La toxoplasmosis podría influir en el espíritu emprendedor
El Toxoplasma gondii es un parásito protozoario de ubicación intracelular, que infecta a los animales de sangre caliente, dentro de los que generalmente incluye a gatos domésticos y salvajes. Si bien la infección crónica es bastante frecuente, la infección reciente raramente es bien diagnosticada, ya que suele confundirse con otros cuadros.
Sólo los miembros pertenecientes a la familia Felidae (gatos y otros felinos salvajes) son los huéspedes definitivos, ya que los demás infectados- incluido el ser humano- entran en la categoría de huéspedes intermediarios en la cadena biológica de este parásito.
Esta parasitosis puede presentarse en distintas formas: aguda sintomática, aguda asintomática, crónica y congénita.
En cuanto a los humanos, es poco común que la toxoplasmosis adquirida ocasione problemas clínicos a los individuos que son inmunocompetentes, si bien puede ocasionar cambios conductuales y sintomatología subclínica. Por el contrario, la toxoplasmosis es clínicamente relevante en individuos inmunodeprimidos, secundario a infecciones como el VIH o por tratamientos oncológicos.
En cuanto a la epidemiología– el T. gondii es el parásito más común a nivel mundial, ya que se estima que un 30% de los seres humanos porta esta infección. Sin embargo, hay zonas de mayor prevalencia, especialmente las de climas cálidos y húmedos, donde los ooquistes del parásito sobreviven por un tiempo más prolongado, como México, donde la prevalencia estimativa llega a un 40%.
Microorganismos y conducta humana
Contrariamente a lo que pensamos sobre el carácter voluntario y racional de nuestros pensamientos y decisiones, la ciencia contradice esta creencia tan firmemente arraigada en nuestra cultura, puesto que cada vez más investigaciones muestran que los microorganismos, como virus, bacterias y protozoos pueden influir en nuestro estado emocional y determinar nuestro comportamiento.
Cabe citar como ejemplo la descompensación de la flora bacteriana que forman parte de la microbiota intestinal pueden ser responsables de estados mentales como ansiedad y depresión, mientras que otros estudios han demostrado que algunas bacterias conocidas por sus efectos probióticos pueden aliviar los efectos del estrés.
Algunos estudios han mostrado una asociación entre las infecciones por T. gondii y el comportamiento impulsivo y tendiente a asumir riesgos, así como con un mayor probabilidad de sufrir accidentes automovilísticos, padecimiento de problemas mentales, trastornos por abuso de sustancias y suicidio.
Este hecho podría deberse a que el parásito- a través del riesgo asumido por su portador- aumente la posibilidad de ser ingerido y transmitido a nuevos huéspedes. Esta hipótesis es apoyada por hallazgos que muestran que los ratones infectados con T. gondii pierden el miedo a los gatos.
T. gondii y “curiosas” alteraciones conductuales
El estudio fue publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, donde se expone que estas alteraciones conductales de riesgo son extensivas a los humanos- en otros contextos- ya que estos recientes y sorprendentes hallazgos sugieren que la infección por T. gondii podría hacer que las personas sean más propensas a asumir riesgos- incluidos los financieros- que se traducirían en el hecho de comenzar su propio negocio.
Metodología de estudio y hallazgos
El estudio fue llevado a cabo por Pieter Johnson, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de CU Boulder, en colaboración con Stefanie K. Johnson, profesora asociada de la Escuela de Negocios Leeds de Boulder en la Colorado University.
Johnson y sus colegas recolectaron 1,495 muestras de saliva pertenecientes a estudiantes de pregrado. Estas muestras fueron sometidas a la detección de anticuerpos Ig G específicos para T. gondii.
Aquellas personas para las cuales la prueba inmunológica fue positiva tenían mayores probabilidades de manifestar interés en los negocios y la administración, pues mostraban «1.4 [veces] más probabilidades de especializarse en negocios y 1.7 [veces] más probabilidades de tener un énfasis en ‘gestión y emprendimiento’ que en otros aspectos relacionados con los negocios«.
El equipo efectuó otra prueba y encuesta asociada en casi 200 adultos que participaron en eventos de emprendimiento, que reveló que los sujetos parasitados tenían 1,8 veces «más probabilidades de haber comenzado su propio negocio en comparación con otros asistentes«.
Para concluir, los investigadores examinaron las estadísticas nacionales de infecciones por T. gondii en más de 42 países y descubrieron que esta infección parasitaria mostraba una relación predictiva consistente con la actividad empresarial. Este hecho coincidió con que los encuestados presentaban un menor número de personas que argumentaban un “miedo al fracaso” como razón principal para no iniciar una empresa propia.
Miedo racional al fracaso y toxoplasmosis
Pese a los resultados de estos estudios correlacionales, Stefanie K. Johnson reflexiona sobre el significado de estos hallazgos y manifiesta: «Podemos ver la asociación en términos del número de empresas y la intención de los participantes, pero no sabemos si las empresas comenzaron con individuos positivos para T. gondii«. «Las nuevas empresas tienen altas tasas de fracaso, por lo que el miedo al fracaso es bastante racional. T. gondii podría reducir ese miedo racional«.
Por su parte, Pieter Johnson agrega: «Las enfermedades infecciosas han moldeado fuertemente la historia y la cultura humanas durante millones de años».»Hoy, nos gusta creer que nuestras decisiones y nuestro destino son nuestros solos, pero los roles contribuyentes de nuestros compañeros microscópicos son cada vez más evidentes«.