Alemania: detectan ocho muertes por encefalitis por virus Borna

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Por el hallazgo de casos fatales de encefalitis, en los que se identificó el virus de Borna, se puso en evidencia la posibilidad de que el patógeno sea más común de lo que se cree.

La familia del bornavirus, de la cual es miembro el virus de la enfermedad de Borna 1 (BoDV-1), se encuentra de manera habitual en caballos, ovejas y varios otros mamíferos, a los que generalmente les causa un trastorno neurológico con desenlace fatal.

Características de la enfermedad

La enfermedad de Borna fue descrita por primera vez en el siglo XVIII en la ciudad con el mismo nombre, cerca de Leipzig, Alemania. Pero fue recién en el 2018 cuando se identificó por primera vez el virus en casos graves de encefalitis humana.

Se sabe que dentro de los hospederos naturales del BoDV-1 está la musaraña bicolor de dientes blancos (Crocidura leucodon) que se encuentra en Alemania, Austria, Suiza y Liechtenstein, pero se desconoce cómo el virus se transmite de estos pequeños mamíferos a los humanos.

Los síntomas en las personas infectadas comienzan con fiebre, cefalea y confusión. Posteriormente, aparecen más signos neurológicos como marcha inestable, fallas de memoria, convulsiones y pérdida progresiva de conciencia, coma profundo y grave afectación del tronco encefálico. 

Los casos de BoDV-1

El reciente estudio, publicado en la revista médica The Lancet Infectious Diseases, se realizó conjuntamente entre investigadores de cuatro universidades y el Instituto de Medicina Tropical Bernhard Nocht de Alemania.

El equipo analizó el tejido cerebral de 56 pacientes con encefalitis viral, entre los que no se había identificado el patógeno. Los casos habían ocurrido en la ciudad alemana de Baviera, entre los años 1999–2019.

Anteriormente, las muestras habían sido sometidas a pruebas virológicas y almacenadas para un diagnóstico posterior. Además, un par de centros de diagnóstico contribuyeron con dos casos positivos adicionales de BoDV-1. 

Las muestras se examinaron para detectar ARN procedente del BoDV-1. Los resultados positivos se confirmaron mediante secuenciación profunda, detección de antígeno y determinación de anticuerpos para BoDV-1 en suero y líquido cefalorraquídeo (LCR). Paralelamente, se recopilaron y se analizaron datos clínicos y epidemiológicos de pacientes infectados.

De 28 pacientes con encefalitis, 9 fallecieron. De ellos, se detectaron ARN de BoDV-1 y anticuerpos para el virus en 8 casos de encefalitis, y se obtuvo el primer aislamiento de BoDV-1 humano procedente de un área endémica. 

De estos 8 pacientes con BoDV-1 positivo, 6 no tenían antecedentes de inmunosupresión previa a la patología, mientras que 2 estaban inmunocomprometidos, debido a un trasplante de órganos. Pero la posibilidad de la transmisión del virus a través de los órganos trasplantados fue descartada, puesto que otros receptores de órganos de los mismos donantes no experimentaron ningún problema de salud importante.

En los 8 nuevos casos diagnosticados, los pacientes se deterioraron rápidamente después del ingreso al hospital, lo que condujo a un coma profundo y a la muerte. Los pacientes fallecieron dentro de los 16 a 57 días posteriores a la internación.

Si bien todos los pacientes a los que se les diagnosticó el virus fallecieron (entre 1999 y 2019) y todos tenían en común su residencia en el sur de Alemania, los autores no descartan que este patógeno podría haber provocado casos más leves de encefalitis, especialmente en las regiones de Europa central, donde las especies animales infectadas tienen una amplia distribución en la naturaleza.

Medidas ante estos hallazgos

Aunque no existe un tratamiento comprobado y eficaz para este tipo de encefalitis, los investigadores sugieren que los médicos deberían buscar el BoDV-1 con mayor frecuencia, tanto en sangre como en LCR, para poder determinar el alcance de la infección en humanos.

Estos recientes 8 casos fatales atribuidos al virus BoDV-1 sugieren que el patógeno se encuentra en la naturaleza, por lo que podría estar detrás de una alta proporción de casos graves y mortales de encefalitis.

 «Nuestros hallazgos indican que la infección por el virus de la enfermedad de Borna debe considerarse una enfermedad humana grave y potencialmente letal, transmitida desde un reservorio de vida silvestre. Sin embargo, no es una enfermedad de reciente aparición, sino que parece haber pasado inadvertida en humanos durante décadas, y puede haber causado otros casos inexplicables de encefalitis en regiones donde el virus es endémico en las poblaciones donde está su huésped, la musaraña», dice la profesora Barbara Schmidt, del hospital universitario de Ratisbona, Alemania.

Si bien los investigadores no pudieron establecer una vía de transmisión de las musarañas a los humanos, al analizar la información disponible de 14 pacientes, encontraron que la mayoría de ellos habían informado contacto con animales, trabajo agrícola y otras actividades al aire libre. En al menos siete casos, se informó un contacto cercano con gatos, que podría asociarse al hecho de que cuando estos felinos cazan, pueden traer musarañas a sus hogares y exponer a los humanos al virus.

Pese a que los investigadores señalaron que el BoDV-1 presenta una tasa de mortalidad muy elevada, «se estima que el número absoluto de infecciones y, por lo tanto, de riesgo de infección, es muy bajo». Pero, a la vez, esta infección debe considerarse como una zoonosis potencialmente letal en regiones endémicas de sus reservorios naturales.

La infección por BoDV-1 puede ser especialmente grave y mortal en pacientes inmunocomprometidos y aparentemente sanos. En consecuencia, en todos aquellos casos de encefalitis grave de etiología poco clara, debe buscarse bornavirus, especialmente en las regiones endémicas.

Las principales áreas de riesgo en Alemania son los estados de Baviera, Turingia, Sajonia-Anhalt y algunas partes de los estados vecinos.

En Alemania se instaurará la notificación obligatoria de las infecciones por BoDV-1 a partir de marzo.


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