Nuevo brote de ébola en Congo: estas son las medidas que se están tomando
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer en días recientes que se ha dado un nuevo brote del virus del ébola en República del Congo. Se han detectado, hasta ahora, 39 casos, de los cuales 19 ya han fallecido.
La Food and Drugs Administration (FDA) de Estados Unidos ha monitoreado la situación muy de cerca para evitar que la epidemia llegue a otros lugares; así como para evitar su esparcimiento dentro de la nación del Congo.
Las autoridades de la OMS aseguran que hay nuevas terapias para disminuir los daños provocados por el virus; hay una mejor preparación y más herramientas para hacerle frente. Una de las iniciativas que se llevarán a cabo será la vacunación en anillos; es decir, inmunizar a todos los contactos de las personas sospechosas de haber contraído el virus del ébola. Tedros Adhanom, director general de la OMS, anunció que República del Congo ya ha dado la autorización para la vacunación. Cabe mencionar que la vacuna, Vsv EBOV, aún no tienen licencia oficial para ser utilizada; no obstante, se han hecho pruebas piloto en Guinea, uno de los países que padeció la epidemia de ébola de 2014.
Por el momento, el Congo ya cuenta con los materiales necesarios para la cadena de frío que mantenga las vacunas a una temperatura adecuada. De hecho, la campaña de vacunación contra el ébola se está apresurando para que comience a finales de esta semana o el lunes siguiente.
El gobierno del Congo está también creando comités comunitarios para la identificación de casos en cada pueblo. Los integrantes de estos grupos van de casa en casa para aislar los casos sospechosos. El objetivo es evitar que se esparza en zonas urbanas; aunque los expertos se están preparando también para el peor escenario posible.
El ébola, un brote letal
El ébola es una enfermedad endémica en la República del Congo; de acuerdo con las autoridades, esta nación está acostumbrada a ver brotes de ébola casi anualmente.
El primer brote que se dio y gracias al cual se descubrió el virus fue en 1976. Los países afectados pertenecen a África Central: Nzara, Sudán del sur, y República del Congo.
Entre 2014 y 2016, se dio la mayor epidemia de ébola en el este de África, tanto en regiones urbanas como rurales. Se esparció desde Guinea hasta Sierra Leona y Liberia.
El más reciente caso fue identificado en las localidades de Bikoro, Iboko, y Wangata, de la provincia de Equateur, al noroeste de la República del Congo.
Un virus de animales a humanos
El ébola se transmite de animales a humanos. Mejor conocido como fiebre hemorrágica del ébola, es mortal en el 50% de los casos. El virus se divide en tres géneros: cuevavirus, marburgvirus y ebolavirus; de este último se tienen identificadas cinco especies: zaire, bundibugyo, sudan, reston y täi forest. Las primeras tres especies han sido las asociadas con el brote de ébola en África.
El ébola se contagia por el contacto con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos corporales de animales enfermos como murciélagos, chimpancés, gorilas, monos, antílopes o puercoespines. Entre humanos se transmite por contacto con heridas en la piel, mucosa, sangre y otras secreciones; incluso si estos fluidos están en superficies materiales.
El contacto sexual con una persona infectada también es un factor de riesgo; en estos casos, la OMS recomienda que los sobrevivientes de ébola lleven una vida sexual segura; realizarse exámenes después de tres meses de haberse curado del virus para asegurarse de que están libres del virus.
Existen otros casos en los que los pacientes se han logrado recuperar del virus; sin embargo, se sabe que hay una permanencia del virus en ciertos sitios del cuerpo como los testículos, el interior de los ojos o en el sistema nervioso central. En mujeres embarazadas que adquirieron el virus, puede permanecer en la placenta, en los fluidos amnióticos y en el feto; si ocurrió durante la lactancia, el virus puede quedar en la leche.
Diagnóstico y tratamiento
El ébola puede detonar los síntomas entre los 2 y los 21 días después de haberlo contraído. Los signos usuales son fatiga, fiebre, dolor muscular y dolor de cabeza y garganta. Posteriormente, aparecen vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, deterioro en la función renal y hepática; en algunos casos puede presentarse hemorragia interna o externa —en las heces o encías, por ejemplo. Las pruebas de laboratorio que se han realizado muestran que los pacientes con ébola tienen niveles bajos de glóbulos rojos y plaquetas; además de enzimas hepáticas elevadas.
De acuerdo con los especialistas, es difícil distinguir clínicamente el ébola de enfermedades como la malaria, tifoidea o meningitis de forma clínica. Por este motivo, se utilizan diferentes métodos para su diagnóstico.
- Prueba ELISA.
- Examen de detección de antígenos.
- Examen de neutralización del suero.
- Ensayo de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR).
- Aislamiento del virus por cultivo celular.
Para tratar a las personas infectadas por este virus, se recurre a la rehidratación oral o intravenosa. Hasta ahora no hay un tratamiento capaz de atacar todos los síntomas causados por el ébola; pero existen tratamientos con productos sanguíneos, terapias inmunológicas y fármacos que están siendo evaluados.
La vacuna Vsv EBOV ha sido probada en más de 11 mil personas, desde 2015, en Guinea; esto gracias al apoyo de la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de salud de Guinea, Médecins sans Frontieres y el Norwegian Institute of Public Health.
Cuando un brote de ébola aparece, la OMS ofrece soporte logístico, servicio de laboratorio, vigilancia, participación de la comunidad, rastreo de contactos, control de infecciones, capacitación y asistencia. Además de haber desarrollado medidas para la prevención, control y cuidado de pacientes con ébola.