La Hepatitis C ya no es un obstáculo para el trasplante de órganos
La necesidad del trasplante de órganos es una realidad que merece atención. Para darse una idea, tan sólo en México cerca de 21 mil personas están a la espera de un trasplante. Además, parte de la complicada realidad, es la pequeña cantidad de donantes, tanto vivos como postmortem. Por si fuera poco, los trasplantes presentan unas dificultades adicionales: la compatibilidad donante-receptor y el historial clínico del donante. La compatibilidad se relaciona principalmente con el grupo sanguíneo y el tamaño. Por otro lado, el historial clínico se refiere a tratamientos y enfermedades del donante.
Usualmente, algunas enfermedades (como el VIH, chagas, hepatitis, entre otras) son impedimentos para ser donador. Por lo que aún menos gente puede donar. Si bien existen tratamientos para algunas enfermedades, en donantes muertos no es posible hacer mucho.
En algunas zonas, la hepatitis C ha causado una suerte de epidemia. Todo como resultado del creciente uso de opio, ya que al compartir agujas, la infección puede transmitirse. A pesar de que algunos órganos no presentan problemas de salud, los posibles trasplantes se descartan para evitar contagios.
Ante el problema de las largas listas de espera, la doctora Ann E. Wolley (quien es investigadora en el Brigham and Women’s Hospital) acaba de publicar un método para dar una segunda oportunidad de trasplante a estos casos.
Donantes con hepatitis C, receptores limpios
El estudio contempló a 44 voluntarios, 36 recibieron un trasplante de pulmón y el resto de corazón. A todos ellos se les informó del procedimiento y de la realidad, el donante padecía hepatitis C.
Los voluntarios seguían en las mismas posiciones de la lista de espera, sin embargo tenían un mayor acceso a órganos. Lo cual aceleró el proceso y permitió que los 44 pacientes pudieran recibir el órgano que necesitaban.
En cuanto al procedimiento quirúrgico, ninguno de los voluntarios presentó problemas. Aunque, después del procedimiento, se sumó un tratamiento extra a la recuperación. Para evitar el desarrollo de la enfermedad, los receptores recibieron antivirales. A pocas horas de terminar la operación, los médicos administraron sofosbuvir y velpatasvir. El tratamiento se prolongó por cuatro semanas, teniendo como resultado que ningún voluntario se infectara.
Una victoria en el trasplante de órganos
La doctora Wolley ha comentado que los resultados son una victoria. Ya que supone un mayor número de donantes disponibles y por lo tanto, menos muertes de personas en espera. Aunque también afirma, hace falta hacer un estudio más a fondo para corroborar los resultados y dar certeza al procedimiento.
Finalmente, el estudio es bastante significativo desde donde se analice. Ya que en un principio se acaba de evitar el contagio tras un procedimiento tan delicado. Además que los resultados abren las puertas a un mayor número de donantes y posiblemente, a más métodos para hacer posible que una enfermedad no sea impedimento para ser donante.
Artículo original alojado en The New England Journal of Medicine. Con información adicional del medio National Public Radio. Datos obtenidos de los sitios Medline Plus, Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) y del portal sobre donación de órganos del gobierno de Estados Unidos.