Día mundial de la lepra y un llamado de la OMS para erradicar la infección infantil
La lepra es causada por el bacilo Mycobacterium leprae, que es de muy lenta multiplicación en el cuerpo humano, que la lleva a ser un patógeno con un largo período de incubación, que en promedio es de cinco años, o inclusive más.
Esta enfermedad afecta la piel y las terminaciones nerviosas, eliminando la capacidad para transmitir los impulsos nerviosos, resultando en la incapacidad del cuerpo de percibir lesiones y sentir dolor.
La erradicación de la lepra como un problema de salud pública- definido como una prevalencia registrada de menos de 1 caso por cada 10,000 habitantes- se logró a nivel global en el año 2000, sin embargo, aún existen focos endémicos en muchos países, dentro de los cuales India y Brasil informan el mayor número de casos anualmente.
En el continente americano, Brasil encabeza la lista con más casos, y al final de ella se encuentran México y los Estados Unidos.
Si bien los datos publicados en el 2017 por la OMS evidencian una disminución muy lenta del total de enfermos, los nuevos casos no se corresponden con los esfuerzos y recursos mundiales que han sido destinados para detener su transmisión.
Los informes aportados por los 145 países de las seis regiones de la OMS muestran que de un total de 216,108 nuevos casos de lepra diagnosticados durante el 2016, casi un 9%, es decir, 18,472 involucraron a niños.
Importancia del diagnóstico temprano
La OMS manifiesta que los programas nacionales deberían cumplir con eficacia el fomento de la búsqueda activa de casos, fortalecer la vigilancia epidemiológica, mejorar el rastreo de contactos y enfocarse más en el diagnóstico temprana de casos de lepra entre los niños, para asegurar el objetivo mundial de lograr cero infección infantil para el año 2020.
El llamado se produjo en el marco del Día Mundial de la Lepra– fijado el último domingo de enero de cada año- para recordar el sufrimiento de los pacientes afectadas por esta enfermedad, que pese a ser prevenible y curable ha resistido la derrota, como manifestó el Dr. Erwin Cooreman, jefe de equipo del Programa Global de Lepra de la OMS: “Es una realidad dura que nueve de cada 100 nuevos casos diagnosticados hoy en día son niños«, «El mundo tiene las herramientas, las medicinas correctas y la voluntad política; sin embargo, estamos a punto de detectar la enfermedad a tiempo, especialmente entre los niños.»
Este énfasis en la detección y vigilancia temprana de esta enfermedad se debe a que algunos de los niños que recientemente han sido diagnosticados ya mostraban signos de discapacidad, ya que según Cooreman: «La lepra en los niños muestra claramente que la transmisión de la infección está ocurriendo en muchas comunidades y que los esfuerzos de detección son inadecuados«, “Nuevamente volvemos a enfatizar la importancia del seguimiento periódico, el seguimiento de contactos y el monitoreo de todos en un hogar donde se detecta un caso. »
Tratamiento y eficacia
La lepra es curable por medio de una terapia multimedicamentosa, a la cual se acede gratuitamente a través de la OMS, gracias a las donaciones que viene haciendo el laboratorio Novartis en todo el mundo desde el año 2000- y anteriormente, desde 1995, por The Nippon Foundation –que proporciona una cura simple pero altamente efectiva para todos los tipos de lepra. Además, al administrar el tratamiento en etapas tempranas de la enfermedad, se evita la discapacidad.
Estrategia anti-discriminación
Además de la erradicación de esta patología, la nueva estrategia global de la OMS centra sus esfuerzos en trabajar con los gobiernos para poner fin a la discriminación y las barreras sociales asociadas con esta enfermedad, que logre garantías en cuanto a la anulación de toda legislación que dé lugar a la discriminación a causa de la lepra.
Esta continua discriminación contra los enfermos de lepra ha evitado a que las personas afectadas se presenten para el diagnóstico y el tratamiento, a la vez que ha contribuido a que varios casos permanezcan ocultos, lo que de manera indirecta contribuye a su transmisión.
El estigma social también facilita la transmisión entre las poblaciones vulnerables, incluidos los migrantes, las comunidades desplazadas y aquellas poblaciones en condiciones de miseria y de difícil acceso.
Por lo tanto, esta estrategia planteada para definir una lucha efectiva contra la lepra, pasa necesariamente por la derrota del estigma social, para lograr el diagnóstico y tratamiento precoz a través de la detección activa de casos.
Con información de OMS.