INSP desarrolla manual de alimentación en situaciones de emergencias
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) creó el Manual para servicios de alimentación en albergues en situación de emergencia, un documento que presenta lineamientos claros sobre la organización de la comida en los albergues para satisfacer las necesidades de alimentación de los ciudadanos en un momento de emergencia.
El objetivo principal es proporcionar las bases de organización de los servicios de alimentos en los albergues, explicó Teresa Shamah Levy, directora de Vigilancia de la Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (Cinys).
El manual está divido por capítulos en los que se explican los servicios de alimentación que deben ofrecer los servicios de alimentación en los albergues, así como la importancia de preparar menús nutritivos y sencillos con los productos de la canasta básica.
Este apartado pretende que los alimentos no caigan en la monotonía a pesar de la poca variedad de productos que pueda existir. Hay que recordar que generalmente se solicitan alimentos enlatados, sopa de pasta, azúcar, aceite, arroz, frijol y otros no perecederos que se puedan cocinar fácilmente.
Ante la limitante que hay, la cocina tiene que aprender a preparar distintos platillos, que además brinden los nutrientes necesarios a la población que están atendiendo.
Otro capítulo está enfocado al reconocimiento de la lactancia materna en una situación de emergencia. Shamah Levy señaló en estos momentos uno de los productos que más envían son formulas maternas. Sin embargo, aun en la alerta es importante no comenzar a sustituir la lactancia por estos alimentos.
“Tuvimos la oportunidad de observar que había muchos donativos de sucedáneos de leche materna y lo que se trató de promover es que las mujeres continuaran dando leche materna a sus hijos, pues es la mejor opción de alimentación”, dijo la investigadora.
Un capítulo importante también es el tema del consumo del agua, en donde se especifican acciones necesarias para poder purificar el agua, ya sea través del hervido del líquido y la aplicación de cloro en cantidades suficientes para volverla potable. Esto con el fin de garantizar que nunca falte el líquido en los albergues y haya suficiente tanto para tomar como para el uso en la cocina.
Finalmente el manual también contiene información sobre la deshidratación en niños y adultos mayores; la preparación de alimentos sin provocar una epidemia dentro del albergue; la organización de un comité en el comedor que organice un inventario y se encargue de acomodarlos; y recomendaciones tan básicas, como evitar que la gente traslade alimentos a la zona donde duermen y el manejo correcto de los residuos que se generan.
Este proyecto arrancó luego de la emergencia en el país provocada por los sismos del 7 y 19 de septiembre pasado, que afectaron a la población de Oaxaca, Morelos y la Ciudad de México, principalmente.
Este manual ya tenía un antecedente previo: en el terremoto de 1985 se elaboró un material similar en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). Sin embargo, no se había actualizado.
“Nos dimos a la tarea de estar reconstruyendo cierto material que ya teníamos enfocado en situaciones en las cuales la población no cuenta con alimentos”, comentó Teresa Shamah sobre el trabajo que realizaron en estos meses.
A tan solo unos días de que el documento se publicará en la página web del INSP, el manual ha tenido un buen recibimiento y ya se ha consultado varias veces, de acuerdo con los primeros datos reportados por el portal.
Shamah señaló que al estar en línea y ser un manual, existe la posibilidad de que se utilice y adapte a la situación particular de cada albergue, que en la mayoría de las circunstancias son lugares improvisados o montados con premura.
Además, dijo la investigadora, no en todos los desastres hay escasez de alimentos de manera severa, como para afectar el estado nutricional de la población afectada. Esto depende en gran medida del tipo de desastre, la duración y la extensión, por lo que necesario tener planes de acción que permitan a la población afectada tener una buena calidad de vida en medio de la emergencia.
“Creo que este trabajo está corto todavía porque siempre la gente que menos tiene es la más afectada en estas situaciones, entonces este proyecto es un granito de arena para nuestros hermanos mexicanos que merecen muchísimo y en ese sentido es aportar para dar un poco más de bienestar”, puntualizó la especialista.
Con información de Agencia Informativa Conacyt.