El virus del dengue sería agente protector contra el virus de Zika

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En el sur del continente americano, el virus del dengue ha estado presente por décadas; sin embargo, el virus del Zika no había sido reportado sino hasta 2015, cuando un brote atacó a Brasil.

A partir de ese momento, el virus se extendió a diversas parte de América hasta llegar al norte. Asimismo, se detectaron brotes de la enfermedad en África y Asia.

El virus del Zika se transmite por medio de un mosquito del género Aedes. Los síntomas suelen ser leves y aparecer de 2 a 7 días después de la picadura.

Entre los signos de la infección se encuentra: fiebre, erupciones cutáneas; conjuntivitis; dolores musculares y articulares; malestar general; así como dolor de cabeza.

La mayoría de las personas infectadas son asintomáticas, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, se ha reportado que, durante el embarazo, una infección causada por el virus del Zika puede provocar microcefalia y otras malformaciones congénitas.

Incluso, indican los especialistas, hay probabilidades de parto prematuro o aborto espontáneo.

De acuerdo con los expertos, el virus de Zika es similar al virus del dengue; tanto por la forma de transmisión como por los síntomas. En ambos situaciones, los individuos infectados no suelen mostrar signos de la enfermedad.

A pesar de lo anterior, investigadores han observado que, en algunas casos epidemiológicos, una segunda infección por dengue resulta más severa que la primera.

Por otro lado, dado que el virus del dengue y el de Zika han mostrado relación, y ambos pueden resultar muy peligroso, científicos de la Universidad de Michigan, de la Universidad de California, del Ministerio de Salud en Managua, Nicaragua y del Instituto de Ciencias Sostenibles también de Managua, se dieron a la tarea de estudiar la relación potencial entre ambos virus.

Con el apoyo de National Institutes of Health, de Estados Unidos, estudiaron la epidemia de Zika en Managua durante 2016; en la cual, se registraron gran cantidad de infecciones por dengue.

El estudio analizó los expedientes de 3 mil 893 niños de entre 2 y 14 años de edad. Según los autores, se estima que hubo alrededor de mil 356 infecciones por Zika de enero de 2016 a febrero de 2017; de ese total, 560 fueron asintomáticos.

El conteo se basó en infecciones confirmadas por detecciones de laboratorio a través de un método llamado RT-PCR; así como por un algoritmo desarrollado para clasificar serológicamente —examinar los anticuerpos en muestras de sangre—, en las situaciones donde no se habían podido confirmar infecciones mediante la RT-PCR.

En los modelos estadísticos, se ajustaron datos como el sexo y la edad; de igual manera se observaron los diagnósticos de niños con infecciones por dengue antes de 2015.

Estos últimos mostraron menor riesgo de síntomas por una infección de Zika.

A pesar de este hallazgo, las infecciones previas de dengue no afectaron el total de infecciones por Zika, en las cuales se incluyen los casos sintomáticos y clínicos inaparentes.

Aun con esas consideraciones, los investigadores señalan que estas conclusiones podrían ser utilizadas para futuras indagaciones sobre los mecanismos inmunológicos de protección cruzada entre el virus de Zika y el de dengue.

Igualmente, se podría examinar si la inmunidad al dengue es protectora contra el síndrome congénito de Zika o las complicaciones neurológicas relacionadas a dicho virus.

El estudio completo fue publicado en la revista PLOS Medicine.