Francia prohibió uso de hidroxicloroquina para tratar COVID-19

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Tras varias llamadas de alerta sobre los potenciales riesgos de arritmia y de mortalidad por el uso de un antiguo medicamento empleado contra la malaria, Francia prohibió el uso de hidroxicloroquina en pacientes con COVID-19.

La hidroxicloroquina (HCQ) se prescribe habitualmente para tratar el lupus y la artritis reumatoide. Pero el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, la ha promocionado como un posible tratamiento para la COVID-19.

Lo cierto es que de momento no se ha aprobado ninguna vacuna o terapia para tratar la COVID-19. Hasta la fecha, esta enfermedad ha infectado a más de 5,6 millones de personas en todo el mundo, mientras la cifra global de muertes por SARS-CoV-2 es de alrededor de 350 000 hasta este miércoles.

Antecedentes

La HCQ ha sido objeto de mucho debate en Francia, donde el profesor Didier Raoult afirmó, en marzo, haber tratado exitosamente a pacientes con COVID-19. Según él, empleó una combinación de hidroxicloroquina y azitromicina.

Sin embargo, la comunidad científica ha cuestionado el valor metodológico del estudio de Raoult. Sus argumentos cuestionan su diseño y su tamaño muestral demasiado pequeño, insuficiente para obtener pruebas estadísticas contundentes de su beneficio.

Por su parte, el mes pasado, la Agencia Europea de Medicamentos advirtió que no había pruebas fidedignas de que la HCQ pudiera tratar la COVID-19. Es más, indicaron que algunos estudios habían observado problemas cardíacos graves y, a veces, fatales en los pacientes a los que se les había administrado este fármaco.

El informe en The Lancet

Un informe publicado el viernes en la revista The Lancet constituye la mayor revisión sobre su uso para tratar la COVID-19. Incluyó a un total de 671 hospitales en seis continentes, con unos 96 000 pacientes. El equipo analizó datos de casi 15 000 pacientes con COVID-19 que recibieron cloroquina o hidroxicloroquina, sumado a los datos de 81 000 pacientes del grupo control. 

El doctor Mandeep Mehra, especialista en corazón, que lideró el estudio, indicó: «No solo no existe ningún beneficio de su uso, sino que vimos una señal de daño muy constante». Los investigadores estiman que la tasa de mortalidad atribuible al uso de los medicamentos, con el agregado de un antibiótico como la azitromicina o sin él, es de aproximadamente el 13 % frente al 9 % para los pacientes que no los ingieren. El riesgo de desarrollar un problema grave de ritmo cardíaco (arritmia) es más que cinco veces mayor.

Como escriben los autores: «Nuestro análisis a gran escala, internacional y del mundo real, respalda la ausencia de un beneficio clínico de cloroquina y de hidroxicloroquina. Además, apunta a un daño potencial en pacientes hospitalizados con COVID-19».

Considerando los alarmantes hallazgos del estudio de la revista The Lancet, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió suspender temporalmente los ensayos clínicos con HCQ en varios países. Sumado a esto, el ensayo europeo Discovery «suspendió desde el domingo» la incorporación de nuevos pacientes en el grupo que recibe hidroxicloroquina.

Francia y el uso de HCQ

En base a las recomendaciones del profesor Raoult, Francia decidió a fines de marzo permitir el uso de la hidroxicloroquina para tratar la COVID-19. Había sido limitado a situaciones específicas y solo en instalaciones hospitalarias.

Posteriormente, el Haut Conseil de la Santé Publique (HCSP), un organismo de salud asesor francés, manifestó públicamente que no apoyaba el uso del medicamento para el tratamiento con COVID-19. Esto sucedió a principios de la semana en curso.

El HCSP indicó que tomaron esta decisión después de estudiar las publicaciones internacionales, como el artículo en la prestigiosa revista médica The Lancet.

Prohibición de la HCQ

El gobierno de Francia prohibió el uso de hidroxicloroquina en pacientes con COVID-19. El estado revocó este miércoles un decreto que permitía prescribir el medicamento en los hospitales a pacientes afectados por formas graves de la enfermedad.

La medida se ejecuta después de que un importante organismo sanitario francés desaconsejara su uso como tratamiento para los enfermos por el SARS-CoV-2, en medio de preocupaciones sobre su ineficacia y mortalidad.

Francia tomó esta determinación dos días después de que la OMS anunciara que estaba pausando un gran ensayo con HCQ por problemas de seguridad.

«Ya sea en las consultas o en el hospital, este compuesto no debe recetarse a pacientes aquejados por la COVID-19», afirmó el ministerio de Sanidad, tras publicarse el decreto de prohibición en el Diario Oficial.

Por su parte, la Agencia Francesa para la Seguridad de los Productos de Salud (ANSM) dijo que evitará que los ensayos clínicos franceses con HCQ acepten nuevos pacientes.