IMC alto puede mejorar supervivencia al cáncer pulmonar

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Un índice de masa corporal (IMC) superior al promedio o más alto puede, en algunos casos, aumentar la resistencia a ciertos tipos de cáncer, según indica una nueva investigación realizada por la universidad de Flinders.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que unos 2,8 millones de personas mueren anualmente debido a patologías relacionadas con el sobrepeso y con la obesidad.

Más allá de los efectos de estos problemas sobre la tensión arterial, el colesterol, los triglicéridos y la resistencia a la insulina, también se los asocia con un mayor riesgo de muchos tipos de cáncer, como el mamario, colorrectal, uterino, renal, entre otros.

Cuando una persona tiene sobrepeso u obesidad, significa que posee un exceso de grasa corporal en relación con el músculo, teniendo en cuenta su estatura.

El IMC corresponde a la relación entre el peso y la altura de una persona. Un IMC saludable se establece entre 18,5 y 24,9. Por su parte, un IMC entre 25 y 29,5 se considera sobrepeso, mientras que un IMC de 30 o más resulta en obesidad.

IMC y cáncer

Existen varios estudios que han analizado por qué el sobrepeso o la obesidad pueden aumentar el riesgo y el crecimiento del cáncer. Las posibles causas que relacionan la obesidad con el cáncer incluyen variaciones en los niveles de varias hormonas y factores de crecimiento.

Se han realizado estudios previos que han analizado el concepto llamado «paradoja de la obesidad». Estos hallazgos asocian esta enfermedad con un mayor riesgo de desarrollar ciertos cánceres, pero a la vez aumentan la supervivencia en algunos pacientes. Un ejemplo de esto es la mayor resistencia a la terapia con inhibidores del punto de control inmune (ICI) en pacientes con melanoma.

Cáncer de pulmón, IMC y atezolizumab

Un grupo de investigadores australianos de la universidad de Flinders analizaron los resultados de los ensayos clínicos de atezolizumab. Este fármaco es un tratamiento de inmunoterapia común para el cáncer de pulmón no microcítico (CPNM). Su objetivo era determinar la relación entre las tasas de supervivencia e IMC alto en pacientes con CPNM avanzado tratados con atezolizumab.

En este análisis se incluyeron cuatro ensayos clínicos, que contaron con datos de 2110 pacientes con cáncer de pulmón no microcítico. De esos 2110, una cantidad de 1434 pacientes recibieron atezolizumab y 676 pacientes recibieron docetaxel.

De los 1434 estudiados, 49 % tenían peso normal, 34 % padecía sobrepeso y 7 % eran obesos. El grupo de control que fue tratado con docetaxel recibía su dosis una vez cada tres semanas. Por su parte, el grupo experimental recibió atezolizumab con la misma frecuencia.

El Atezolizumab es un inhibidor de punto de control inmunitario, fármaco que refuerza la capacidad del sistema inmunitario para atacar células neoplásicas malignas. Este producto es un anticuerpo monoclonal obtenido de inmunoglobulina G1 (IgG1) y modificado mediante ingeniería genética.

Los inhibidores de puntos de control, como el atezolizumab, actúan activando la respuesta inmune antitumoral sin inducir citotoxicidad celular.

Pero más allá de los beneficios, este hecho puede acelerar el sistema inmunitario y, eventualmente, dañar en forma accidental el tejido sano. Aunque estas reacciones inmunitarias pueden llegar a ser graves, son poco comunes y, en general, reversibles.

IMC y sorprendente respuesta a la terapia

Los hallazgos indicaron que aquellos pacientes con un IMC alto que fueron tratados con atezolizumab evidenciaron una reducción significativa en la mortalidad. Cabe aclarar que los investigadores consideraron un IMC alto a aquel IMC> 25 kg / m2.

Este sorprendente resultado que contradice los riesgos para la salud de los pacientes con sobrepeso y obesidad fue publicado en JAMA Oncology.

En palabras del investigador principal en oncología médica del Centro Flinders para la Innovación en el Cáncer, doctor Ganessan Kichenadasse, «este es un resultado interesante y aumenta el potencial para investigar más a fondo con otros tipos de cáncer y con otros medicamentos».

El investigador agregó: «Necesitamos realizar más estudios sobre el posible vínculo entre el IMC y la inflamación relacionada, lo que podría ayudar a comprender los mecanismos detrás de la respuesta paradójica a esta forma de tratamiento contra el cáncer».

«Nuestro estudio proporciona nueva evidencia para respaldar la hipótesis de que el IMC alto y la obesidad pueden estar asociados con la respuesta a la inmunoterapia», agrega Kichenadasse.

Las opciones terapéuticas para esta forma de cáncer pulmonar van ampliándose rápidamente e incluyen ICI, fármacos moleculares específicos y nuevos quimioterápicos.

«Si bien nuestro estudio solo examinó la línea de base y el tratamiento, creemos que justifica más estudios sobre el papel potencialmente protector del alto IMC en otros tratamientos contra el cáncer», concluye el equipo.

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