El ayuno intermitente mejora la supervivencia en pacientes cardíacos
Si bien el ayuno intermitente es considerado por algunas personas una moda o hasta una práctica nociva, existe bastante literatura científica publicada hasta la fecha, que evaluaron los efectos del ayuno en hallazgos clínicamente relevantes, como el peso, colesterol sérico y sobre la enfermedad arterial coronaria (EAC).
Estos ensayos clínicos han evidenciado mejoras en el peso y otros valores que se relacionan con un menor riesgo cardiovascular, mientras que los resultados de varios estudios observacionales encontraron vínculos entre ayuno intermitente y menor prevalencia de EAC o de diabetes.
El Dr. Benjamin Horne-director de epidemiología cardiovascular y genética– ha estado avocado a la realización de estudios sobre el riesgo de diabetes y enfermedad coronaria en pacientes que practican el ayuno intermitente de manera rutinaria.
Estos estudios se publicaron en los años 2008 y 2012, con resultados que sugirieron que el desarrollo de ayuno de rutina a largo plazo puede ayudar a los pacientes que padecen de esas enfermedades crónicas.
Ayuno intermitente y salud
En un nuevo estudio realizado por investigadores del Intermountain Healthcare Heart Institute en Salt Lake City, liderados por el Dr. Horne, un grupo de investigadores encuestaron a 2,001 pacientes de la institución, que fueron sometidos a cateterismo cardíaco de 2013 a 2015.
Estas preguntas eran sobre el estilo de vida que llevaban los pacientes, que incluían la práctica del ayuno intermitente de rutina. Posteriormente, los investigadores hicieron un seguimiento por 4,5 años de esos pacientes.
El equipo descubrió que aquellos que ayunaban rutinariamente tenían una mayor tasa de supervivencia, en comparación con los que no lo hacían.
Debido a que las personas que ayunan generalmente tienen comportamientos más saludables, el estudio también evaluó otros parámetros, como datos demográficos, aspectos socioeconómicos, factores de riesgo cardíaco, patologías asociadas y tratamientos.
Este importante centro médico tiene la oportunidad de estudiar de cerca el ayuno intermitente porque una gran parte de sus pacientes lo hacen regularmente, debido a que una parte importante de la población de Utah pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros generalmente ayunan el primer domingo del mes, por lo que no ingieren alimentos por aproximadamente un día.
Corazón y ayuno intermitente
Los investigadores descubrieron que los pacientes con cateterismo cardíaco que practicaban el ayuno intermitente regular tenían tasas de supervivencia más elevadas que aquellos que no lo hacían.
Además, el estudio encontró que los pacientes que realizaban esta práctica tenían menos probabilidades de ser diagnosticados con insuficiencia cardíaca, a lo que Horne se refirió: «Es otro ejemplo de cómo estamos descubriendo que el ayuno regular puede conducir a mejores resultados de salud y una vida más larga”.
Si bien este estudio no demuestra la causalidad del ayuno para sobre una mejor supervivencia, sugieren que el ayuno puede estar teniendo un efecto favorable sobre la salud de una gran población, como indica Horne: «Todos los mecanismos biológicos propuestos de beneficios para la salud del ayuno surgen de los efectos que ocurren durante el período de ayuno o son consecuencias del ayuno«.
Posibles explicaciones
Aunque se desconoce por qué el ayuno intermitente a largo plazo conduce a mejoras en la salud de las personas, Horne dice que podría deberse a una serie de factores complejos interrelacionados.
El ayuno afecta los niveles de varios parámetros medibles, como la concentración de hemoglobina, el recuento de glóbulos rojos, la hormona del crecimiento. Esta práctica, además reduce los niveles de sodio y bicarbonato, a la vez que activa la cetosis y la autofagia.
Estos mecanismos conjuntos conducen a una mejor salud cardíaca y reducen de manera específica el riesgo de insuficiencia cardíaca y enfermedad coronaria.
Los investigadores creen que el ayuno rutinario realizado durante años e incluso décadas condiciona al cuerpo a activar los mecanismos beneficiosos del ayuno.
Este ajuste ocurre después de un período de tiempo más corto de lo habitual, que por regla general, se activa a las 12 horas de iniciado el ayuno.
Paralelamente, se están realizando más estudios que responderán a esta y otras interrogantes relacionadas con los posibles mecanismos de los efectos del ayuno sobre la supervivencia y el desarrollo de enfermedades crónicas.
La investigación posterior también examinará los posibles efectos del ayuno a nivel psicológico y sobre el apetito, así como en la percepción del hambre.
Los hallazgos del estudio serán presentados en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de 2019 en Filadelfia el sábado 16 de noviembre de 2019.
El ayuno no es para todos
Los investigadores advierten que existen personas que no deben ayunar:
- Las mujeres embarazadas y los lactantes.
- los niños pequeños y los adultos mayores, más aún si presentan patologías crónicas o graves.
- Los receptores de un trasplante de órganos, cuyo sistema inmunitario está debilitado.
- Aquellos que están experimentando infecciones crónicas agudas o graves o aquellas personas con trastornos alimentarios.
- Pacientes con enfermedades crónicas, especialmente las que ingieren medicamentos para tratar la diabetes, la hipertensión arterial o las enfermedades cardíacas.
Estas contraindicaciones son debidas a los efectos adversos graves que pueden causar los medicamentos en combinación con el ayuno, incluida la hipoglucemia, a menos que esté estrechamente supervisada por un médico.