La mala calidad del aire sería un factor de riesgo para osteoporosis y fracturas óseas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportaba, en 2007, más de 75 millones de personas afectadas por la osteoporosis, tan sólo en Estados Unidos, Europa y Japón. Como consecuencia de este desgaste óseo, se detectaron 8.9 de millones de fracturas. Se estima que del 2 al 6% de mujeres mayores de cincuenta años la padecen; aunque las cifras aumentan a mayor edad.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en México existe una prevalencia de osteoporosis de 17% en mujeres mayores de cincuenta años. Se estima que una de cada 12 de ellas sufrirá fractura de cadera debido a este padecimiento. Además, se registran 10 millones de individuos con la enfermedad en el país.
Si bien las características físicas de una persona pueden influir en el padecimiento de osteoporosis; también se destaca el papel de una actividad física y una adecuada alimentación en el desarrollo o prevención de esta enfermedad.
Durante los últimos 25 años, se han hecho estudios en nuestro país para saber qué enfermedades infecciosas coexisten con enfermedades degenerativas crónicas. Las investigaciones se han realizado en diferentes zonas geográficas del territorio nacional, y han encontrado variaciones significativas de la densidad mineral ósea. Por ejemplo, las mujeres del norte tienen mayor densidad mineral ósea en la columna lumbar; pero también registraron sus características físicas.
Estudios más recientes indican que la diferencia en la incidencia de osteoporosis tiene que ver también con la calidad del aire y no sólo con características físicas.
Osteoporosis y contaminación
La OMS ha alertado sobre las consecuencias de la contaminación atmosférica en la salud. Cuando la calidad del aire es mala, aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas; así como desórdenes cardiovasculares. Investigaciones también han señalado que en países industrializados, el 20% de las enfermedades pueden ser atribuidas a factores medioambientales.
Ahora, un estudio realizado por la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston, el New England Research Institute -con la participación de la Universidad Nacional Autónoma de México, y el Instituto Nacional de Cancerología de México- sugiere que una mala calidad del aire también es un factor de riesgo para la osteoporosis y fracturas óseas.
Para llegar a esta conclusión, en una primera etapa examinaron la asociación a largo plazo de las concentraciones de partículas PM2.5; del mismo modo analizaron las admisiones a hospitales por fracturas de enero de 2003 a diciembre de 2010. En una segunda etapa, se revisó la asociación del carbono negro con los biomarcadores de calcio.
Tras los análisis a 692 personas, de entre 30 y 79 años, encontraron que quienes vivían en áreas con mayores niveles de carbono negro, mostraron menores niveles de la hormona paratiroidea, regulador fundamental en el metabolismo del calcio. Asimismo, presentaron una reducción significativa de densidad mineral ósea.
La contaminación en México
Hasta mayo de este año, no se había registrado un sólo día con buena calidad del aire en todo el 2017. Con más de 100 puntos imeca, se registraba la contaminación atmosférica en la capital del país y en la zona metropolitana. En el último mes, la CDMX ha presentado una calidad regular.
De acuerdo con Diddier Prada Ortega, investigador en ciencias médicas adscrito al Instituto Nacional de Cancerología y a la Facultad de Medicina de la UNAM, son las partículas más pequeñas suspendidas en el aire, llamadas PM2.5 , las que provocan los males. Entre ellas se encuentran el carbono negro.
Este contaminante sale de los vehículos en forma de humo; de igual manera se desprende de estufas de leña, incendios forestales y chimeneas industriales. Principalmente se encuentra en las grandes ciudades, aunque la concentración dependerá de la urbe. En la CDMX, los niveles de estas partículas están por encima de las urbes estadounidenses observadas en el estudio.
El trabajo está en disminuir la contaminación del aire
Las conclusiones del trabajo apoyan la necesidad de continuar con los trabajos para reducir la contaminación; de crear políticas ambientales que permitan disminuir la exposición a las partículas dañinas en el aire. Además, se debe trabajar en conjunto para identificar a aquellas personas con mayor riesgo, en especial quienes ya padecen osteoporosis; la finalidad es prevenir y crear tratamientos más efectivos que reduzcan costos en los sistemas de salud.