares regulares para detectar patologías de forma precoz y proteger la visión.
6.- Beber cafeína antes del mediodía
Se sabe que se necesita un promedio de 5 horas para que la mitad del nivel de cafeína consumida inicialmente disminuya notablemente en nuestros cuerpos y más de 10 a 15 horas para que no impacte en el organismo.
Para tener un sueño reparador, se debe prescindir del café a partir del mediodía.
Además de su efecto excitante en el sistema nervioso central, la cafeína también tiene efecto diurético, lo que puede aumentar los viajes nocturnos al baño, que favorecen la vigilia e insomnio.
Además, favorecen la deshidratación y la ingesta de mayor cantidad líquidos para saciar la sed.
7.- Dormir y descansar lo necesario
El descanso y sueño reparador deben constituir una prioridad para poder reparar el cuerpo y mantener niveles de energía adecuados para funcionar normalmente.
A los sesenta años y más, se puede dormir de 7 a 9 horas por noche. Esto estará facilitado por la realización de ejercicio físico y alimentación equilibrada.
8.- Mejorar el autoconcepto y dejar de culpar a la edad
En los adultos mayores, uno de los principales problemas es el autoconcepto negativo, que juega un papel decisivo y central en la autoestima y el desarrollo de las actividades cotidianas.
Un autoconcepto positivo es básico para el buen funcionamiento a nivel personal, social y profesional.
En este punto es clave evitar culpar a la edad, pues la forma en que vemos nuestra propia edad impacta directamente en la salud, riesgo de demencia, longevidad y más.
Con información obtenida de Eat This Not That , Revista Geriatría Clínica y El Economista.