Cómo actúa el Vibrio vulnificus, la bacteria que mató a una mujer por ingesta de ostras crudas
El Vibrio vulnificus es una bacteria ampliamente difundida en los ambientes acuáticos cálidos y salados, pudiendo hallarse en moluscos como ostras, almejas y mariscos que viven en estos ecosistemas. También es conocida también como “devora carne”, dadas las graves lesiones necróticas que produce en la piel.
Contagio, transmisión y susceptibilidad
Su presencia se asocia con aguas marinas cálidas, por lo que las personas que presentan heridas abiertas pueden estar expuestas al V. vulnificus a través del contacto con el agua, mariscos y fauna silvestre marina. No existe evidencia de transmisión del V. vulnificus de persona a persona ni por contaminación fecal.
Los pacientes que padecen de alguna condición de inmunodepresión, y especialmente aquellas con enfermedades hepáticas crónicas, corren mayor riesgo de contraer una infección por este patógeno.
Se puede contraer la infección al comer pescados y mariscos crudos o cocidos de manera insuficiente o al bañarse en aguas marinas con alguna herida en la piel o mucosas.
La mayoría de las enfermedades de V. vulnificus ocurren durante el período estival.
En Estados Unidos cerca de 100 personas mueren de vibriosis, por cada 80,000 casos al año, según reportes de la CDC.
Signos y síntomas
Usualmente la vibriosis cursa con fiebre, escalofríos, diarrea, náuseas, presencia edema y eritema de la piel en los brazos o piernas, con ampollas que presentan sangre. Normalmente, los pacientes se recuperan en tres días, pero aquellos casos de mayor gravedad pueden terminar con la amputación de una extremidad e incluso con la muerte, de evolución tan rápida como uno o dos días tras la aparición del cuadro.
Si una herida abierta se contamina con esta bacteria, ocurre un incremento del edema, eritema y dolor local.
El caso fatal
Jeanette LeBlanc, una mujer de 55 años de edad, falleció el pasado 15 de octubre en el estado de Louisiana (E.E.U.U.), a causa de la ingesta de ostras contaminadas que compró en el mercado de Westwego. El deceso ocurrió tras una internación de 21 días, a causa de las complicaciones del cuadro ocasionado por esta bacteria.
La mujer comenzó con un cuadro eruptivo en las piernas, que los hizo pensar en una reacción alérgica sin mayor trascendencia, a lo que se sumó un compromiso respiratorio, después de 36 horas de haber comido una cantidad aproximada de 24 ostras, en compañía de su pareja y una amiga.
Sin embargo, después de 48 horas, su estado empeoró y se evidenciaron lesiones en las piernas, según contó su pareja, Vicki Bergquist, por lo que los médicos pudieron determinar con mayor certeza lo que la afectaba. «Los médicos la diagnosticaron con vibriosis, un tipo de bacteria que puede infectar a seres humanos que consumen moluscos crudos o poco cocinados, especialmente ostras, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)«, según informó Univisión.
Repercusiones de este caso
Karen Bowers, amiga de Leblanc decidió iniciar una campaña de concientización pública sobre los peligros de ingerir productos del mar crudos, especialmente moluscos, ya que situaciones como ésta le pueden ocurrir a cualquier persona, por lo que hay que estar informados sobre los riesgos y conocer las precauciones que hay que tomar para evitar infectarse con vibriosis, así como poder reconocer la forma en que se presenta este cuadro, según sus declaraciones al canal de noticias WGN9.
Puesto que la información es clave, su pareja comentó: «Su hubiésemos sabido que los riesgos eran muy altos, creo que ella no habría comido ostras”.
Por su parte, los CDC han alertado sobre el peligro de comer ostras crudas ya que «puede aumentar las probabilidades de que se enferme con vibriosis«. Asimismo, han advertido sobre los riegos de infección con la bacteria al nadar en aguas cálidas con una lesión cutánea abierta.
Los CDC a través de su página web brindan estas recomendaciones para evitar una infección por vibriosis:
- No consumir ostras crudas y otros moluscos cocinados insuficientemente, ya que la bacteria muere a las temperaturas de cocción sostenida por unos minutos.
- Lavarse minuciosamente las manos con agua y jabón después de manipular cualquier tipo de molusco o crustáceo crudo.
- Evitar la contaminación cruzada que se producen al mezclar los moluscos cocinados con aquellos que aún están crudos.
- Evitar bañarse en aguas saladas y cálidas en caso de presentar una herida en el cuerpo, o bien, bañarse con la herida cubierta con gasas a prueba de agua.
- En caso de presentarse una infección en la piel, se debe informar al médico que se estuvo en contacto con este tipo de aguas, moluscos crudos o sus jugos, o se ingirieron productos crudos del mar.
Ver nota original aquí.