Resistencia a los antibióticos, más grave de lo que se pensaba
En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud no ha dejado de poner sobre la mesa el tema de las bacterias resistentes a los antibióticos. Y no es de menos, ya que los antibióticos representan uno de los grandes avances en la medicina. Permitiendo una mayor esperanza de vida.
El desarrollo de antibióticos y de las vacunas suponen grandes herramientas de la medicina moderna. El control de epidemias y la sanidad sería un reto monumental sin ellos. Así mismo, procedimientos como trasplantes y cirugía requieren de antibióticos para prevenir infecciones. Es por ello, que miembros de la comunidad médica y científica se han preocupado por la aparición de súperbacterias. Es decir, la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos. Y es que cada vez son más comunes y se han logrado identificar algunas superbacterias, incluso dentro de hospitales.
Anteriormente se pensaba que las superbacterias eran un problema más focalizado, que era exclusivo de zonas con acceso a la medicina. Lo cierto es que la magnitud del problema ha estado tomando una escala global. Poco después de realizar un estudio en la remota región del norte de Noruega. Un equipo de investigadores encontró evidencia de la gravedad del problema.
De Nueva Delhi al Norte de Noruega
La profesora de la Universidad de Kansas, Jennifer Roberts dirigió al equipo de investigadores en la región ártica de Noruega. El estudio originalmente se centraba en los posibles efectos del metano atrapado en el hielo ártico, si este se libera por el cambio climático. Sin embargo, al hacer pruebas del suelo, el equipo encontró superbacterias. El hallazgo sorprendió a los académicos, ya que no esperaban encontrar algo así en una región tan remota. Ya que en teoría, las bacterias no deberían estar expuestas a tantos antibióticos, como los microorganismos en zonas urbanas. Donde la presencia del ser humano y de la medicina moderna es mayor.
Al estudiar las bacterias encontradas. El equipo logró aislar los genes relacionados con la resistencia. Pronto, lograron identificar que se trataba del gen blaNDM-1. Dicho gen había sido identificado por primera vez en la ciudad de Nueva Delhi, en la India durante el 2007.
«Fue una sorpresa – encontrar que los genes requirieron un tiempo de transferencia tan corto. Es decir, son pocos años entre su descubrimiento en la India, para que poco después los detectáramos en la Antártica»
Dra. Roberts
Desechos humanos, posible causa
Después de analizar 40 muestras, los investigadores encontraron alrededor de 131 genes relacionados con la resistencia a los antibióticos. Entre ellos el blaDMN-1 en bacterias nativas del norte de Noruega.
Las bacterias son capaces de adquirir material genético de bacterias muertas. Ya que poseen un mecanismo llamado transferencia genética horizontal. Dicho mecanismo permite una mayor adaptabilidad por parte de los microorganismos. Entonces salta la pregunta ¿Cómo llegó la información genética a un lugar tan remoto?.
Una de las posibles explicaciones hechas por los científicos involucra a los desechos humanos. La sospecha esta fundamentada en los resultados del análisis de suelos. El suelo ártico es pobre en nutrientes, pero ellos encontraron una alta concentración de fosfatos. Con ello, Roberts y sus colaboradores llegaron a la conclusión, los fosfatos deben venir de una fuente externa. Y la fuente más común de fosfatos es la materia fecal.
Para este punto los principales sospechosos son el descargue de aguas negras y el guano de las aves migratorias. Ambas hipótesis son razonables. Por un lado los viajes internacionales son cada vez más frecuentes y rápidos. Y por otro, las aves migratorias suelen vivir en grandes colonias. Lo que permite que los microorganismos se propaguen con rapidez.
Un panorama preocupante
Aunque el tema de las superbacterias tiene a varios investigadores trabajando. La realidad es que cada vez son más las cepas que se encuentran. Y con la reciente evidencia de la velocidad de propagación, hace falta tomar el tema con mayor seriedad por las posibles implicaciones de una resistencia generalizada a los antibióticos.
Artículo original de Enviromental International, Elsevier. Con información de Medical News Today.