Identifican proteína que ayuda a reducir el envejecimiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que estamos envejeciendo a pasos acelerados. De acuerdo con sus estimaciones, entre el año 2000 y el 2050, la población de personas mayores de 65 años se duplicará. En otras palabras, será de unos 2 mil millones en sólo medio siglo.
De igual manera, sugiere que la cantidad de individuos mayores de 80 años aumentará hasta alcanzar los 395 millones. Esto implica muchas situaciones a las cuales se deberá prestar más atención; como la accesibilidad y la salud.
Según la OMS, incluso en países pobres, la mayoría de la población de ancianos muere por enfermedades no transmisibles como cardiopatías, cáncer o diabetes.
Con el envejecimiento, los problemas en la salud son más frecuentes, pues la capacidad funcional va en declive.
Por supuesto, el ritmo de descenso se determina en parte por el comportamiento y las situaciones a las cuales una persona ha estado expuesta a lo largo de su vida; asimismo, los hábitos en la alimentación y actividad física influyen mucho.
El aumento en la esperanza de vida y la salud se han convertido en una de las preocupaciones, no sólo a nivel social y político; sino también para los científicos, quienes han trabajado en encontrar formas de llegar a un envejecimiento mucho más saludable.
Una de esas investigaciones recientes en las del École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), en Suiza; la cual muestra que existe una proteína capaz de alterar la función mitocondrial para darle un poco más de energía a las células.
La proteína es Pumilio 2 (PUM2), de la familia de unión al ARN. Fue encontrada al observar el cerebro y el tejido muscular de animales ancianos; estos mostraron altos niveles de PUM2, y menos cantidad del factor de fisión mitocondrial (MFF en inglés).
La MFF ayuda a las células a romper las mitocondrias largas en pequeñas unidades y a limpiarlas.
Los autores sugieren que, con la edad, el patrón PUM2/MFF se desregula; en otras palabras, entre más pumilio, menos factor de fisión mitocondrial.
Como resultado, la célula se vuelve incapaz de romper y limpiar mitocondrias pequeñas. Con el tiempo, esos fragmentos se acumulan hasta dañar la salud mitocondrial.
A través de un enfoque de genética de sistemas, el equipo de investigadores suizos descubrió un ARN mensajero al cual el PUM2 se une:
Cuando PUM2 enlaza las moléculas de ARN mensajero con la información sobre MFF, se bloquea la habilidad de crear una proteína de factor de fisión mitocondrial. En otras palabras, se altera la expresión de los genes.
PUM2 sólo se conecta con las moléculas de ARN mensajero en sitios que le son conocidos; así es como detiene la traducción del código a la proteína correspondiente.
¿Es posible editar el envejecimiento?
Los especialistas del análisis demostraron que existe la posibilidad de revertir los efectos de PUM2 en el envejecimiento de células y tejidos.
Una de las alternativas es la edición genética con tecnología CRISPR-Cas9. Por medio de la reducción de PUM2 en los músculos de los ratones viejos.
Con esa acción, se lograría silenciar el código genético responsable de alterar los niveles de MFF. Es decir, el factor de fisión mitocondrial incrementarían y mejorarían su función.
El equipo además investigó un mecanismo similar en el gusano Caenorhabditis elegans (C. elegans), usado para estudiar vías moleculares.
En este gusano, el envejecimiento induce niveles más altos de la proteína —de unión al ARN— PUF-8. Según los expertos, si el gen de esta proteína se silencia, el proceso de envejecimiento se retrasa y mejora la vida útil.
Cabe mencionar que existen pruebas previas del vínculo entre proteína de unión al ARN y enfermedades degenerativas neuromusculares. En ellos se demuestra su capacidad para agruparse en gránulos patológicos.
En la evidencia de la EPFL, se observó que pumilio 2 cuenta con una tendencia de agrupación similar para unirse y capturar el ARN mensajero.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Science Direct.